Capituló 42

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"No estoy segura de mucho en mi vida. Pero estoy segura de que te ame con una profundidad que el mar jamás podrá entender."

⊹˖ ࣪.

—¿Hola?

—Buenas noches Addy.

La castaña deslizó una apretada sonrisa por sus labios al escuchar la voz de Nate. Cómo si aquellas palabras hubieran sido un abrazo fuerte pero fugaz.

—Hola Nate—respondió.

—¿Cómo estas? ¿Haz hablado con tus padres ya?

Adeline trago saliva con dificultad al pensar en la cantidad de mentiras que tendría que decirle.

—He cenado con ellos y todo parece estar en orden, me siento mejor ahora—mintió—¿Tú cómo estás?

—Me alegra escuchar eso, estoy llegando al campo justo ahora ¿Segura que no quieres venir? Puedo regresar por ti aún, realmente me gustaría tenerte aquí.

—Yo...creo que necesito descansar. Planeaba dormir un poco.

—Por su puesto—concordó.

El ruido de la multitud de el otro lado de la línea comenzó a escucharse fuertemente y Adeline supo que cuando la llamada terminara, no habría vuelta atrás.

—Todo saldrá perfecto, Nate. ¿Lo sabes, verdad?—escucho un suspiro del otro lado de la línea, casi pudo verlo sonreír.

—Realmente necesitaba que lo dijeras.

Adeline sonrió limpiando la lágrima que se deslizaba por su mejilla.

—Te amo ¿También lo sabes verdad?

—Estoy a punto de sonar como el imbesil más cursi de el mundo, pero por favor no dejes de decírmelo. Me encanta escucharlo.—pidió.

Adeline llevó una de sus manos a su cabello peinándolo hacia atrás con frustración y tomó aire forzándose a sonar normal.

—No lo haré—respondió.

—Iré a verte tan pronto termine el partido y hable con mis padres. ¿Está bien?

La castaña apretó los ojos con fuerza enterrando sus uñas en sus palmas.

—Creo que será mejor vernos mañana. Asumo que dormiré como un oso toda la noche y tú también necesitarás descansar al llegar.

—Claro, será mañana entonces.

—Será mañana—repitió. Sus entrañas se estrujaron con rudeza.

Quería decirle que lo que más anhelaba en ese momento era estar a su lado, quería salir corriendo hacia el campo y verlo correr con sus rizos dorados sostenidos por una banda. Quería ver sus cejas curvearse cuando se concentraba antes de que el silbato sonara, quería abrazarlo después de que hablara con sus padres y quería besar sus labios hasta que ambos estuvieran agotados deseando solamente dormir.

—¡Wesley! ¡Es hora!

Un grito se escuchó de el otro lado de la línea, entonces Adeline volvió a la jodida realidad.

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