El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)

Capítulo 27 ¿Así acaba?

Allison 

Me quitó la ropa con sumo cuidado y luego me pidió que me arrodillara frente a él. Descanse el trasero sobre las plantas de los pies y luego por orden suya coloqué la palma de las manos sobre mis muslos. Se quitó la correa, luego camino hacia mis cajones y lo vi sacar una de mis batas de seda, le quitó la tira y camino de nuevo hacia mí. El corazón me latía desbocado, porque con Alexander todo era demasiado nuevo y extremo. Aún no me acostumbraba a todas aquellas sensaciones.

— ¿Serás obediente? —Preguntó mientras desabotonaba su camisa —Solo debes asentir o negar con la cabeza sin decir una palabra —trague con dificultad porque aquello sonó demasiado intimidante, sin embargo hice un asentimiento de cabeza.

Una malévola sonrisa adorno sus labios y con la punta de sus dedos recorrió mi espalda provocando que mi piel se erice. Me cubrió los ojos con la corbata que se había quitado y el silencio que arropó la habitación en aquel momento me causo escalofríos. Lo sentí envolver mi cabello y comprendí para que era la tira, luego sentí una leve presión que me hizo echar la cabeza hacia atrás provocando que un grito de sorpresa escapara de mi garganta.

— ¿Qué haces? —. Le cuestione con algo de temor y el metió sus dedos a mi boca de manera sorpresiva.

—No, no, no —. Expresó y su aliento acaricio mi cuello — Sin preguntas mi ángel, yo soy quien tiene el control en este juego y ahora quiero que seas obediente y te acuestes sobre el suelo —la tensión dejo mi cuello, descanse mi espalda sobre aquel suelo alfombrado y en ningún momento deje de sentir miedo.

La temperatura subió en la habitación cuando aquella canción resonó por los altavoces, una que no reconocía, sin embargo era insinuante y erótica, tan propicia para aquel momento tan obsceno y sentí que la sangre me bombeaba más rápido de lo habitual. Alexander me tomo por los brazos y los coloco sobre sus piernas, allí caí en la cuenta de que ya se encontraba completamente desnudo.

—Voy a poner mi pene en tu boca —le escuché decir y trague con dificultad —Pero no quiero que uses tus manos, solo quiero que tu lengua recorra mi grosor con diligencia —y sentí su firmeza sobre mi boca y separé los labios dándole completo acceso.

Al principio sentí que iba ahogarme y el sabor se sintió tan ajeno, pero luego deslice mi lengua, succione un poco y lo escuché soltar un gruñido. Era demasiado inexperta en estas cosas y él se empeñarme en llevarme más allá de mis límites, sin embargo había accedido a jugar su juego, le había dejado adueñarse de todo mi ser y ahora tenía que complacerlo. Sentí un líquido extraño sobre mi lengua, pero no fue desagradable y volví a pasarla por su grosor, sin embargo Alexander se apresuró a sacarlo de mi boca.

—Ahora —susurro de manera repentina sobre mi oído y todo mi cuerpo tembló —Voy a darte unos pequeños azotes con el cinturón —paso el cuero del mismo sobre mis labios —Y luego voy a cogerte tan duro Allison que no dejaras de gritar ¿Entendiste? —hice un asentimiento de cabeza, mientras el ahora pasaba el frío cuero de aquella correa sobre mis pezones.

Subió un poco más el volumen de la música y apreté las piernas. Alexander me tomo por la cintura y me sentí un poco turbada, sin embargo cuando me susurro "ponte en cuatro" entendí que era lo que buscaba. Me coloqué boca abajo y luego levanté mis caderas acatando su petición. Trate de preparar mi mente antes de recibir el primer azote, sin embargo estaba más que segura que por más que lo intentará nunca estaría lista.

Pensé que el corazón se me saldría del pecho y cuando el cuero abrazo mi piel desnuda un grito estruendoso escapó de mi garganta. El paso sus suaves manos como un bálsamo sobre mi parte dolorida, aunque aquello no pudo apartar de todo el ardor. Deslizo sus dedos por mi estómago y luego rozó su erección sobre mi trasero provocando que lo apretara fuerte. Una sonora carcajada se escuchó por encima de la música y de nuevo el calor volvió abrazar mi trasero.