Capítulo 28. Protegerme

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Alexander

Sentí que me apretaban el corazón cuando vi el dolor reflejado en su mirada. Me hubiese gustado saltar a sus brazos y besarla, decirle que no me rendiría tan fácil, sin embargo sabía que solo iba a lastimarla mucho más. Tenía la certeza de que al mirarme de aquella forma su único pensar sería que estaba con otra mujer o con otras conociendo mi reputación de mierda, sin embargo y aunque fue ese mi primer pensamiento en cuanto salí de su casa, no tuve las fuerzas para engañarla.

Me encerré nuevamente en mi habitación y subí el volumen de la música. Coloqué nuevamente las manos sobre la barra de metal para seguir con el esfuerzo físico, porque pensar en que esto que sentíamos el uno por el otro estaba destinado al fracaso me mataba y quería sacar de una forma u otra aquellos pensamientos de mi cabeza. Me obligue a creer que podía ser el hombre que ella merecía, sin embargo la oscuridad, el monstruo, ese demonio dentro de mí me seguía recordando que estaba muy lejos de merecerla y con aquello en mi cabeza seguí torturándome a mí mismo.

***

Sentí todo el cuerpo dolorido aquella mañana, pero aun así decidí ir a trabajar, porque Alessio se pondría histérico y no estaba de humor para el drama de los Lombardi. Tome las llaves, el celular y cuando desbloque la pantalla me fijé que tenía varias llamadas y mensajes de mi hermano. Esperaba que tuviera buenas noticias, porque a pesar de que mi relación con Allison se estuviera desmoronando no iba a descansar hasta ver a aquel hombre acabado.

—Dime que me tienes buenas noticias —el silencio que acompaño mis palabras fue realmente perturbador.

Creo que tú hermanito está un poco indispuesto en este momento —cuando escuché aquella voz, sentí que todo se me congelaba por dentro.

—Ya veo que de verdad quieres morirte eres muy estúpido —. Dije con los dientes apretados y la rabia comenzó a crecer dentro de mí.

Puede ser —contesto con sorna—, pero antes, quiero hacer un trato contigo Alexander Rizzo —hacer un trato con una persona como él significaba muchas cosas. Por desgracia, ninguna podía ser buena.

—Termina con esto ahora que te lo estoy pidiendo de forma amable, porque al final, si sigues adelante, nada de lo que hagas podrá salvarte y juró que voy a matarte con mis propias manos —soltó una perturbadora carcajada y sentí que el demonio dentro de mí estaba a punto de revelarse.

Bueno, al parecer no quieres hacer ningún trato —escuche de fondo un fuerte alarido de dolor y se me helo la sangre.

— ¿¡Que es lo que quieres maldito infeliz!? —grite, le di un golpe a la pared junto a mí y terminé con los nudillos lastimados.

Solo quiero negociar —lo escuche demasiado calmado y eso solo significaba que lo que me iba a proponer era realmente siniestro. —La vida de tu hermano, por Allison Dollister —escuche que vociferaban un "no" rotundo y sabía que había sido Nicolai.

—Estas desquiciado si crees que voy hacer lo que me pides, porque lo único que hare es matarte —. Le amenace y me apresure en aquel momento a salir del apartamento. Tenía que correr a Allison, tenía que protegerla.

Entonces prepárate para un funeral —la llamada se cortó e intenté rastrear la ubicación del teléfono antes que lo destruyeran. Le mandé los datos a mi contacto en la policía tratando de ganar tiempo para poder salvar a Nicolai. Aunque ya me había preparado para lo peor.

***

Saque la pistola de la guantera en cuanto me detuve frente al edificio y me apresure a entrar. Sabía que Allison a estas horas estaría en la oficina, así que no perdí tiempo y me dirigí hacia allá. Ni siquiera salude al guardia y aprovechado que alguien entraba en el ascensor metí mi mano para que esté no se cerrará. Me fijé en que el número del piso ya había sido presionado y no pude evitar mirar de reojo al hombre junto a mí, este me regaló una extraña sonrisa y llevando de manera disimulada la mano a la espalda empuñe el arma.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora