"Hay un momento en que finalmente te das cuenta, no hay forma en que puedas cambiar la marea, solo dejarte fluir en ella"
⊹˖ ࣪.
Durante el camino de vuelta a casa habían reído plácidamente mientras sus ropas escurrían y el cabello les goteaba.
No habían tocado el tema del beso, pero a decir verdad Adeline no tenía prisa por hacerlo, tampoco quería pensar demasiado, la mayoría de el tiempo pensar de más las cosas sólo las arruina.
El camino se sintió menos largo que antes, y mucho más pronto de lo que deseaba, se encontraban en casa. El vecindario se veía silencioso y oscuro, salvo por las luces de las farolas que iluminaban el camino con una luz amarillenta y débil.
Al mirar hacia su casa, la castaña sintió un extraño vacío, una sensación de no pertenencia, como si estuviera observando la casa de otra persona completamente distinta a ella. No quería entrar ahí, no quería estar sola, deseaba detener el tiempo y no tener que caer en su realidad de nuevo.
—Hoy fue un buen día—Nate habló en voz baja y suave. Casi en un susurro, cargado de unos ojos brillantes y cansados que la miraban con atención.
—Lo fue—concordó sonriéndole levemente.
Sabia que jamás olvidaría ese día, jamás olvidaría ese beso, aún cuando la piel de sus labios lo hiciera.
Ambos bajaron del auto y Nate la escoltó hasta la puerta de su casa.
—Duerme bien, Nate—dijo ella dedicándole una sonrisa para después entrar a su casa.
—Descansa, Addy—el rizado respondió, apartándose hasta su destino.
Ambos chicos separaron sus caminos, sin saber lo que le esperaba a cada uno al llegar a casa.
Adeline cerró la puerta detrás de ella y se apoyó en la pared intentando recobrar el control de su respiración. Subió las escaleras, con la mente aún nublada por la dopamina, tan pronto abrió la puerta de su habitación el pequeño Gato se acercó maullando hasta ella.
—¡Me beso!—tomó en brazos al felino—¿Escuchaste eso Gato? ¡Él me beso!—sonrió apretándolo contra su cuerpo en un abrazo.
Sabía que cuando despertara tendría que enfrentarse a sus padres y hablarles sobre el citatorio, sabia que tendría que volver a Denaly, probablemente encontrándose con las personas que había deseado enterrar profundamente y no volver a saber jamás de ellas. Sabía que tendría que hablar sobre todas las cosas que hizo y que estaría en serios problemas por haber estado involucrada en ese mundo.
Pero justo en ese momento, decidió no sentirse culpable por disfrutar un momento más de la sensación que aún conservaban sus labios de ese beso y de las mariposas aleteando desesperadas en su vientre.
𓆝 𓆟 𓆞
Cuando despertó al día siguiente, su cuerpo se sentía pesado y adolorido. El cielo estaba cubierto de nubes y la luz que entraba era tenue y somnolienta. Se levantó poco a poco, con la sensación de la garganta seca y dolorida, estiró sus brazos viendo las cintas que cubrían sus nudillos heridos y con cuidado las retiro, se permitió sonreír con gracia dejando las pequeñas bandoletas al lado, a decir verdad, de no ser por Nate, ella no habría ido por su cuenta al médico. No le tomaba tanta importancia a esas cosas y detestaba los hospitales, los recuerdos más horribles que tenia la habían hecho terminar en ellos.
Eran las 7:30 de la mañana, sus padres llegarían hasta las 9:00 así que aún tenía tiempo para pensar en cómo hablaría con ellos.
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SOMNIA
Random"Arderá a través de ti como un incendio forestal en medio de un bosque, encendiendo tu alma y bailando entre las llamas, y cuando se haya ido el olor de su humo será lo único que quede para calmarte." Las hadas solo vuelan en los sueños, los príncip...