Omega Impostor; Maitake.

Nuevos amigos; Capítulo 32.

— No llores, Takemichi—. Consolaba Akkun a un omega envuelto en las sábanas de su propia cama, en su propio dormitorio y su propia escuela segura llena de omegas y betas, ese era su lugar, pero se sentía tan miserable y vacío.

Había sido duro despedirse de Mikey y sus amigos, increíblemente todo resultó bien en el viaje de regreso; no hubo contratiempos y tampoco tardó en estar frente al conocido portón de su escuela. Por supuesto fue interrogado sobre su abrupta aparición, horas y horas de llenar reportes y responder preguntas, pero finalmente fue devuelto a su dormitorio con un castigo "digno". Tenía estrictamente prohibido salir a las compras semanales por un mes completo y tampoco podía meterse en líos una vez más o sería expulsado. A Takemichi no pudo importarle menos la situación, suficiente tenía con estar separado de su alfa por los próximos cinco meses.

Ahora devuelta en su trágica realidad un día después de haber llegado, estaba desolado y muy deprimido.

— Lo extraño mucho— murmuró Takemichi, con la voz ahogada por las lágrimas—. Quiero ver a Mikey-kun de nuevo.

— Lo verás pronto, seguramente llamará para saber cómo estás; anda, arriba esos ánimos.

— Deberías estar con los demás, te pierdes de las compras semanales y un rico helado por estar aquí conmigo— se limitó a encogerse, sorbiendo su nariz acuosa. Dos días llevaba llorando por su alfa, debía ser un desastre andante.

— Claro que no, alguien debe quedarse a cuidarte— respondió el beta, dándole palmadas amistosas en la que suponía era su espalda; Takemichi era un pequeño capullo de lágrimas y lamentos, el corazón de Akkun se encogía al verlo en ese estado—. Todos estamos muy preocupados por ti, ni siquiera hemos hablado bien de tu castigo o de como recuperarás el tiempo perdido.

Takemichi apartó lo suficiente las sábanas para dejar entrever su cabellera rubia teñida y sus ojos azules brillantes por las lágrimas; sus labios sobresalían en un mohín y sus mejillas rojas por estar tanto tiempo cubierto. Desde que llegó se había negado a hablar con sus amigos, lo poco que balbuceaba era el nombre de Mikey y lo mucho que lo necesitaba. Se iba a morir de pena en cualquier momento.

— Hablaré cuando todos estén aquí, supongo— Akkun le sonrió y luego, siendo el buen amigo que era empujó a Takemichi al extremo opuesto de la cama y se subió para acostarse a su lado.

— Lo siento mucho, cuando este listo hablaré con todos ustedes...— dijo amistosamente, recibiendo una tranquila sonrisa de Akkun quien lo obligó a hacerse a un lado para que le diera espacio en la cama y luego, se subió para acostarse a su lado procurando darle el apoyo que necesitaba en esos momentos.

Sus amigos eran tan comprensivos.

— Esta bien, mientras te contaré lo mucho que te extrañamos.

El omega se sintió mucho mejor mientras abrazaba a Akkun, hundiendo su rostro en su pecho en busca de calor; Akkun no tenía ningún aroma, pero con solo su cercanía se sentía reconfortado, también con los relatos que le contaba sobre lo desastrosos que habían sido sus días sin él, sobre todo en el club de cocina. Takemichi al borde del sueño se rio al escuchar que Yamagishi estuvo a punto de quemar las instalaciones del club mientras hacía un pastel, en realidad sus amigos siempre fueron desastrosos en la cocina. Exigió pruebas antes de cerrar sus ojos y quedarse completamente dormido.

Al menos ahora, Takemichi sabía que podría superar la separación con su alfa; nunca había estado solo y jamás lo estaría.

...

Takemichi despertó cuando estaba entrando la noche. Su cuerpo se sentía más relajado y no estaba tan cansado como antes. Sus amigos ya habían vuelto de las compras y lo estaban rodeando en un pequeño círculo en el suelo, hablando de temas banales y preguntándole cosas a la vez; Takemichi estaba aún muy perdido, pero de alguna forma se reconfortó al ver a Yamagishi con la camisa de Makoto, la estaba usando en esos momentos y se le veía bastante bien, además estaba feliz, mucho mejor desde la última vez que lo vio tan desolado como lo estaba Takemichi en ese instante.