X - Un hombre de palabra

2.2K 318 459
                                    

Advertencia: Muy leve contenido adulto. Proceda bajo su propio riesgo (?) :v
---

Dean llegó al castillo sintiéndose presa de una tormenta interior. Por una parte su lado más racional no cesaba de reprocharle la absurda promesa de adolescente enamorado que había hecho hacía apenas unos minutos, en la que se había comprometido a ahondar su relación con los Novak yendo totalmente en contra de sus principios morales, y obviando grotescamente las miles de veces que había afirmado a los cuatro vientos que "¡él nunca se ataría a ningún alfa!" .

Pero, por otro lado, su corazón no paraba de danzar en su pecho, feliz. Sus sentidos estaban sobre-estimulados, ansiosos por obtener más de Castiel; sentía las manos sudorosas, el estómago comprimido, y un calor poco conveniente se había instalado en su bajo vientre, anunciando cuán a gusto su omega interior se sentía cerca de aquel alfa. Era una sensación novedosa, incómoda... y francamente apetecible. Excepto porque tendría que esperar hasta el día siguiente para poder ver de nuevo al responsable de ella, y eso lo hacía sentir vacío y anhelante.

Se escabulló una vez más en el interior de la fortaleza de piedra entre las carretas de mercancías, luego caminó a buen paso por algunos patios en desuso del castillo, y por fin encontró la saliente de piedra que constituía su escarpado camino de ascenso hasta su habitación. Se echó la capa hacia atrás, afirmó bien los pies en la roca y tras asegurarse de que no hubiese nadie cerca comenzó a trepar como el ágil escalador que era, mientras hablaba consigo mismo sobre la estupidez (o brillantez) de sus acciones de esa tarde.

Estaba tan absorto en su monólogo interno, que al recorrer una pequeña cornisa del tercer piso no notó una ventana abierta a su lado, desde donde un rostro familiar y poco querido lo observaba sonriente.

-Interesante elección de deporte, Alteza. Algo arriesgada, ¿no cree? -Crowley dijo con una sonrisa burlona en su redondo rostro. Dean se sobresaltó tanto que se tambaleó en el lugar, y el Duque lo sostuvo por la manga para que no se desplomase al vacío.

-Suéltame, Crowley. -Le gruñó recuperando el equilibrio y deshaciéndose de su agarre. -¿Qué demonios haces espiándome por la ventana? ¡Podrías haberme matado del susto!

-Sugerir que mirar por la ventana de mi cuarto sólo puede definirse como "espiarlo", Alteza, es algo injusto de su parte, ¿no cree?

Dean gruñó, mientras su cabeza procesaba la situación a una velocidad pasmosa, buscando una posible salida a aquel aprieto. Ahora que el maldito enano lo había descubierto en una circunstancia tan sospechosa, lo único que separaría al príncipe de una eternidad encerrado bajo llave sería su propia capacidad para mentir convincentemente... o de adular a su captor.

-No es la primera vez que escalo estas paredes -Dijo intentando sonar relajado- Es una buena forma de gastar energía.

-Oh, eso no lo dudo. También debe serlo el escapar del castillo con ropajes de plebeyo para volver horas más tarde apestando a alfa y con los labios enrojecidos... -Crowley ronroneó con tono casual, mirándose las uñas de la mano.

Dean sintió como el aire se escapaba de sus pulmones, y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano por no golpear al alfa frente a él. En cambio, optó por una táctica evasiva.

-No sé de qué diabl--

-Claro, supuse que no sabrías de qué hablo... -El Duque lo interrumpió con una sonrisa- Pero, Alteza, ante todo dudo que ésta sea una conversación para mantener en éstas exóticas circunstancias... ¿Quizá guste pasar a charlarlo más cómodamente del otro lado de la ventana? ¿Lejos de metros y metros de vacío bajos sus pies?

-Estoy perfectamente así. Ahora dígame, Excelencia. ¿Qué destino me depara? -Inquirió con tono gélido. Podría intentar negar absolutamente todo lo que Crowley acusaba, pero presentía que eso sería peor. Fergus McLeod no era conocido por aceptar que le mintieran en la maldita cara.

La Manzana Prohibida (Destiel Omegaverse AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora