XLI - Amenaza

1.3K 140 321
                                    


Dean aún estaba intentando comprender lo que acababa de ocurrir, cuando vio a Castiel tomar la espada de uno de los soldados caídos y enfrentar a Ketch. El instinto protector del alfa ardía con claridad dentro de su cuerpo, haciendo al omega sentirse a un tiempo protegido y absolutamente aterrado. No importaba cuán hábil fuese Cas combatiendo, Arthur Ketch era bien conocido en todo el reino por su despiadada efectividad. No había forma de que aquel duelo fuese a terminar sin otro derramamiento de sangre.

-¿Y bien? -Ketch inquirió observándolos con intensidad, pero con una media sonrisa en su rostro. -¿Cómo va a ser? No tengo todo el día...

-Hijo de perra -El omega reclamó. -¿Qué clase de monstruo es capaz de traicionar a sus propios compañeros de esa manera?

-Sólo sigo órdenes, Príncipe Dean...

-¡¿Órdenes de quién?!

-Dean, toma a Jack y vete -Castiel lo interrumpió entre dientes, interponiéndose entre el soldado y el omega, con todo el cuerpo en tensión.

El muchacho rió burlonamente a través de su nariz, sin poder creer la sugerencia, y tomó él también una espada.

-¿Estás bromeando? No voy a dejarte pelear solo contra él...

-Dean, no voy a repetirlo.

-Eso es, Alteza -Ketch se mofó. -Deme más motivos para justificar su trágico destino frente a Su Majestad; será tan sencillo...

-Cobarde hijo de perra -El omega repuso, pero antes de que el otro pudiese agregar nada más, Castiel lo interrumpió, repitiendo su indicación:

-Dean, te dije que--

-¡No voy a dejarte solo, Cas!

-¡Toma a Jack y lárgate de aquí! -El alfa bramó con ferocidad; su voz de mando haciendo al omega detenerse en seco, completamente atónito. 

-¿D--Dean...? -El niño sollozó en voz baja entonces, tirando de su capa. El príncipe inspiró con dificultad, aún aturdido por la violenta orden, y tomando al pequeño alfa en brazos se puso en movimiento, mientras temblaba por dentro.

Jamás hubiese esperado que Castiel le hiciese algo así.

Se alejó unos cuantos pasos, esquivando a los soldados caídos mientras envolvía a Jack en un fuerte abrazo, demasiado consciente de pronto del temor que el pequeño exudaba por cada uno de sus poros en esos momentos como para ignorarlo. Sin embargo, apenas había avanzado lo suficiente cuando Ketch soltó una risita sin humor y apuntó su ballesta hacia él.

-No tan rápido...

Un rápido golpe de la espada de Castiel sobre su brazo desvió su disparo hacia lo profundo del bosque, poniéndolos a salvo justo a tiempo.

-No los lastimarás. -Éste gruñó, su voz más grave y rasposa que lo usual, y antes de que el alfa pudiese contestar nada, levantó su espada con ambas manos y le lanzó un tajo con todas sus fuerzas.

-¿De veras piensas desafiarme, panadero? -Ketch se burló, deteniendo su golpe con habilidad y devolviéndoselo. El otro se echó hacia atrás para esquivarlo, y enseguida contraatacó. -¡Sería más fácil que me dejases matarte y ya!

Pero Castiel no parecía dispuesto a responder a sus provocaciones. Su rostro reflejaba una profunda, furiosa determinación, y al verlo blandir su espada con rapidez contra su oponente, desafiando la velocidad de respuesta de éste, Dean comprendió que quizá lo había subestimado.

-Dean, t--tengo miedo... -Jack murmuró entre sus brazos, temblando como una hoja.

-Todo estará bien. -Él le contestó, con una confianza que no habría creído posible momentos atrás, pero que parecía crecer conforme los segundos pasaban. ¿Cómo demonios era tan hábil Castiel luchando, si se pasaba la mayor parte del día hundido hasta los codos en sacos de harina?

La Manzana Prohibida (Destiel Omegaverse AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora