Aclaración: está idea salió de mi cabeza y pum, aquí está. Mucho amor como siempre.
— Repasemos nuevamente el plan.— Anunció Yamagishi, sosteniendo entre sus manos una vara larga con la que señalaba en el tablero cada aspecto de la misión titulada: Infiltración alfa.
Nombre ridículo, para una misión ridícula.
Takemichi resopló, siendo el protagonista de aquel reto suicida. Por más que dijera que era una estupidez, nadie le prestaba atención. Todos estaban concentrados poniendo a prueba su paciencia.
Se preguntaba que había hecho en su vida anterior para merecer tal castigo, probablemente pisarle la cola a un gatito, o tal vez no compartir las cadenas de WhatsApp, pero las cosas siempre le salían mal. El único consuelo que le quedaba era saberse un buen chico y un omega sencillo que haría cualquier cosa por sus amigos.
Para poner en contexto, La secundaria estaba dividía entre alfas y omegas, cada uno tenía su propia escuela, sus propias reglas y sus propias actividades. Los betas al no tener un olor distintivo o sufrir los calores, podían elegir a donde ir. Una ventaja que en la sociedad, los hacía ver más normales y libres.
Es por eso que Takuya, Yamagishi, Akkun y él, estaban en el mismo lugar. Los únicos omegas del grupo eran Yamagishi y Takemichi. Makoto, su otro amigo, resultó ser un alfa para sorpresa de todos. No hubiese sido tan malo, de no ser porque a última hora descubrió que era el destinado de Yamagishi. Era una suerte encontrar a su pareja a temprana edad, pero también una desventaja.
Tanto Makoto como Yamagishi, debían irse a escuelas distintas. Y el Omega menor no lo soportaba. Estaba devastado, triste, desanimado, no quería comer y dejó de sonreír. A penas había comenzado la jornada escolar y parecía que moriría de pena en cualquier momento.
Si tan solo Yamagishi tuviese algo de Makoto, alguna prenda con su olor o algo que usará constantemente y le ayudase a llevar los seis meses que estarían separados, todo sería más fácil.
Estaba prohibido todo contacto entre alfas y omegas de las instituciones vecinas. Por nada del mundo podían juntarse, era una medida preventiva para evitar accidentes. Los alfas y omegas a esa edad, no podían controlar sus feromonas. Eran globos repletos de hormonas que si las ponían a prueba, podrían estallar y tener un final desastroso.
Yamagishi y Makoto estaban descubriendo su relación, les era más difícil controlarse y superarse. Por ello sufrían. El plan que se le ocurrió a Takuya fue el más tonto del planeta. Podía funcionar si lo hacían correctamente, pero, ¿A ellos cuándo les salían las cosas bien?
Ni siquiera cuando aún no tenían definido su segundo género, dejaron de meterse en problemas creyéndose los más malos de la escuela a la que asistían anteriormente. Fue la época más problemática del grupo, pero también la mejor, cuando no estaban separados.
La primer parte del plan era elegir quien sería el infiltrado. Yamagishi quedó excluido desde el principio, porque al estar cerca de Makoto podría descontrolarse. Akkun y Takuya se negaron, diciendo que alguien debía quedarse cuidando al triste omega. Ellos se ofrecían de voluntarios para esa tarea.
Takemichi tenía control sobre su omega y los olores, fácilmente podía pasar como un beta, pero no quería hacerlo. Nadie con las suficientes neuronas podría sumarse a ese plan. Al final fue elegido al ser el más valiente del grupo. Su pasado le precedía por meterse en líos más fácilmente. Maldición.
El segundo paso era el más difícil, de hecho imposible, pero allí estaban ellos discutiendo las posibilidades.
— Tenemos una identificación falsa para que Takemichi se haga pasar por beta. — Yamagishi comentó, extendiéndole al mencionado la tarjeta que debía llevar en todo momento en lo que durará la misión. Era extra realista, con datos muy detallados de Takemichi. Lo bueno es que tardarían un buen tiempo para descubrir la mentira en caso que decidieran buscar los datos en los archivos. Se haría pasar como estudiante de intercambio con problemas en sus papeles.
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Omega Impostor; Maitake.
RomanceOmegaverse. Tokyo revengers. ¿Qué haría un omega qué se infiltró en una escuela solo para alfas y betas? Descúbrelo en esta historia. Créditos de la portada a Sunshimita.