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—¿Lo harás Hiromi?.— preguntó Takeomi mientras la veía desvestirse y quedar solo en ropa interior.
—Dijiste que solo sería una vez... Y ya lo he hecho varias veces...
—Ven.— le ordenó amablemente para que se acercara a la cama. Le hizo un espacio entre sus piernas para que ella se sentara.
Ella acató y encontró el lugar ideal para acurrucarse en él.
—Te detesto.— soltó ella.
—No, no lo haces... Y no me tutees.
—¿Eres consciente de lo peligroso que es lo que me estas pidiendo?.
—Lo sé. Pero también sé que jamás me defraudarías... Eres inteligente, sabes como hacerlo.— acarició lascivamente su hombro mientras daba besos a la curvatura de su cuello. —Tienes una habilidad que no había visto en nadie... Pondrías de rodillas a todos si tú quisieras.
—Solo me gustaría que tu te arrodillarás ante mí...— dijo cerrando los ojos al sentir las caricias y besos de Takeomi.
—¿Si?.— sonrió entre besos. —Que entretenido... ¿Para qué?.— comenzó a bajar su mano por el abdomen de la veinteañera hasta llegar a su intimidad.
—No me refiero a eso...— soltó un pequeño suspiró profundo al decir esa oración.
—¿Entonces a qué te refieres?.— preguntó divertido mientras daba lascivas caricias en los pliegues de Hiromi.
La pelinegra humedeció sus labios al sentir los dedos de Takeomi introducirse en ella. —Estamos hablando...
—¿Realmente quieres hablar?.— curvó sus dedos.
—Ah... Basta.— gimoteó. —Enserio esto es serio...
Takeomi volteó los ojos y con un movimiento rápido la dejó recostada en la cama mirando el techo. —Callate por favor...— su tono era divertido pero demandaba autoridad así que a la pelinegra solo le tocó obedecer. Akashi comenzó a dar besos en su desnudo abdomen, al bajar daba pequeños y sutiles apretones en las caderas de joven.
Hiromi cerró los ojos y sin quejarse se dejó llevar. Sintió como Takeomi deslizaba sus bragas por sus piernas dejando a la luz su húmeda intimidad. —¿Qué vas a hacer?.— preguntó excitada.
—Me voy a divertir un poco.— la dió vuelta con ambas manos desde la cadera para dejarla en cuatro puntos y dejarla a su disposición.
—Takeomi...— ella quería seguir hablando sobre el trabajito que le tenía, pero estaba siendo provocada por el mayor y se excitó aún más al escuchar como Takeomi deslizó el cierre de su pantalón para dejar ver su ropa interior. Esperó a que la penetrara pero no pasó. Lo miró de reojo y vió como se acercaba a su rostro.