Capítulo 33. Quitarla del camino

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Alexander 

Observé a la señora Dollister con atención y trate de no perder los estribos ante lo que acababa de escuchar, porque en un momento como este era mejor mantener la cabeza fría y la guardia alta. Camine hacia la puerta, lleve la mirada al pasillo, pero no a Eric por ningún lado, aunque sabía que seguía en la casa y esperaba que la madre de Allison se calmara pronto para poder hacerle algunas preguntas, sin embargo la mujer parecía estar demasiado exaltada y cada segundo que pasaba era demasiado importante.

— ¿Se dio cuenta? —le pregunté y ella me miro confundida, Allison también. — ¿Eric se dio cuenta de que usted escucho su conversación? —volví a preguntarle con un poco más de tacto y ella negó con la cabeza.

—No creo, yo estaba saliendo de la cocina venia para acá y él se encontraba en la sala de descanso. No creo que me haya visto siquiera salir de la cocina —si era verdad lo que decía podríamos utilizar aquello como una ventaja.

—Debemos denunciarlo, tenemos que... —, pero hice un gesto negativo con la cabeza y las dos me miraron desconcertadas.

—Alexander —. Me llamo Allison, pero tenía que hacerles entender que debíamos tener cuidado.

—No vamos hacer nada por el momento y es mejor señora Dollister que no dé a demostrar nada. Está información la podemos usar en su contra y así llegar a sus cómplices, esto nos da una ventaja sobre el —era un plan arriesgo, pero en la posición en que no encontrábamos era mejor que nada.

—Es demasiado arriesgado, aun no sabemos quién es esa mujer y de lo que Eric pueda ser capaz, —Allison tenía razón, pero debíamos tomar el riesgo no podíamos simplemente quedarnos de brazos cruzados —pensé en Sol Marchena, sin embargo presiento que no es ella, es una extraña corazonada que me ha estado molestando —tenía el mismo presentimiento y alguien en la mira, pero era demasiado pronto para afirmarlo.

—Por ahora no cambien su comportamiento frente a Eric. Todo tiene que seguir como hasta ahora para poder atraparlo en su propio juego —asintieron en afirmación, aunque no del todo convencidas y la señora Dollister abandono la habitación en aquel momento para no levantar sospechas.

Eric había pisado terreno peligroso y debía estar preparado para lo que se avecinaba, porque pronto le haría pagar con sangre el haber lastimado a Allison.

No me sentí cómodo dejando a Allison y a su madre solas, sin embargo para hombres como Eric cualquier mínimo cambio en la rutina podría hacerle levantar sospechas y no podíamos exponernos porque sería demasiado peligroso. Salí de la casa un tiempo después de que él y su padre lo hicieran, asegurándome de dejar aquellas mujeres protegidas de manera secreta y le hice un gesto de cabeza al hombre que se quedaría vigilando aquella casa. No me iba arriesgar a qué pasará algo como lo que había pasado en Italia. No cometería el mismo error dos veces.

Me subí al auto y me puse en marcha hacia al hotel tratando de unir las piezas en mi cabeza, buscando esa cosa que me estaba pasando por alto y que podría ser la cable para descubrir a la cómplice de Eric, pero todos mis esfuerzos parecían ser en vano, porque estaba seguro de que Sol Marchena no jugaría dos bandos y por lo que había notado ella era completamente leal a Marco Antonelli, no existía la más mínima posibilidad de que fuera la cómplice de Eric, pero ¿Quién era entonces?, porque parecía que nunca de mis candidatas encajaba en el perfil que había creado en mi cabeza, eso me tenía completamente perturbado, no obstante no descansaría hasta encontrarla.

***

El recibidor del hotel se encontraba muy tranquilo aquella hora y eso me hizo sentir algo inquieto. La ciudad de Nueva York siempre era un ir y venir de personas, pero en este día en particular todo parecía estar raramente tranquilo, tanto que era molesto.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora