Capítulo 28

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"El camino es rocoso, el piso se hunde y la lluvia quema. He dejado de reguntar a dónde va. Soportaría cualquier cosa si al final estás tú"

⊹˖ ࣪.

Su cuerpo estaba empapado, recordándole el tiempo que había pasado bajo la implacable lluvia en aquel oscuro callejón.

FLASHBACK

No importaba cuántas veces estuviera en aquel sitio, la sensación era siempre la misma. El aire nauseabundo cargado de humo se adhería a su piel, mientras la música retumbaba en sus oídos. Los hombres a su alrededor siempre exhibían su dominio, con armas cargadas escondidas dentro de sus pantalones, las cuales posaban sobre la mesa con orgullo, proclamando su poder. Se sentía atrapada en aquel ambiente hostil, donde el miedo y la tensión se palpaban en el aire.

Extendió su mano temblorosa para tomar el vaso con líquido brillante, llevándolo lentamente hasta sus labios. La sensación ardiente le quemó la garganta, y en ese instante, saboreó la mezcla agridulce que inundaba su boca, dejando una sensación intensa en su paladar.

Frente a ella estaban los comerciantes más importantes de la elite, amigos cercanos de Katherine y unos monstruos por su puesto. Charlaban entre sí mientras bebían y alardeaban de sus negocios, negocios ilegales y asquerosos que para ellos eran el mayor orgullo.

Sin embargo, Adeline había estado en ese sitio tantas veces que ya se encontraba familiarizada, no podía decir que encajaba, pero ya conocía bien cada cosa que sucedería en el transcurso de la noche. El cóctel, la música, las infinitas rondas de tequila y licor de la más alta calidad, y por supuesto, la creación de nuevos negocios y alianzas.

Las primeras veces que estuvo ahí, habían sido casi insoportables, ella solía ser una persona inocente, absolutamente ajena a toda la maldad que fue posada frente a sus ojos de pronto.

—¡¿Donde está el bastardo que intento verme la cara?!

La puerta de la bodega se abrió de golpe, revelando la figura imponente de un hombre alto. Cada milímetro de su piel estaba adornado con intrincados tatuajes, su mandíbula tensa y sus pómulos endurecidos mostraban determinación, mientras las venas marcadas de sus brazos y cuello revelaban una fuerza latente. Su presencia llenaba la habitación de peligro y fuego. Adeline reconoció esa voz profunda y ronca casi al instante, pero no logro recordar de dónde.

El hombre se adentró como un jaguar a punto de atacar a su presa con pasos firmes y determinados, tan solo tuvo que remangar la manga de su camisa para depositar un golpe fuerte y duro contra el rostro de uno de los chicos que bebían frente a ella.

La castaña se estremeció cuando lo vio caer de la silla hasta el suelo. No se pudo mover de su lugar, pero su corazón se aceleró a una velocidad casi peligrosa.

—¡Levántate!—le gritó.

El chico en el piso se incorporó con dificultad limpiando con el dorso de su mano la sangre que salía de su boca. Todos alrededor presenciaban la escena sin atreverse a pronunciar la más mínima sílaba.

—Yo puedo explicarlo señor...—suplicó.

—No lo necesito—el hombre pasó las manos por su cabello mientras caminaba a su alrededor.

—Fue un malentendido yo n...

Otro golpe fue depositado sobre su cara haciéndolo caer de nuevo. El hombre se irguió sacudiendo su mano, le dio la espalda al chico en el piso y comenzó acomodar la manga de su camisa de nuevo, con elegancia y cuidado.

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