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Cap 35.
— ¿Los seguimos? -. Pregunto Caracas al ver cómo esos tres humanos que aún estaban afuera se subieron a una camioneta.
— No podemos... -. Susurró -. La moto esta muy lejos...
— Mierda... -. Gruño -. ¿Que hacemos ahora?
Venezuela pareció pensarlo por un momento, luego dirigió su mirada hacia aquella torre que no parecía tener tanta seguridad.
— Vamos arriba -. Ordenó.
El caraqueño solo asintió.
...
— ¡Caracas corre! -. Grito Venezuela al ver cómo esas personas notaban su presencia.
Todo fue muy rápido, en cuestión de un momento estaban corriendo para no ser atrapados por ellos.
Luego de entrar a esa maldita torre, digamos que a escondidas lograron escuchar varias cosas comprometedoras. Dichas por unos soldados y otras personas "importantes" para el gobierno.
Y una amenaza para ellos.
Pero por un descuido del venezolano, terminaron por ser descubiertos.
Mientras corrían a la salida se toparon con dos soldados.
Ambos armados.
Haciendo maniobras lograron salir ilesos.
O eso creyeron.
Caracas sentía un ardor en la pierna, pero no fue escusa para dejar de correr.
Mirando de reojo pudo ver cómo poco a poco los iban perdiendo.
Pero los sonidos de balazos no se detenían.
— ¡Cuidado! -. Grito Venezuela, pero por la distracción del de orejas de león, no pudo ver cómo un uniformado salía de quién sabe dónde.
Dándole un golpe con el arma, lo tumbó al suelo.
Y en cuestión de segundos, ya tenía al sujeto golpeándole el estómago a patadas, su arma había caído lejos de el, y por el aturdimiento del golpe con el suelo no pudo defenderse.
Pero eso no duró mucho, ya que Venezuela salto encima del soldado cuál fiera defendiendo a su cría.
Eso provocó que ambos se entrarán a golpes y empezarán a insultarse. Con esfuerzo logro quitarle la gran arma que poseía el más alto.
Pero el estaba debil, es sus condiciones jamás, ni en un millón de años, lograría hacer ganarle.
Siendo un Contry poseía una fuerza mucho mayor que cualquier humano, pero por su situación, estaba más debil que nunca.
Caracas pudo oír como pasos que retumbaban en todo el lugar abierto se acercaban hacia ellos, ya se habían dado cuenta de que estaban hacia esa dirección.
Por algo de esfuerzo y dificultad, se levantó a buscar el arma que había perdido; la tomo y tan rápido como su pierna lastimada se lo permitió, noqueó con el mango de esta al sujeto que peleaba contra su Contry.
— ¡Venezuela! ¿Estás bi-? -. La pregunta quedó a medias.
Era demasiado tarde, los demás ya estaban a pocos metros de ellos.
Venezuela sin pensarlo jalo a su capital hacia un lado, cayendo ambos hacia un barranco.
— Maldita sea -. Maldijo uno de ellos al no poder divisarlos.
...
— Sigue corriendo -. Exigió el país pretrolero, mientras jadeaba por más aire.
El caraqueño siguió con algo de dificultad, jadeando también por aire.
De repente, mientras seguían en su travesía en busca de la moto, escucharon el sonido de una camioneta.
Eso los alarmó mucho, y sin perder tiempo y sin necesidad de decir algo más, empezaron a correr mucho más rápido.
Tanto cómo el dolor se los permitía.
En cuestión de segundos, la camioneta se paró delate de ellos, cerrandoles el paso.
Ambos se pusieron en alerta, pero se extrañaron al reconocer dicho transporte.
— Venezuela... -. Susurró aquel traidor al bajarse del auto.
Caracas levantó el arma que aún poseía y apunto, estuvo dispuesto a disparar pero Venezuela lo detuvo.
— Vengo a entregarme -. Dice con voz monótona, pero sus ojos reflejaban tristeza y arrepentimiento.
— ¿Dónde están los malditos aquellos? -. Pregunta, serio.
— Están adentro del carro, puedes ver si gustas -.
Venezuela lo vio dudoso.
Ya había perdido toda confianza con el.
— Caracas -.
— ¡Al suelo! -. Exigió el de bandera roja -. Quítate el chaleco y suelta la pistola -. Ordenó.
El humano ni corto ni perezoso obedeció.
El caraqueño al ver esto, se acercó lentamente y echo una mirada rápida a las personas que estaban adentro.
— Están inconscientes -. Aviso la capital.
— ¿Que les hiciste? -. Pregunto Venezuela.
— Los mamagüebos hablaban mucho -. Gruño -. Me tenía la vida triste -.
Venezuela levantó una ceja.
— Cloroformo -. Bufó.
— Tú vienes con nosotros -. Gruño Caracas.
Antes de que el que se encontraba en el piso pudiera reaccionar, sintió un golpe en la nuca y lo único que vio después de eso fue oscuridad.
— Ayúdame a meterlo en el carro -. Pidio el Caracas.
Con algo de dificultad metieron al humano en el carro, subieron ellos y arrancaron, antes de que nuevamente los volvieran a encontrar.
...
— Con que eso paso eh... -. Susurró el norteamericano, viendo fijamente a los sujetos que estaban delante de ellos.
...
Ajá, USA los va a joder 🏃
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Pussy e' your mother
Fanfiction- ¿Como puedes matar a tu propia gente? -. Dijo acercándose hacia aquel militar que le apuntaba. ・・・★・・・・・★・・・・・★・・・・・★・・ - No eres capaz se matar a nadie, después de todo -. Sonrió -. Son tu propio pueblo. - No, ahí si te pelaste -. Declaró -. Ello...