XVI - Conspiración

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Castiel estaba hundido hasta los codos en trabajo cuando una voz que había oído recientemente llamó su atención. Curioso, recorrió con la vista la inmensa y atestada cocina del castillo, rastreando el origen de la misma, hasta que dio con el menudo beta que servía a Dean. El muchachito cargaba una hermosa bandeja de plata que iba llenando con comida, mientras daba diversas indicaciones a los cocineros a su alrededor.

-Por favor que sean cuatro huevos revueltos, y abundante tocino. Sabes cómo lo prefiere...

-¡Ese chico va a terminar rodando por los pasillos del castillo si sigue comiendo así! -El cocinero real rió de pronto, con un claro dejo de cariño en la voz. -¿Y por qué no le dices que venga él mismo a darnos indicaciones de vez en cuando, eh Garth? ¡Hace mucho que no vemos a ese mocoso por aquí!

-El Príncipe ha estado ocupado con Lady Amara, Rufus... De otra forma calculo que estaría aquí, como siempre.

-Seh, la Condesa... esa mujer me da escalofríos. -El hombre bufó, tenebroso- ¿Qué opinas tú, eh Castiel? -Agregó volteando hacia el pastelero de pronto, quien se sorprendió por su súbita mención -¿Te cayó bien la doña?

-Eh... No creo conocerla lo suficiente -El alfa repuso, evasivo, mientras volvía su atención a la preparación sobre su mesada.

-¡Pues ojalá no la conozcas nunca! -Rufus bramó con una risa irónica, mientras revolvía media docena de huevos en un sartén sobre las brasas. A su alrededor varios ayudantes dejaron escapar risas y murmullos de aprobación: Al parecer nadie quería a esa mujer.

Garth, por otra parte, se percató de la presencia de Castiel y se acercó a él con una sonrisa afable.

-Buenos días, Castiel -Le dijo con una leve reverencia, como siempre que se refería a algún alfa, sin importar su rango. El mismo se tensó ante el gesto.

-B--Buenos días... -Repuso mientras espolvoreaba harina sobre la mesa. Estaba tentado de preguntarle por la salud de Dean, pero supo que no sería adecuado hacerlo, por lo que se dedicó a continuar cocinando. El beta sin embargo se acercó más a él y murmuró, mientras fingía buscar algo en la alacena más cercana:

-Sólo quería comentarte que todo está bajo control ya.

-¿De veras? -Castiel inquirió en un susurro, sin poder contenerse -¿Cómo está él?

-Bien -Garth lo interrumpió con una sonrisa tranquilizadora. -Él está muy bien ya, sólo cansado.

-¿Y alguien más supo...?

-No. Nadie.

Castiel suspiró, aliviado.

-Son muy buenas noticias. Gracias, eh... -Dudó- ¿Garth?

-Así es, sí. -El beta asintió, apreciando la preocupación de Castiel por su señor. -Y gracias a ti, por cuidar de él ayer. P--Por cierto, yo tengo... -Dudó un momento, mirando sutilmente alrededor, y por fin suspiró. -Debería habértela llevado ayer, pero los eventos se dieron de tal manera que no pude cumplir con mi tarea a tiempo. Ten -Susurró parándose a su lado y deslizando un sobre sobre la mesada con disimulo. -Antes de todo lo ocurrido, me fue pedido que te hiciese llegar esta misiva personalmente.

-¿Para mi? -Castiel inquirió extrañado, mientras guardaba la carta cuidadosamente en su bolsillo. -¿De Dean? -Agregó en un susurro casi inaudible.

-Bueno... su destinatario me ordenó no mencionar su procedencia. -El beta murmuró encogiéndose de hombros- Pero como sabrás, mi empleo consiste en servir a una sola persona. -Agregó con una sonrisa cómplice. El alfa le devolvió el gesto, rogando interiormente que Dean supiese lo que hacía al confiar tanto en su ayuda de cámara. Por otro lado, aún así, estaba ansioso por leer el contenido del mensaje.

La Manzana Prohibida (Destiel Omegaverse AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora