Capítulo 11. Horrible pesadilla

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Allison 

Aparte la mirada de sus ojos y la lleve al suelo avergonzada. Me tomo de la barbilla y no sé porque razón pose la mirada en la lejanía solo para darme cuenta de la persona que se acercaba a nosotros con paso apresurado. Me aparte sin pensar de Di Ángelo y una máscara de confusión cubrió su rostro, no entendía porque había reaccionado de aquella manera, sin embargo al mirar cómo se aproximaba Alexander sentí que era lo correcto.

—Veo que no solo asiste a la iglesia señor Marchena —en ningún momento al pronunciar aquello aparto sus ojos de mi—Y veo también que está haciendo nuevos amigos señorita Dollister—separe los labios, pero los volví a juntar no sabía que decir.

—Disculpe ¿usted es...? —pregunto Di Ángelo confundido y con tono brusco.

—Alexander Rizzo —se presentó depositando su mirada sobre él—es un placer—extendió la mano y Di Ángelo no dudo en estrecharla, aunque era sombría la expresión de su rostro.

—Creo que deberíamos volver a la fiesta—sugerí, porque necesitaba poner distancia de Alexander, necesitaba alejarme de él.

—Un placer conocerle señor Rizzo, si nos disculpa—sentí la intensa mirada de Alexander sobre aunque le había dado la espalda y no sé porque presentí que las cosas se volverían más tensas entre nosotros. Que todo se descontrolaría.

Me encontré de frente con la mirada de Alessio y comprendí que él quizás sabía lo que estaba ocurriendo. No sabía si podría soportar llegar al final de la noche sabiendo que Alexander se encontraba por aquí, aunque no podía hacerle aquel desplante al hombre junto a mí. Él y su hermana habían sido muy amables en invitarme aquella noche, aunque no había visto a Sol por ningún lado y lo menos que podía hacer era quedarme hasta el final de la velada.

— ¿Todo bien?—pregunto preocupado— ¿algo que deba saber sobre el señor Rizzo?—sentí un nudo en el estómago, pero me mantuve serena.

—No— dije con severidad—No hay nada que saber de Alexander—tome un sorbo de vino y trate de mantener la calma. No podía demostrar lo afectada que me encontraba.

—Tú familia—dije tratando de cambiar el tema, me miro por un momento confundido, sin embargo luego de un momento pareció comprender.

—Quién tiene dinero es mi padre, aunque no puedo negarte que en algún momento tendré que hacerme cargo del negocio familiar, pero por el momento me mantengo en un perfil bajo —sentí que no era lo que anhela, pero era su responsabilidad.

— ¿Y Sol?—pregunte— ¿Porque no está aquí esta noche? —pude notar algo de incomodidad y no quería eso, no después de lo de hace un rato—Lamento si te incomode, no debo meterme en esas cosas lo siento—aparte la mirada de sus ojos, pero volvió a tomarme de la barbilla haciendo que sintiera un revoltijo en el estómago.

—Sol es hija de mi madre y mi padre nunca la ha reconocido como parte de esta familia —sabía que aquello era algo muy íntimo y se sintió extraño que lo compartiera conmigo— Y no tienes por qué disculparte. Mi familia lamentablemente no es perfecta—ninguna lo era, así que no debía avergonzarse.

—Disfrutemos el resto de la noche y gracias por contarme—acerco su mano y acaricio mi rostro con el pulgar.

—Eres muy hermosa Allison, nunca lo dudes.

No sé porque lleve la mirada más allá. Me encontré de frente con aquellos ojos oscuro que me miraban de manera intensa y miraron al hombre junto a mí con furia. Esperaba que con esta muestra Alexander se mantuviera alejado, que entendiera que no podíamos seguir con esta locura. Necesitaba un hombre con Di Ángelo en mi vida y tenía que hacerle entender eso al señor Rizzo.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora