XLVI - Medidas Desesperadas

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⚠️ TW - Advertencia de contenido:

La escena final de este capítulo contiene una interacción sugestiva entre dos personajes que roza el dubcon (dudoso consentimiento). No llega a mayores, sólo es algo... creepy.
(#/LuciEsMALO)

Advertiré el comienzo de la misma con un emoji de alerta, para quien pueda necesitar un extra de cautela con ese tipo de contenido.

Perdón por el angst, ya falta poco.
Lxs quiero,

Lune.


× × ×

Jamás, en todos sus años de vida, Lucifer se había sentido tan cerca de alcanzar por fin la victoria, y a la vez tan lejos.

Sobre su cabeza, su reluciente corona ejercía el peso justo para recordarle sus enormes esfuerzos para llegar hasta allí; todos los sacrificios que había hecho, la incertidumbre, las injusticias... No había sido un recorrido siempre fácil, ni mucho menos ameno, pero había tenido sus buenos momentos.

Y vaya si él los había aprovechado. A todos y cada uno de ellos.

Cada oportunidad, cada brecha, cada vacante... Todas y cada una de las chances que había tenido para forjarse un nombre, una reputación, un lugar en aquel frío y despiadado reino, tan propenso a olvidar fácilmente a aquellos despojados de privilegios o títulos... A los bastardos como él.

Aún recordaba la mirada que los otros niños le echaban cuando admitía que no conocía a su padre, o que llevaba el apellido de su madre porque dicho padre no sabía nada sobre su existencia... Recordaba los suspiros cansinos y fastidiados de ella, explicándole que no había lugar para ellos en la vida de un alfa tan importante... Haciéndolo sentir insignificante, e indigno.

Recordaba también las burlas, los murmullos, las expresiones desdeñosas de los lores al ser incluido finalmente en la corte del Rey. "El señor sin tierra", le decían, mofándose de la maldita cláusula en el testamento de su padre, aquella que no le había brindado nada más que aquel apellido tan vacío como sus promesas de un futuro mejor; la que lo había convertido en el hazmerreír de sus supuestos pares...

"A mi adorado hijo James, en su condición de mi único heredero legal, léguese tras mi deceso mi hacienda y fortuna completas, incluyendo el señorío y administración del Condado de Edlund, así como también..."

Lucifer no había continuado escuchando aquella perorata, asqueado como había estado por aquellas punzantes y odiosas palabras: "Su único heredero legal"... Pero su padre no lo había notado. O, de haberlo hecho, no había hecho comentario alguno, optando en cambio por voltear hacia su pequeño cachorro consentido para explicarle la implicancia de aquella funesta declaración.

Y oh, la cara de ese estúpido niñato al oírlas... La forma en que sus enormes ojos azules se habían abierto de par en par, sorprendidos. Cómo había balbuceado, mirando de reojo en su dirección casi como si le preocupara su reacción, como si temiera su represalia... Y vaya si debía temerla.
Pequeña y mimada cucaracha cobarde, semejante privilegio otorgado sobre él cuando ni siquiera sabía limpiarse adecuadamente los mocos, cuando era años menor que él... Él se aseguraría de enmendar semejante agravio.

Cegado por el dolor, por la rabia, por la impotencia de todo aquello, Lucifer había decidido poner en vereda a su querido hermanito. Explicarle cómo serían las cosas a futuro, hacerle entender que todo cuanto los rodeaba jamás le pertenecería; que acabaría siendo de él, como primogénito de su padre, pues desde un principio debería haberlo sido. Su condado. Su derecho. Su título...

La Manzana Prohibida (Destiel Omegaverse AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora