Una vez se despidió de los chicos en el hospital, Baji fue directamente a casa. Durante el trayecto, su mente era un torbellino de emociones. Su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en la conversación que había tenido con los chicos horas atrás.
Eso le frustraba. Le ponía de mal humor no poder controlar sus emociones. Nunca antes le había pasado y se sentía más patético e inseguro que nunca. ¿Qué me ha pasado? Pensaba. Yo nunca he sido así.
No lo comprendía. Te conocía y tenía confianza contigo. ¿Por qué estaba así, tan nervioso e histérico que nunca? Solo iba a ser una cita... Os habíais visto miles de veces.
No, Baji, no seas tan cínico.
No iba a ser solo una cita, estaba completamente seguro. El sábado os volveríais a ver y, a partir de ahí, nada volvería a ser lo mismo entre vosotros.
Cada vez le costaba más reprimir todo lo que le hacías sentir, y eso le aterraba. No mentiría si dijera que te merecías a alguien mejor que él, que llevara una vida normal y que no se dedicara a quemar coches cuando se aburría o le entraba el hambre, pero es que solamente tú sacabas la mejor versión de sí mismo. A estas alturas le resultaba imposible dejarte escapar.
Llegó a su casa y revisó su teléfono antes de sacarse la camiseta de un tirón.
Ni rastro de ninguna notificación.
Apretó la mandíbula y tiró el aparato a la cama. Eso era otra de las muchas costumbres que ahora tenía y que le enervaban. Revisar cada dos por tres si tenía un mensaje tuyo.
Abrió el grifo de la ducha y dejó que el agua fluyera por su cuerpo.
La verdad era que todo estaba siendo nuevo para él. Las relaciones que había tenido hasta ahora habían sido solo esporádicas, sin importancia y sin nada de compromiso, la mayoría de ellas de una sola noche.
¿Qué hacía ahora revisando el teléfono como un idiota y preparar citas clandestinas y románticas con sus amigos?
Le parecía tan sorprendente que se le escapó una risa. Jamás hubiese imaginado que los chicos de la Tokyo Manji, cambiaran sus hobbies de meterse en problemas y patear traseros, a mancharse las manos decorando y pintando desde cero un desaguace comido de porquería solo para impresionar a una chica.
. . .
El sábado llegó y con él los nervios. Habías notado a Baji tan extraño cuando te propuso quedar... Algo en su forma de hablar te decía que pasaba algo, y eso solo hacía que ponerte peor.
¿Y si era algo malo? ¿Y si quería quedar contigo para poner fin a la relación tan rara, por llamarlo de alguna manera, que teníais?
—Dios mío, (Nombre), cálmate. Te va a dar una bajada de tensión.
La voz de Emma te trajo de nuevo a la realidad. Miraste al frente y te encontraste con su reflejo en el espejo. Quedaba nada para que Baji pasara a recogerte y ella todavía estaba arreglándote el pelo con la plancha. Soltó una pequeña carcajada de repente y tú frunciste el ceño.
—¿Qué pasa?
—Nada, que nunca te había visto tan nerviosa.
—No lo estoy —mentiste descaradamente.
—Oh, vaya que lo estás.
Negaste.
—Te tiembla hasta la cabeza.
—¡Claro que no!
—Tranquila, yo también lo estaría. Baji Keisuke el quema coches te ha pedido una cita.
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Intocable - Baji Keisuke
Fanfic(Nombre) jamás pensó que la persona que le curaría el alma después de la mayor traición de su vida, fuera aquel pandillero de ojos marrones que quemaba coches por puro aburrimiento y pateaba civiles según su estado de humor. Baji Keisuke. 𝗔𝗟𝗘𝗥𝗧...