La misma rutina del día anterior ocurrió esa misma mañana, entraron al aula de clases, Mikey tomó asiento, señaló a Takemichi un lugar ocupado, Takemichi se encogió de hombros y se adelantó a otro lugar, solo para ver cómo el alfa empujaba a su segunda víctima de la semana.
Takemichi negó lentamente y se sentó en el ahora asiento vacío, su mochila cayendo perezosa en el pupitre y su rostro sobre ella con fastidio.
— Debes dejar de hacer eso, Mikey-kun. — Murmuró, levantando una mano hacía Makoto, quien ya estaba en el aula. Fue un saludo rápido y reprochable, ¿Dónde había estado?
Rápidamente volvió su atención a Mikey, suspirando derrotado.
— ¿Qué cosa? — Preguntó el alfa, ladeando su cabeza con una ligera mueca, ¿Estaba jugando a hacerse el inocente?
— Empujar a tus compañeros, a eso me refiero.
— Ah...
La vena en la sien de Takemichi, sobresalió un par de veces, no podía creer lo despreocupado que era Mikey y al parecer, era un comportamiento repetitivo, nadie más allí parecía preocupado.
— ¿Qué voy a hacer contigo? — Cuestionó, inflando sus mejillas.
— Relájate, Takemicchi.
— ¿Pueden parar ustedes dos? Parecen una pareja de casados.— Comentó Draken, aburrido del intercambio.
Takemichi se sonrojo, mirando mal a Mikey quién solo sonreía como idiota.
— ¿Sabes, Takemicchi? Me gusta que no salgas huyendo como todos.
Takemichi miró confundido al chico, preguntándose a qué se refería, sin embargo, no pudo ahondar más, ya que el maestro entró, dejando caer sus pesados libros en el escritorio para llamar la atención. Otro alfa más.
Levantó su cabeza, apoyando su mejilla en la palma de su mano.
— Buenos días, chicos. Está clase es muy importante, porque vamos a aprender sobre los distintos subgéneros, en especial los más comunes. Recuerden que están en esta escuela para aprender a controlarse y no saltar sobre el primer omega o beta que vean, incluso no parecer animales salvajes con otros alfas.
Hubo un suspiro compartido en el aula, algunas simplemente aburridos por esa clase. Takemichi se enderezó, sacando su libreta y bolígrafo, ese tema le interesaba.
— Empecemos con los omegas, ¿Cómo reconocerlos? ¿Alguien tiene idea? — El maestro hizo una pregunta al azar y varios alfas de forma burlona levantaron su mano, pero quién se ganó la palabra fue un alfa robusto y con las mejillas regordetas.
— Es fácil, solo basta con ver su trasero y comprobar que tan húmedo está por un alfa, enseñando sus cuellos como putas.
Las risas no se hicieron esperar, como alguno que otro comentario de acuerdo, Takemichi abrió su boca indignado, golpeando con sus palmas el pupitre.
— ¡Eso no es cierto!
Todo se detuvo a su alrededor, las miradas puestas en él. Su primer impulso fue encorgerse, pero ante la mirada del maestro, se aclaró la garganta y agregó.
— Se reconoce a un omega por el olor, no por la humedad de sus pantalones, cabeza hueca.
— Uhhhh.— Aullaron alguno de los estudiantes, mirando al alfa con gracia.
— ¿A quién le dices así? — Takemichi no bajo la mirada, ni siquiera cuando el alfa amenazó con golpearlo.
— A ti.— Contestó tembloroso, iba a morir con dignidad.
— Pah, déjalo.— Mikey trató de aminorar el ambiente, pareciendo aburrido. Su mano se balanceaba de un lado a otro.
El maestro se aclaró la garganta y por fin intervino. Takemichi se sentó.
— Calma todos. Señor Hayashida no puede expresarse de los omegas así. Y el estudiante nuevo tiene razón, su olor es la forma más común de reconocer a los omegas. En el caso de un omega femenino, sus rasgos son muchos más finos y delicados. Y un omega masculino, es más difícil de reconocer a primera vista. Si están usando supresores su olor es imperceptible, pero pueden reconocerlos por su cuerpo, sus facciones más finas y hasta sus caderas son más angostas que un hombre alfa o beta.
Takemichi bajó la cabeza, con las mejillas cálidas por la vergüenza. Ese tema de los omegas ya lo sabía, sin embargo, no era algo que aceptará con facilidad.
Sintió una mirada intensa y aterradora sobre él, girándose al creer que era Mikey, iba a regañarlo por no prestar atención, grande fue su sorpresa al notar que su compañero de habitación, quien estaba prácticamente escondido en un rincón del aula, lo miraba
Si los ojos matarán, seguramente estaría muerto gracias a él, ¿Qué le pasaba ahora?
Estúpido y sensual Sanzu.
Su piel se erizó, teniendo un mal presentimiento. Odiaba tener la atención de ese chico.
Volvió su mirada al tablero, mordiendo su labio inferior. El maestro continuó, mostrando en una proyección, la foto de varios omegas.
Los alfas volvieron a aullar felices, alardeando sobre lo fácil que sería conquistar omegas, cómo no.
— Takemicchi es el único con novia, debe saber cómo son los omegas, ¿No? — Dijo de forma burlona el tal Mitsuya. El grupito se había acercado más, mientras el maestro seguía con sus explicaciones.
— Keisuke también tiene un omega.— Draken dijo como si nada, era el único que en realidad prestaba atención a la clase.
— No voy a hablar de Chifuyu con ustedes, pila de pervertidos.— Baji agregó celoso, levantando libreta para golpear a sus amigos.
Takemichi levantó una ceja, tratando de recordar ese nombre. Creía haberlo escuchado antes, probablemente lo había visto por los pasillos en su escuela.
— Kenchin está enamorado de mi hermana, pero ni siquiera es capaz de decirlo.— Dijo Mikey, jugueteando con la punta de un lápiz en su boca.
Takemichi lo miró con interés, perdiéndose en los movimientos de sus labios.
Se puso rojo de la pena cuando Mikey lo descubrió. El alfa le sonrió, guiñándole el ojo.
— Cállate, Mikey.
La clase continuó aunque la bola de alfas estuviese peleando entre sí, con Takemichi realmente cansado. Odiaba estar con esos salvajes, el maestro tenía mucha paciencia con ellos.
Continuaron está vez, con el tema de los alfas y el nudo, está vez fue el turno de Takemichi de ahogarse, ¡Era muy inocente para ver eso!
— Los alfas son los más agresivos y posesivos por su naturaleza, pero muchas veces esas actitudes están arraigadas y es muy difícil controlarlos. Por eso, son quienes controlan la sociedad, aunque a muchos no les parezca, ¿Se puede luchar contra los instintos?
Takemichi no sabía que pensar. Los alfas eran engreídos y todopoderosos. En su familia solo su padre era alfa, pero jamás lo veía por el trabajo.
— Al igual que los omegas, se reconocen por el olor y muchos tienen una complexión fuerte, existe solo un pequeño grupo que no necesita de fuerza para ser dominante, solo con su voz es suficiente para darse su lugar ante la multitud.
Ahora la foto de los alfas, Takemichi vio a varios grandes, pequeños, también la anatomía sexual. Ladeó su cabeza, para no ver esas cosas.
Se le hizo eterna la explicación, hasta que el profesor cambio el tema a los betas. El género secundario más común y tranquilo, no tenían que pasar ni por celos, ni estaban en riesgo de ser atacados como los omegas.
Takemichi deseo llevar una vida más tranquila como beta.
Buenas noches, ¿Cómo han estado? Yo muy bien, gracias.
¡Casi los 2k de vista! Muchas gracias por el apoyo.
Si tienen alguna sugerencia o ven errores, no duden en decirme
¿Ya vieron los paneles del KokoInu? Amo esa shipp con mi vida.
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Omega Impostor; Maitake.
RomanceOmegaverse. Tokyo revengers. ¿Qué haría un omega qué se infiltró en una escuela solo para alfas y betas? Descúbrelo en esta historia. Créditos de la portada a Sunshimita.