Noche de películas: parte 1; capítulo 20.

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Su día pasó en un parpadeo. Entre sus clases, sus absurdos, pesimistas y caóticos pensamientos, no tuvo tiempo de hablar con Mikey y preguntarle sobre los rumores en los que estaba involucrado con Sanzu, sumando el hecho de que Takemichi lo había estado ignorando con la excusa de que no tenían clases compartidas. Takemichi se estaba volviendo bueno en ocultar sus dudas e inseguridades, pero era por su propio bien.

De todas maneras, Takemichi ya se sentía mucho mejor. Había meditado el asunto y llegó a la conclusión de que su alfa destinado era libre de estar con quien quisiera, dado que Takemichi no pertenecía a esa escuela, lo mínimo que podía hacer era quejarse, sin embargo, estaba inquieto. El omega se iría pronto y Mikey se quedaría con Sanzu el resto del año escolar, ese hecho era lo que en definitiva ponía sus pelos de punta. Destinados o no, Takemichi no estaba seguro de si Mikey tomaba en serio sus sentimientos, era una verdad inconclusa y triste, se tendría que ir con el corazón roto.

Movió su cabeza para sacar todas esas ideas feas de su cabeza, terminando de arreglarse para la noche de películas. Era la primera vez que saldría tarde, tras una vaga explicación de Kazutora sobre los espacios recreativos para los alfas y betas. La única regla era que debía estar en el dormitorio antes de las diez o podría meterse en problemas. Takemichi negó con efusividad, sabiendo que lo último que necesitaba era que lo sancionaran, por lo que en sus planes no estaba quedarse fuera por mucho tiempo.

Su atuendo de la noche eran prendas casuales que Akkun había empacado; un pantalón de mezclillas ajustado y un suéter mangas largas de color azul celeste, el cual combinó con una chaqueta deportiva con sus iniciales, de un azul más oscuro y zapatos blancos. Dejó sus cabellos desordenados y algunos mechos sueltos sobre su frente. No se veía nada mal. Para terminar, se tomó sus supresores y se echó mucho spray

Sanzu había salido más temprano, por lo que Takemichi tuvo la libertad de arreglarse y andar por el dormitorio, tampoco es como si hubiese tenido ganas de estar mucho tiempo con el beta, a sabiendas de que era el segundo involucrado en los rumores. Estaba siendo un poco inmaduro, pero ya se le pasaría. Como ya se sentía con más confianza dentro de esa escuela, esa noche no cargaría con su mochila en su espalda, no llevaría supresores extras, ni el spray. En todo caso, no estaría fuera mucho tiempo.

Salió de la habitación con sus ánimos renovados, deteniéndose frente a la puerta del dormitorio de Mikey y Draken. Su rostro era una mezcla de confusión y angelado, quería tocar y comprobar que todo estaba bien entre los dos, pero a su vez, no quería molestarle y agobiarlo con sus miedos, Mikey no había hecho nada malo. Su mano quedó colgando en el aire, empuñada y sin valor, giró sobre sus pies y corrió lejos de allí, Makoto debía estar esperando.

Y definitivamente si lo esperaba, apoyado en la puerta entre abierta, con un atuendo despreocupado. Cualquier persona tenía más sentido de la moda que Takemichi, quien resopló al estar cerca.

— Qué elegante, Makoto.

— Exagerado, Llegas tarde, ya son las siete. — Señaló su mejor amigo, despidiéndose de su amigo beta para luego cerrar la puerta y andar en compañía de Takemichi. — Tenemos que estar aquí ante de las diez.

— Lo sé, lo sé y lo siento, se me hizo un poco tarde en la ducha. — Aclaró Takemichi, sin mencionar que tuvo una especie de sesión terapéutica mientras se bañaba, escuchando música y soltando sus penas con una buena canción.

— No importa, ¿Has hablado con Mikey? — Preguntó Makoto, bajando los escalones por delante de Takemichi, había poca luz en los pasillos y debían ser cuidadosos. — No te tomes muy en serio los rumores, en realidad no tienen mucho fundamento, no es como si Mikey y Sanzu fuesen melosos en público a penas y hablan, solo que alguien dijo que los había visto besando una vez en los pasillos.

Takemichi soltó el suspiro que había estado conteniendo e hizo pucheritos, le costaba procesar lo que Makoto decía.

— No creo que sean tan descuidados.

— Una relación entre un alfa y un beta no es tan rara, aunque bueno, conozco muy poco de esos dos. Has compartido habitación con Sanzu, ¿no es un chico raro?

—Sí, Sanzu es un poco... peculiar, y en realidad no me importa. — Confesó Takemichi apenado, saltando en el último escalón. Tenía sus manos sudadas por la ansiedad, quería darse media vuelta y volver a los dormitorios.

Makoto lo guío por los pasillos hacía la sala común. Cambiaron de tema ante la notable incomodidad del omega y siguieron como si nada, hasta que llegaron a un espacio abierto entre la cafetería y las aulas de clase, encontrándose con las últimas personas que deseaba ver en esos momentos. Mikey y Sanzu charlaban, con un Draken acompañándolos. Takemichi pensó estar delirando, al ver a la parejita muy cerca el uno del otro.

Intentó pasar de largo con la cabeza gacha, pero Mikey lo vio y levantó su mano para llamar su atención.

— Takemicchi, tanto tiempo sin verte.

— Hablamos esta misma tarde, Mikey-Kun. — Murmuró, alzando su mirada para pasearse entre Mikey y Sanzu, ambos inconscientes de su estado de ánimo actual. Saludó a Draken con un sutil cabeceo, que fue respondiendo con una sonrisa amable.

— No me dijiste que saldrías está noche, hubiese pasado por ti. — Agregó alegre el alfa.— Hoy no hemos hablado mucho, ¿Pasa algo?

— Yo pensaba que estabas en el dormitorio. — Dijo en voz baja Takemichi.— Y solo no hemos compartido clases, no es como si te estuviese ignorando.— Se rió un poco nervioso.

— Solemos pasar el rato fuera, es aburrido estar encerrado todo el tiempo. Vamos, te mostraré la vida nocturna aquí. — Mikey le rodeó los hombros con uno de los brazos y se lo llevó, dejando a los demás atrás. — Por cierto, te ves muy guapo, Takemicchi.

El omega se ruborizo, asintiendo varias veces. No tenía porque negarse a esa solicitud, aunque la cercanía de Mikey lo pusiera nervioso. Quería inclinarse y tomar un poco del aroma almizclado del chico, pero eso sería vergonzoso y lo haría ver mal.

— Gracias, Mikey-kun, también te ves bien, como siempre.

Con Mikey como guía, se relajó. El recorrido por los pasillos acabó en el salón amplio donde estaban reunidos varios estudiantes. Algunos viendo televisión compartida, otros charlando y jugando, había una mesa de futbolito y otras exclusivas para los juegos de mesa. Era genial.

Reconoció a Izana y su equipo más adelante y levantó su mano para saludar, pero Mikey lo tomó de la muñeca y lo alejó de ese "acaparador".

Takemichi sonrió apenado y siguió a Mikey en silencio. El ambiente allí era agradable y amigable, contrario a cuando estaba en los salones de clase y la cafetería.

Al final y tal como se planeó. Takemichi se sentó con el grupo de amigos de  Mikey a ver películas.

Buenos días, ¡¿Cómo están?!

Feliz jueves.

¡Gracias por leerme y sus votos! Si ven errores no duden en decirme.

Por cierto, cuídense mucho. Les quiero.

Omega Impostor; Maitake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora