004. Un mes.

464 103 3
                                    

Hoseok tarda media hora en convencer al director Kang de mantener la calma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoseok tarda media hora en convencer al director Kang de mantener la calma. Ambos esperan a que aparezca uno de los reemplazos que Namjoon ha dejado en su lista la semana pasada para largarse tranquilamente a Erila con su jodida familia rica.

Lo tiene de los nervios. Aunque no han quedado peleados. A veces, Hoseok piensa que Namjoon y él tomaron las vidas equivocadas. Su mejor amigo sabe calmarlo mejor que él a sí mismo, y es mucho decir de alguien que sabe menos que él sobre regulación emocional. Lo conoce demasiado bien y le tolera todo.

—Kim Seokjin está haciendo las entrevistas —menciona Hoseok—. He visto un par de personas entrar a su despacho esta mañana.

—Ninguno cumple las expectativas ni la experiencia que requerimos —contesta el director Kang, tajante—. Somos una institución de renombre nacional, Jung, necesitamos profesionales de calidad que puedan arreglar el despelote que dejó Kim Namjoon en su despacho y en el sistema. No sé cómo es que duró tanto tiempo en este lugar.

Porque su trabajo es impecable, piensa Hoseok. Y se muerde la lengua para evitar un sobresalto que lo deje en la calle también, pero de manera involuntaria. Detesta que su jefe le hable de esta forma y que lo trate como a un idiota.

—Alguien debe quedar en la lista —insiste con calma.

El director Kang le extiende la bendita lista de contactos, cuyos nombres han sido tachados uno a uno con lápiz de color rojo. Se pensaba que él era quisquilloso con los trabajadores nuevos, pero Seokjin está llevándose la corona en este instante. Es imposible que nadie sea lo suficientemente bueno.

—¿Qué hay de Min Yoon-gi? —inquiere. Leyendo el único nombre que permanece intacto en el papel.

—No contesta.

—Ash, que mal. —Se mordisquea el labio inferior mientras lee el nombre otra vez.

Min Yoon-gi.

—Tenemos el anuncio en línea y en los diarios —dice su jefe—. Las personas comenzarán a enviar currículo en un par de semanas, ¿lo entiendes? Son semanas que no tenemos. Necesitamos que el papeleo esté listo. Las facturas. Las boletas. Todo. Y dentro de una semana.

—¿Qué hay del administrador? Puede in...-

—De vacaciones —interrumpe el director Kang.

—¿Y no hay nadie más? Un ayudante de Nam... joon —corrige el final—, o lo que sea.

—Nadie.

Para ser institución de «renombre nacional», tienen bastante poco presupuesto. Es la razón por la cual las personas no trabajan demasiado tiempo allí. Aunque se ahorra esas palabras. Porque de renombre, pero estatal, y eso significa sueldo relativamente mediocre en comparación con otras instituciones o empresas privadas. El mayor presupuesto de este sitio se va al hogar y a quienes trabajan para él, directamente con los niños, como Hoseok, por ejemplo.

—Veré qué puedo hacer —sugiere Hoseok.

—No puedes hacer nada —sentencia su jefe—. Preocúpate de los niños, ese es tu trabajo. Quiero el informe de este mes cuando corresponde. Es todo, Jung.

Hoseok da un asentimiento y se pone de pie. Encuentra a Seokjin cuando abre la puerta y lo saluda a medias para después caminar hasta su despacho.

Informe tras informe, el día se pasa con rapidez. Hoseok toma tan enserio su trabajo que, en ocasiones, olvida comer. Para su mala suerte Namjoon ya no está allí para sacarlo del despacho a la hora correspondiente. Es por ello que el reloj ya marca su horario de salida cuando su estómago empieza a pedir comida a gritos.

Deja todo tal cual lo encuentra cada mañana (en orden absoluto) y se despide de Goeun con una sonrisa que decae apenas se percata de la reconocida figura femenina que lo observa desde un rincón de la recepción del edificio.

Acompañada de otro hombre.

Y un portafolio.

Se traga el temor.

Las malas ideas.

El mal presentimiento.

Yeun se acerca a él con pasos de piernas tambaleantes. Nunca supo caminar bien con tacones, pero aun así le encanta utilizarlos. Y a Hoseok le encanta como realza su figura y sus lindas piernas. Ella no sonríe esta vez. Es más, su expresión neutral provoca que la mala sensación en Hoseok incremente, inclusive antes de que logre pronunciar una palabra. Intenta sonreír cuando la tiene cerca.

—Hola —saluda entonces con timidez.

—Tienes un mes para firmar. —Es lo que responde Yeun extendiendo un montón de hojas hacia él—. Y para salir de la casa. Buenas tardes.

—Yeun. —Es lo único que alcanza a balbucear antes de que ella sólo gire sobre su propio eje y se aleje para perderse tras la puerta de la entrada principal del edificio.

Hoseok se queda estático. Con Goeun a su lado mirándolo con una expresión de vergüenza mezclada con lástima. En tanto, lee Acta de divorcio en la primera hoja y al mismo tiempo mira el anillo brillando en su dedo anular con los ojos empapándose, listos para explotar.

 En tanto, lee Acta de divorcio en la primera hoja y al mismo tiempo mira el anillo brillando en su dedo anular con los ojos empapándose, listos para explotar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulces de humo ✎ 2025: EN FÍSICO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora