Capítulo 36. Sin escapatoria

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Allison 

Horas antes

Mi madre me ayudó a levantar del suelo y escuchamos justo en aquel momento otro golpe en la puerta. No pude evitar mirar por la ventana, sin embargo todo parecía estar nueva vez en calma, como si lo de hace un momento nunca hubiera ocurrido. Lo único diferente ahora era los hombres que parecían proteger el perímetro y que retenían a la mujer que se encontraba en la entrada. No reconocí su rostro, pero podría ser cualquiera de la iglesia y sabía que mi madre lo último que querría era también espantar a su gente.

— ¿La conoces? —Le cuestione cuando está se acercó a mí y llevo su mirada donde yo tenía puesta la mía.

—Madre mía, es Lina la nueva integrante del grupo de adoración. Dios santo la vamos a espantar —. Dijo de manera exagerada y se apresuró para abrirle la puerta. Yo le seguí de cerca.

Cuando mi madre abrió me encontré de frente con los ojos de aquella mujer. No entendía porque tenía la impresión de haber visto aquel rostro en el pasado o quizás solo era el estrés que estaba comenzando a pasarme factura. Mi madre poso la mirada sobre aquellos hombres de manera desaprobatoria, mientras colocaba las manos sobre la cintura y ellos parecieron no entender la indirecta. Era muy probable que tuvieran órdenes estrictas de no dejar entrar a nadie.

—Es una hermana de la iglesia déjenle pasar por favor —inquirió con cierto grado de molestia y vergüenza a la vez.

—Tenemos orden de no dejar entrar a nadie —el hombre clavó su intensa mirada sobre mi madre —Sin excepción señora Dollister —me sorprendió darme cuenta que aquella mujer parecía no estar para nada perturbada con el asunto, otra en su lugar lo estaría, sin embargo parecía de lo más tranquila.

—Puedes dejarla entrar —. Dijo otro guardia quien llego en aquel momento y parecía estar a cargo —No representa ningún peligro para las protegidas. La señora lo dijo—. Dijo posando la mirada sobre mi madre—, es solo una amiga de la iglesia —el guardia que tenía a la mujer retenida dudo por un segundo, pero luego no tuvo más opción abrió camino y le dejo pasar. Aquello me inquiero demasiado.

La mujer llamada Lina y el guardia a cargo se miraron con complicidad, entonces comprendí que algo estaba pasando, sin embargo no podía demostrarles que me había dado cuenta de que ellos estaban actuando en complicidad. La mujer se acercó a mi madre y le saludo con mucho cariño, yo le regale una corta sonrisa solo por pura amabilidad mientras cerraba la puerta detrás de mí.

—Señora Dollister, disculpe que vine sin avisar, pero quería traerle las galletas que le había prometido y uno de los hermanos me dijo que podría encontrarse aquí a esta ahora — las dos se dirigieron hacia la cocina y yo las sigue hasta allá—Y tú debes ser Allison. —. Dijo al tiempo que se giraba hacia mí —Tu madre me ha hablado maravillas sobre ti, dijo que eres abogada en Italia. Yo soy italiana —mi madre pareció confundida al escucharla decir aquello y al darse cuenta de que la miraba con tanto interés trato de ocultarlo.

—Si soy abogada y no sabía que mi madre tenía tanta confianza con personas que casi no conoce —No quería sonar de la forma que lo hice, no quería avergonzar a mi madre, sin embargo sabía que aquello mujer nos estaba ocultando algo — ¿Puedes disculparnos un momento Lina? —.Trate de tener tacto y arrastre a mi madre conmigo hasta mi habitación.

Había algo muy raro en esta mujer y quería creer que solo estaba siendo paranoica. Y al no poder descifrarlo, al sentir que mi intuición como abogada me fallaba, aquello me tenía con los nervios de punta, quizás solo estaba exagerando era probable que estuviera viendo cosas donde no las había, sin embargo el sentirme tan ansiosa con su sola presencia evidenciaba que quizás no estaba tan equivocada. Mi madre me miro con preocupación en cuanto estuvimos en la seguridad de mi cuarto y no pude evitar echar un vistazo hacia el pasillo antes de encerrarnos.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora