𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄

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Días despues

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Días despues.

—Este es el listado de médicos capacitados para hacerle seguimiento al caso de su padre. La gran mayoría son oncólogos especializados en cáncer de linfoma.— habló Ura. —Yo personalmente ya he trabajado con muchos de ellos.

—¿La mayoría?.— alzó una ceja la pelinegra al recibir la hoja de carta con los nombres impresos de aquellos doctores.

—El señor Sanzu pidió que se agregaran médicos especializados en cirugía en trasplante en caso de que sea necesario, tambien hematologos, entre otros.

Hiromi suspiró. —Volveré a preguntar esto otra vez...— se volteó. —¿Por qué él sigue aquí?.— se dirigió a su padre quien estaba con Sanzu al lado de la cama de pie escuchando la conversación. —¿Y por qué opina?.

—Decidí que sería buena idea tener más de una opinión... Estos días has estado demasiado alterada e irritable.— respondió Miura. —Y qué mejor una opinión de mi yerno.

—Tsk.— chasqueo la lengua Hiromi.

—Si quieres que me vaya puedo hacerlo.— dijo Sanzu.

—No, claro que no.— desautorizó el padre.

—Si, claro que sí.— respondió ella tajantemente.

—Él se queda Hiromi.

—Yo soy tu hija y esta situación me pone incomoda.— contestó entre dientes.

—Pero el enfermo soy yo.

—Dios, eres como un mocoso en el cuerpo de un viejo.

—Puedes seguir Ura por favor...— pidió jocosamente el mayor.

—Bueno, eso es con respecto a los doctores. Muchos de ellos estuvieron de acuerdo que si realmente quiere combatir el cáncer debe hacerlo bajo la administración de quimioterapia. No es una opción que la deje.

—¡Ves!.— alzó la voz Hiromi.

—Está bien.— respondió Miura.

—No, no, no te quejes.— interrumpió ella. —Espera... ¿qué?.

—No suspenderé la quimioterapia.

—¿No estás bromeando, cierto?.— su padre negó con la cabeza. Una sonrisa se proyectó en su rostro mientras se acercaba rapidamente a la cama, haciendo que Sanzu la viera con amor. —¿Por qué?... ¿Qué fue lo que te hizo cambiar de parecer?.

—Sanzu hizo que reflexionara...— Hiromi se retrajo, su sonrisa se fue eliminando de a poco y su rostro cambió a uno casi de seriedad absoluta. Su padre le quitó de las manos la hoja que Ura le había pasado para entregarsela a Sanzu.

Hiromi puso mala cara.

Sanzu la quedó mirando por un segundo hasta que sintió como en su mente lo había matado de mil formas diferentes. Desvió sus ojos hacia la hoja y habló: —Uno de los doctores con los que hablé dijo que el señor Miura debía ver un nutricionista, ante la baja de peso que tuvo estos días. Supongo que estar bien nutrido es importante para evitar efectos adversos en el organismo. Así que... que lo deriven con uno no está de más.

THE DEVIL IS BETWEEN MY LEGS | Haruchiyo "Sanzu" AkashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora