"De todas las ruinas del mundo. La ruina del hombre es, sin duda alguna, el más triste espectáculo"
⊹˖ ࣪.
—Señorita Bassi, tómelo con calma. Tómese un momento y cuando esté lista continua.
Adeline asintió, deslizando su mano por su frente limpiando la ligera capa de sudor, su corazón latía desbocado y la sensación de pánico persistía implacable. A pesar de sus manos temblorosas, tomó una profunda bocanada de aire y se obligó a seguir adelante, no retrocedería, ya había llegado demasiado lejos, más de lo que creía poder.
—Un día antes de salir de vacaciones Katherine me dio una paliza y terminé en el hospital, cuando mis padres quisieron saber que había ocurrido yo les mentí—tuvo que detenerse un momento antes de continuar.
No podía recordar ese momento de su vida sin pensar en Tomás. Un pinchazo le estrujo el corazón casi dejándola sin aire, no quería hablar de él, era demasiado doloroso y sabía que no serviría de nada.
—Durante las vacaciones, me oculté de ellos. Pero al regresar a clases, el deseo de alejarme se convirtió en una lucha interna. Cuando finalmente decidí poner un alto, todo se tornó aún más oscuro. Me llevaron a un lugar que parecía sacado de una pesadilla, donde me mantuvieron encerrada, atada como un simple objeto. Los golpes eran casi diarios. No tengo claro cuántos días pasé en esa prisión; el tiempo se desdibujó en mi mente. Sentía que moría poco a poco, la sed y el hambre devoraban mi cuerpo, hacia demasiado frío—arrugó el entrecejo recordando la desesperación que había sentido—Busqué con todas mis fuerzas una forma de escapar, y yo...
De pronto la habitación parecía quedarse sin oxígeno, estaba demasiado nerviosa. Se preguntaba que sucedería después de ese día, después de haber hablado sobre eso ¿Sería llevada a prisión? Estaba aterrorizada, pero por alguna extraña razón no podía dejar detenerse.
—En esa bodega habían estantes abarrotados de drogas de todo tipo: cigarrillos, pastillas, jeringas llenas. Ella estaba golpeándome, y en un acto impulsivo de desesperación, tomé un puñado de ellas y se las clavé en la pierna.
Las palabras salieron de su boca con un nudo en la garganta, cada sílaba cargada de la rabia y el miedo que había acumulado. Estaba recordando ese momento de locura, pero también de liberación; como si al hacerle daño, pudiera recuperar un poco del control que me habían robado.
—Lo hizo en defensa propia—dijo el oficial.
—Si—asintió.
Aunque por dentro sabía que una parte de ella, y no tenía claro en que cantidad, se moría por hacerlo, por lastimarla.
—¿Qué pasó después?
—Sam me disparó, estuve un tiempo en el hospital y luego mis padres y yo nos mudamos. Después de eso no hay nada más, no había sabido nada de ellos ni de este lugar. Solo estoy tratando de comenzar de nuevo.
El oficial asintió y recargó sus brazos en la mesita. Parecía demasiado tranquilo y sereno. Le aterraba.
—Bien...—acomodó sus papeles—Ha dejado algunos espacios en blanco...—leyó una de sus hojas—Usted ha mencionado a Katherine y otras personas más ¿Cuáles son los nombres de el resto?
—Sam Dillion fue quien me disparó—respondió sin titubear.
—Él está en búsqueda aún, no ha sido descartado su caso, seguimos buscándolo, asumo que sus padres ya se lo han dicho.
¿Cómo es posible que aún no lo hayan encontrado? ¿Por qué sus padres no le habían dicho nada? Debía ser una broma. Hubieron muchas cosas que quiso decir al respecto en ese momento, pero solo asintió, mordiendo su lengua y apretando los puños.
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SOMNIA
Random"Arderá a través de ti como un incendio forestal en medio de un bosque, encendiendo tu alma y bailando entre las llamas, y cuando se haya ido el olor de su humo será lo único que quede para calmarte." Las hadas solo vuelan en los sueños, los príncip...