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JIMIN:

Lo primero que hice al llegar a casa, fue encerrarme desesperadamente en mi habitación. Había entrado en pánico en aquel callejón...que no tuve más remedio que salir de allí, y venir a este lugar.

Doy vueltas de aquí para allá. Vengo y voy.

Me llevo ambas manos a la cabeza, y resoplo, molesto. No sé qué hacer. Me siento inquieto. Mucha gente pudo verme hoy, otra vez. Una mujer logró reconocer mi aspecto, y me asusté más que ella.

Golpeo el armario con fuerza. ¡Soy un baboso!

Me detengo ante el tocador para mirarme en el espejo. Sigo con la misma apariencia de un demonio. Niego con la cabeza, antes de quebrar el cristal con mi puño.

No puedo seguir más con esto.

_ No puedo más...-me siento en el suelo con la espalda apoyada en el somier de esta cama. Me abrazo las rodillas, y oculto el rostro entre mis brazos.

Los ojos se me llenan de lágrimas.

_ ¿Jimin?-ay, no. Su voz otra vez, no...-¿Hijo, te encuentras bien?

Cierro los ojos, en un intento por mantener la calma.

_ ¿Qué haces aquí, papá?-tengo la voz ronca-no deberías...te voy a pedir que te vayas. Necesito...necesito estar solo.

_ Oye, hijo, quiero ayudarte.

_ ¿Ayudarme?-levanto la mirada bañada en lágrimas hacia él. Se queda un poco sorprendido-tú no puedes ayudarme en nada... ¿quieres saber por qué? Porque tú me diste esta maldición-se me quiebra la voz, pero dejo que la ira me abrace por dentro-tú me convertiste en el monstruo que soy ahora...por eso no puedes hacer nada para ayudarme, príncipe del infierno.

Lanza un suspiro, pero yo dejo de mirarlo.

_ ¿Así que...crees que todo esto es culpa mía?

Sonrío sin gracia.

_ Créeme...puedo culparte por muchas cosas-arrugo la frente-empezando...porque abandonaste a mi madre, cuando supiste que esperaba un hijo. Un hijo bastardo...-aprieto los puños con fuerza-te alejaste porque Hécate te pidió que lo hicieras...

_ Sí, lo hice-lo miro con expresión dolida. Él desvía la mirada hacia la ventana-pero no porque mi amada Hécate me lo pidiera...-baja la mirada hacia la empuñadora de su espada-lo hice, para mantener a tu madre a salvo. A ti, Jimin. Mi hijo legítimo, heredero a mi trono...solo podía hacerlo así.

Sus ojos rojos se entristecen un poco más.

_ No tuve otra opción...

Vuelvo a apartar la mirada, pero esta vez regreso a ser el Park Jimin de antes. Las garras rojizas desaparecen de mis manos, y las alas...ya no me pesan tanto. A través del espejo quebrado, noto que he vuelto a ser un humano...otra vez.

_ Solo cuando estás calmado, regresas a tu forma humana, Jimin.

_ Sí, lo sé...-digo en voz baja. Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas-papá, yo...lamento haberte gritado todas esas horribles cosas...esta mañana-el dolor se extiende hasta mi pecho-no quise...no quise herirte, papá-una lágrima resbala por mi mejilla-y sé qué te lo he dicho muchas veces, pero...

_ No, Jimin...basta.

_ Lamento no ser un buen hijo, papá...-él niega con la cabeza-lamento que yo...no pueda hacerte feliz.

_ Jimin, ¿vas a hacerme llorar a propósito?-le sonrío con malicia, y él niega con la cabeza, divertido-increíble, no puedo odiarte porque eres mi hijo.

🔥 UN CHICO INFERNAL (IMAGINA PARK JIMIN Y TÚ) 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora