² 𝗙𝗮𝗹𝗹 𝗜𝗻 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗤𝘂𝗶𝗰𝗸𝗹𝘆 𝗔𝗴𝗮𝗶𝗻 ─ peter maximoff

twenty five. . . and you call me up again just to break me like a promise

Narra ___:

-¡Jean! ¿Dónde esta mi abrigo? ¡Hará frío allá afuera!

-Trato de encontrarlo. Tienes mucha ropa, dame una prenda ¿no?

-Ok, sólo por ser mi mejor amiga.

-¿Y yo qué? -exclama Nat-.

-Tu eres mi amiga, pero quiero que tengas en claro que me caes re bien.

-Ajá si. También me caes re bien -chocamos los puños-. ¿Dijiste que querías tu abrigo color café claro?

-Si -respondí-.

-Pues no está.

-¡NAT! -gritamos Jean y yo-.

-Que enojonas, aquí esta -me lo da-.

-Planeamos este paseo hace días, amo el otoño. En fin, ahora hay que encontrar mi bufanda. Es de un tono naranja oscuro, es calientita.

Pasamos minutos y minutos revisando, nos turnábamos el buscar, pero no había nada.

-No comprendo -suspiré-, recuerdo que la había dejado acá.

-¿La habrás dejado en algún lado? -pregunta Nat-.

-Puede estar en -me puse seria- mi cabaña o en la casa de Peter -tomé mi rostro y me acosté en el suelo teniendo de apoyo la enorme pila de ropa-. ¿Así de estúpida soy?

-No, no digas eso linda -dice Jean-.

-"Nada dura para siempre", eso siempre dicen. Y resulta que duele, demasiado.

-___ escucha -Nat toma mis manos levantándome-. No tenía idea de que Peter y tu terminaron, pero tienes que seguir adelante, cada quién toma su camino y lo entiendo. Se que puedo llegar a ser mala, y soy muy mala con mi hermano lo cual es divertido. Pero ahora hablo de ti, y a Jean y a mi nos importas. Queremos cuidarte.

-Gracias chicas. Bueno, tengo que hacer una llamada y las veo abajo.

-Esta bien -se retiran-.

Marqué el número de su casa, los nervios se apoderaban de mi y las manos me temblaban como un horrible terremoto.

-¿Hola? -contesta una voz masculina, me quedó sin habla-. ¿Hola? Voy a colgar.

-¡No! -que idiota-. No cuelgues, no quiero hablar contigo.

-¿Para que llamas a mi casa? -baja la voz-.

-Quería saber si mi bufanda estaba ahí, naranja oscura.

-Esta aquí, te la dejaré en la cabaña.

-No es necesario, sólo déjala en la ventana o en cualquier lado en el cual no te pueda ver.

-Bien -sentí que baja su cabeza-. Dirás que qué cosa más tonta la que voy a preguntar. ¿Cómo te ha ido?

-Estoy mal, gracias por preocuparte. ¿Y tu? ¿Sigues corriendo de las personas, y luego olvidarlas? Y haces lo posible por detenerte y no puedes hacerlo por miedo.

-Ya basta ___. Esta no eres tu, te conozco.

Ese es problema, me conocías bien. Sabías que lo que soy capaz. Y si preguntaste una cosa tonta, clásico tuyo. Pero no es tonto divertido como solíamos hacerlo. Es tonto, una mierda si lo quieres más claro.

-___ por favor.

-Eso fue lo que dije, "Por favor Peter". ¿Y qué pasó? Mis días y mis noches no fueron las mismas, las odio por no tenerte, por no hablar contigo, por no besarte.