Intocable - Baji Keisuke

23. Duelo

—¿Qué? —fue lo único que consiguió articular Baji, yendo hacia ti para pararte los pies. Pero Draken lo detuvo al instante, ganándose una mirada asesina y advertencia por parte de su compañero que le erizó el bello de la nuca.

—Baji...

—¿Qué coño estás haciendo? —le escupió con ojos de loco.

—Es su pelea.

Silencio.

—¿Su pelea? —repitió Baji mirándolo totalmente incrédulo. Se deshizo bruscamente de su agarre y lo encaró—. Ella no es, ni como tú, ni como yo, ni como ninguno nosotros. ¡Ella no tiene ninguna necesidad de pelear ni de demostrarle nada a nadie!

Draken cerró los ojos y después lo miró con determinación.

—Confía en ella, Baji. No es ninguna novata en esto, maldita sea. Todos sabemos que se ha esforzado mucho y que es capaz de ganar esta noche junto a Mikey.

Pero Baji tan solo parpadeó, más impactado que antes.

—¿Eso es motivo suficiente para que la deje participar en una carrera llena de matones, mafiosos y delincuentes que les da igual atropellar y matar a gente con tal de llegar a la meta? 

—¡No va a competir contra Hanma! —le espetó Draken perdiendo la poca paciencia que le quedaba, y Baji se quedó estático mirándolo con sorpresa—. Mierda... Esta noche se compite en parejas de cuatro, dos contra dos. (Nombre) solo va a correr contra esa chica... Y además, Mikey va a ir con ella, en su jodida espalda en todo momento. ¿Es que tampoco confías en él o qué?

Los dientes de Baji chirriaron entre sí involuntariamente y sus puños se cerraron con fuerza hasta tornar sus nudillos blancos. No, joder, no. No era eso. Confiaba en Mikey, pero estaba tremendamente enfadado, su sangre solamente hervía y le nublaba la vista. La situación le superaba y no sabía como gestionarla. 

No sabía por que diablos se sentía de esa manera cuando él más que nadie amaba participar en las carreras ilegales y, sobre todo, contemplarlas y hacer apuestas por quién sería el ganador.

En ese momento, su mirada se dirigió directamente a ti, y de ti hacia Mikey. Ya estabais reunidos en una zona algo apartada del resto, junto los demás participantes que iban a correr y sus respectivas motos; unos bebiendo, otros fumando y lo más atrevidos metiéndose de todo sin importar estar a la vista de cualquiera, todos mientras disfrutaban de la música ensordecedora que salía de los maleteros de los demás vehículos que habían esparcidos por el lugar y retumbaban por todo el descampado.

El miedo que se había sentado en la boca de su estómago desde el momento que supo que ibas a participar en aquella estúpida carrera creció aún más, hasta el punto de provocarle ganas de vomitar, cuando observó con detenimiento la clase de gente que te rodeaba.

De repente sintió un fuerte impulso de hacerse paso entre la multitud y sacarte de allí a la fuerza para mantenerte lo más alejada posible de aquella gente que no tenía nada que ver contigo.

Joder, ¿por qué mierda había sido tan idiota de llevarte a un sitio como ese?

No, esa no era la cuestión. ¿Por qué si quiera se le había pasado por la cabeza?

Una parte de él aún no quería asimilar lo que estabas a punto de hacer. ¿De verdad nadie iba a pararte los pies? ¿Ni siquiera la propia Emma?

—Además... —volvió hablar Draken sacándolo de sus pensamientos—. Creo que esto le puede venir hasta bien.

Baji se giró hacia él y frunció el ceño.

—¿Ah? —fue lo único que consiguió decir. Debía estar loco si pensaba que había algo positivo en toda esa mierda.