Tan cerca; Capítulo 33.

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Takemichi se tumbó sobre el césped húmedo, limpiándose con la manga de su camisa descolorida las gotas de sudor que perlaban su frente; debía verse desastroso con la ropa revuelta y su cabello despeinado, sumado al cansancio por el sobreesfuerzo de los últimos días. A su lado Chifuyu no estaba en mejores condiciones, pero con la diferencia de que el omega se veía lindo incluso con su aspecto desaliñado. Takemichi soltó de golpe el aire retenido en sus pulmones, ante la repentina necesidad de empujar a Chifuyu por ser tan guapo, eso debía ser ilegal, ¿no?

Lentamente habían pasado cinco meses y dos semanas desde la última vez que había visto a Mikey y a sus amigos; Takemichi se había vuelto popular entre sus conocidos y no tan conocidos por la hazaña de infiltrarse entre alfas y betas intimidantes, consagrándose rápidamente como un omega valiente y, de paso haciendo muchos amigos. No estaba tan orgulloso de ello, pero por lo menos nada le faltaba hasta la fecha. A solo un día de terminar las clases, los alumnos se estaban preparando para un pequeño festival que se hacía cada año para reunir a alfas, betas y omegas por igual. Justo en esos momentos, Takemichi descansaba después de haber limpiado muchos estantes.

El omega se había ofrecido voluntariamente a ayudarle al club de Chifuyu con la limpieza, puesto que lo suyo no era eso, solo debía ayudar a hacer postres por su club de cocina; luego podría preocuparse por la cantidad de dulces que debía preparar antes del festival, por ahora, era más pertinente seguir con la limpieza que parecía no tener fin, todo sea por sus amigos. Se encogió de hombros, estirando sus piernas a lo largo del césped en un vago intento por relajarse.

— Ya me cansé de limpieza— dijo Takemichi, apoyando sus manos en el suelo para reclinar su espalda y beberse un poco del clima cálido de verano, menos mal estaban rociando agua para limpiar los estantes o seguramente se estaría achicharrando por el calor.

— Recuérdame porque elegimos ese estúpido stand— murmuró Chifuyu frustrado. Los puestos de juego parecían divertidos a primera vista, pero daban el doble de trabajo.

— Parecía fácil la primera vez que lo mencionaron, ¿recuerdas? — agregó Hakkai, sin moverse del pequeño banquillo que estaba usando de apoyo.

— Es verdad— respondió Chifuyu con amargura—. Takemichi es un suertudo, solo debe hacer postres.

—¿Qué dices? — preguntó el oji-azul completamente indignado; tenía sus cejas fruncidas y en su boca un pequeño mohín— Hacer postres no es fácil, si quieres cambiamos de lugar— ofreció con cautela. Hacer una variedad de postres llevaba bastante tiempo, incluso había mezclas que debía dejarlas reposar por horas enteras para que estuvieran en su punto. Nunca se llamaría a sí mismo suertudo.

— Supongo.

Ante esa respuesta chasqueó su lengua y por su bien, lo ignoró, de todas formas se quedaron en silencio hasta que Chifuyu decidió dejar la pereza de lado y seguir limpiando. Tomó una de las mangueras tiradas y empezó a enjuagar los estantes que faltaban mientras parloteaba sobre sus planes para la feria. Takemichi sonrió, sin quitarle la vista de encima al omega rubio cenizo paseándose de un lado a otro.

— ¿Están nerviosos por qué mañana por fin se reunirán con sus alfas? — preguntó un curioso Takemichi, sin perderse la forma en la que el labio inferior de Chifuyu se contrajo y luego, les sonrió como si nada; era un chico curioso cuando trataba de mostrar sus emociones, por lo general su aroma no cambiaba demasiado.

— Por supuesto, pero estoy acostumbrado a ver a Keisuke en fotos y los vídeos que me envía diario por lo que no será tan sorprendente.

— Mentiras, te la pasas hablando de ese greñudo día y noche— le delató Hakkai. El omega más alto se incorporó con pereza, yendo a cumplir su parte justa del duro trabajo. Takemichi se tragó una carcajada para no amargar el ánimo de Chifuyu.

Omega Impostor; Maitake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora