Capítulo 17. Suya

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Allison 

Sentí el peso del cuerpo de Alexander sobre mí y trate de quitarme aquella venda de los ojos, pero él sujeto mis manos impidiendo que lo hiciera. Rozó su firmeza sobre mi sexo y algo se apretó con fuerza en mi bajo vientre. No estaba lista para esto de manera mental, ni emocional, esto significaba demasiado para mí y sabía que Alexander no lo entendía, sin embargo debía hacerlo comprender que no podía ser suya.

—Alexander, no...—La melodía de un teléfono nos distrajo en aquel momento, pero él al parecer no tenía intenciones de moverse—Puede ser alguna emergencia —dije tratando de que tomara aquella llamada para poder liberarme de aquella tortura.

—Eso puede esperar, todo puede hacerlo en este momento—sus labios volvieron a colocarse sobre los mio, pero el teléfono no paraba de sonar soltó un improperio y se apartó de mi haciendo con esto que respirara aliviada.

Me quite la venda de los ojos y con rapidez trata de cubrir mi cuerpo con las sabanas. Alexander tomo aquella llamada con molestia y yo no pude evitar contemplar su cuerpo desnudo, aunque trate de volver mis sentidos lo más rápido que pude y aparte la mirada. Lo escuche maldecir, envolvió una toalla en su cintura en aquel momento y se dirigió hacia la puerta.

—Quédate quieta, no te atrevas a moverte—demando antes de marcharse y cerró la puerta detrás de él de manera estrepitosa.

Sin pensarlo demasiado recogí mis cosas del piso y me vestí rápidamente tratando de que los nervios no me traicionaran. Alexander me hacía perder los sentidos, cuando estaba con él era demasiado vulnerable y comenzaba a sentir cosas por él y sabía que no debía hacerlo, sin embargo no podía evitarlo. Todo lo que venía de él era excitante y me enloquecía, pero sabía que seguir este camino solo me dañaría de una manera que me asustaba. Salí de la habitación y detuve mis pasos cuando escuches voces provenientes de la entrada.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto con tono poco sutil.

—Olvide algo aquí anoche, que por cierto y hablando de anoche, fue demasiado intenso, tengo marcas por todo el cuerpo vecino, aunque debo decir que saber que fueron hechas por ti es una maldita satisfacción—escuchar aquello me hizo sentir un extraño malestar en el pecho y una fuerte molestia en el estómago ¿Qué me estaba pasando?

—Puedes venir en otro momento, ahora estoy algo ocupado—su tono fue cortante y al brusco, sin embargo su amiga no parecía querer marcharse.

—Estas con alguien ¿Verdad? Y no invitas, a veces puedes ser muy egoísta—un sentimiento extraño me invadió en aquel momento, aunque no quería ponerle nombre aquello que sentía.

—Lo soy—admitió como si nada—ahora si me disculpas...

—Anoche no parecías tener tan prisa de que me fuera y mierda, como disfrute tus malditos azotes y embestidas. Eres un maldito salvaje—tuve arcadas y me sentí como una maldita estúpida, porque esto era Alexander esta es su naturaleza y nada iba a cambiarlo, mucho menos una mujer como yo.

—Debes irte ahora—bramo perdiendo la paciencia y decidí que había llegado el momento de salir de allí.

—Debo irme—Alexander se giró hacia mí, me miro de arriba abajo y lo observe apretar los puños.

— ¡Ay no!—dijo aquella mujer que exagerado entusiasmo—Por mí no te vayas, que tal si mejor me invitan ¿Qué dicen?—sugirió, no lo soporte más y lleve mis pasos fuera de aquel edificio.

—Allison—pronuncio Alexander cuando pase por su lado y trato de detenerme tomándome del brazo, sin embargo lo aparte de mí con brusquedad y comencé alejarme sin intención de volver atrás.

El oscuro deseo de Alexander (Libro #4 serie Oscura +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora