"El provenir es mucho más de los corazones que de las mentes. Amar, es lo único que puede ocupar y colmar la eternidad. El infinito preciso de lo intangible."
⊹˖ ࣪.
Parpadeó para combatir las lágrimas que se estaban acumulando en sus ojos y se levantó con resolución caminando hacia la maleta. La hoja de cedro estaba curada y lustrosa bajo sus dedos, la superficie suave como la seda. Con una profunda respiración, tomó la manija y lo estrechó, estaba todo empacado y listo para partir, el día había llegado. Era hora de irse a Denaly de nuevo.
No había dormido bien, a penas su cabeza había tocado la almohada, la alarma había sonado. Eran las 6:10 a.m. y se sentía mareada, tenía náuseas, y le dolía el cuerpo. Su mente estaba inundada de pensamientos obsesivos, sus nervios bailaban a un ritmo frenético. El cansancio le empujaba hacia delante, como una ola que trata de arrastrarla hacia un maremoto de emociones.
Su madre iba de un lado a otro de la cocina, moviéndose con la energía nerviosa de alguien que intenta mantenerse ocupado para ignorar sus pensamientos. El olor del café cargado inundaba el aire, creando un ambiente cálido y reconfortante que aminoraba un poco la situación. Su padre estaba en otra habitación, las páginas de su carpeta iban y venían mientras organizaba y revisaba documentos antes de marcharse.
Se puso de pie arrastrando la maleta hacia afuera y bajando las escaleras. En realidad era una maleta pequeña, llevaba estrictamente lo necesario, no podía si quiera pensar en durar más de lo dicho. Gato estaba sentado en un escalón mirando todo lo que ocurría con sus enormes ojos, le sonrió y lo levantó en sus brazos llevándolo escaleras abajo con ella.
—Ya casi terminó hija, dame dos minutos y nos vamos—su padre corrió hacia arriba de nuevo y Adeline asintió mirándolo pasar a su lado.
—Me iré solo un par de días ¿De acuerdo? Tú abuela te cuidará y tú cuidaras de ella—Adeline beso la nariz de Gato repetidas veces.
Míaw. Ronroneó.
—También te extrañaré.
Bajó a Gato de sus brazos y se encaminó hasta la barra de la cocina donde estaba su mamá, tenía puesta la pijama aún y el cabello sostenido en un moño despeinado, sonrió al verla emitir una sonrisa apacible y dulce.
—Ven aquí—su madre la abrazo—llámame para contarme cómo va todo ¿Si?
Adeline asintió aún en sus brazos soltando el aire que llevaba dentro. Un abrazo de su mamá era todo lo que necesitaba siempre, pero lo recibía pocas veces.
𓆝 𓆟 𓆞
El coche avanzó como una pluma por la carretera, bordeando campos y paisajes. El sonido del viento al enfrentarse a la parte delantera del auto era un murmullo melodioso, y el motor, un ritmo constante y monótono. Adeline fue lentamente perdiendo la consciencia, y su cuerpo cedió a la tentación de la comodidad y el sueño, necesitaba descansar un poco antes de que todo comenzara. Había estado leyendo sobre eso, cuado el cuerpo está sumergido a demasiado estrés y tensión, se apaga.
Unas horas más tarde cuando llegaron a Denaly y a casa, se sintió extraña, todo estaba igual que como la habían dejado al marcharse. El ambiente en su habitación era tan denso que podía cortarlo con un cuchillo. La luz del atardecer entraba silenciosa y triste, como si estuviera a punto de abrazar a Adeline y consolarla. El polvo en el buró era el testigo sigiloso de cuánto tiempo se había pasado desde que ella había estado allí por última vez.
No podía dejar de pensar en Nate, en todo lo que él le había dicho, en su mirada, en sus besos. Las mariposas atacaban su vientre solo de pensar en eso y sentía sus mejillas calientes. Ultimamente era el único sentimiento de felicidad que tenia, cuando pensaba en él, cuando él estaba cerca.
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SOMNIA
Random"Arderá a través de ti como un incendio forestal en medio de un bosque, encendiendo tu alma y bailando entre las llamas, y cuando se haya ido el olor de su humo será lo único que quede para calmarte." Las hadas solo vuelan en los sueños, los príncip...