Mikey Ignorado; Capítulo 12.

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¿Han escuchado la frase: Un elefante en medio de un habitación?

Justo en ese momento, esa frase le quedaba al pelo a  Takemichi, quien desde que se le fue asignado su equipo, fue rodeado por un grupo de alfas y betas, altos e imponentes, burlones y atrevidos, eso sí, bastante guapos. Debía ser un crimen que en una sola escuela hubiesen tantos alfas y betas como salidos del más espectacular manga shōjo.

Trató insistente de memorizar los nombres de todos, pero con lo nerviosos que estaba, a duras penas y podía respirar.

Kakucho, Koko, Ran, Rindou, su capitán Izana y un tipo alto llamado Mucho o Muto, era tan intimidante. Izana no era más alto que él, pero seguro que si era prepotente y mal hablado. Todos allí hablaban si el capitán cedía la palabra, era increíble.

El equipo fue nombrado de inmediato, Tenjiku había dicho Izana que se llamaba.

—  Y dinos, Take-chan, ¿Por qué nunca te habíamos visto antes? — Izana no parecía saber lo que era el espacio personal, estaba tan cerca de Takemichi, que el omega se llenaba de su especial olor a alfa, era como ir al bosque en medio de la llovizna.

—  Es que soy nuevo, señor, llegué hace unos días... — Respondió tembloroso, con sus manos en los bordes de su sudadera.

— Ya veo, ¿Qué tan bueno eres para los deportes? — Preguntó el chico, inclinándose más cerca, Takemichi tuvo que ladear la cabeza porque si se estiraba aunque fuese un poco se iban a besar, por dios.

— Nada bueno, señor. Por favor, no haga que entre a lo más pesado.

— Ya veremos, de todos modos, está vez si le ganaremos al presumido de Mikey.

— Supongo, señor...  Está muy cerca. — Señaló Takemichi, picando con su índice el torso del alfa.

— Oh, cierto. Dime Izana o alfa, también.

Asintió sin estar seguro, suspirando aliviado cuando Izana cedió un poco de espacio. Takemichi se permitió mirar en dirección a Mikey y su equipo, estaban sentados en las gradas charlando animados.

Sus ojos se quedaron más tiempo en Mikey, quien parecía aburrido y despreocupado, más que de costumbre, ¿Seguro era bueno en los deportes? Se veía tan escuálido como él.

— Take-chan, mira hacía acá. Qué no te asusté ese enano. — Ese fue Kakucho, sobresaltando al pobre omega.

— Está bien, perdón.

Kokonoi habló después de estar mucho tiempo en silencio, dándole a Takemichi un resumen de la competición. Estarían prácticamente toda la jornada en gimnasia, teniendo descansos para ir a comer.

Antes de que acabará el día, se reunían en los jardines para premiar al equipo ganador y para una pequeña convivencia grupal, con comidas y bebidas. Takemichi esperaba no quedar destruído al final del día, no le sentaba mal conocer a sus compañeros.

Rindou dijo un mal chiste que le sacó algunas risas y lo relajó por completo, pensando que su equipo no era tan malo después de todo. Uno de los asistentes del profesor se acercó y les dijo que en cinco minutos empezaban, por lo que Takemichi no le quedó de otra que asentir.

Sin embargo, justo antes de poder alinearse con su equipo, sintió la presencia amenazante de Mikey y se encogió en su lugar.

— Takemicchi, tenemos que hablar.— Le dijo el alfa, poniéndose frente a él, tenía una mano en su cintura y los bordes de sus labios estaban crispados en una mueca.

— Mikey-kun, pensé que estábamos jugando a ignorarnos. No quiero hablar contigo ahora.— Trató de hacerse el superado.

— No tienes opción.— Mikey intentó agarrarlo del brazo, pero Izana se interpuso a tiempo. No estaba dispuesto que se llevarán a su nuevo recluta.

— Déjalo, Manjiro.

— No te metas en esto, Izana.— Habló amenazante el capitán del primer equipo. Los ojos de mikey se pusieron más oscuros e intensos.

— Es mi compañero de equipo, debo cuidarlo del enemigo. Y sorpresa, eres un enemigo en estos momentos.

— No te hagas el gracioso, te cambio a Takemichi por cualquier miembro de mi equipo. — Intentó negociar de forma pacífica, Takemichi abrió su boca indignado. No podían decidir en su nombre.

—  Oh, eso suena muy tentador, pero no.

Un brazo lo rodeó por los hombros y otro por la cintura, los hermanos Haitani lo sostuvieron, divertidos de la reacción de Mikey. El alfa más bajo era normalmente muy tranquilo y aburrido, dormía la mayor parte del tiempo y en gimnasia a penas y se esforzaba por ganar, pero en esos momentos, parecía un león muy enojado.

Takemichi tragó en seco, con las mejillas rojas por la vergüenza.

— Tengo que hablar con Takemicchi, nada de lo que digan me hará cambiar de opinión. Lo quiero en mi equipo aunque sea a la fuerza.

Mikey amenazó con lanzarse y quitar esas asquerosas manos de su omega, pero Draken por fin intervino, jalándolo de las orejas.

— Mikey, basta. No hagas un escándalo, deja en paz a Takemicchi.

— Auch Kenchin, necesito hablar con Takemicchi.

Takemichi intentó desaparecer tras los grandes alfas, pero ellos parecían orgullosos de exhibir su premio. Maldita sea. Hasta Kakucho parecía feliz, con Izana era aún peor, su autosuficiencia era palpable.

— Mikey-kun, hablemos después, ¿Sí? — Preguntó, con sus ojitos azules suplicantes.

— Prepárate, porque le daré una  paliza a tu equipo.— Fue la última advertencia del alfa, antes de irse con Draken. Takemichi tembló, no de miedo si no de algo más, era tan extraño que le gustará que Mikey fuese tan dominante. Su omega ronroneaba de gusto por tener la atención del alfa.

Otra vez no, omega traidor.

— ¿Por qué Mikey está tan interesado por ti? Eres un simple beta.

— No tengo idea...— Bajó la cabeza, ocultando su sonrojo con falso temor.

Las miradas de su equipo lo escrutaban de pie a cabeza, pero solo un silbido del maestro lo salvó del interrogatorio.

Tuvieron que moverse y alinearse para las primeras competencias.

Al parecer, sería una competición rápida de básquetbol, luego sería una carrera de obstáculos fuera y tercero, sería algo más mundano como jalar una cuerda y ver que equipo podía resistir más. Esas tres cosas serían antes de irse a su primer descanso para el almuerzo.

Takemichi era muy bajo para el básquet, así que quedó fuera en la primera ronda. Qué alivio.

Su equipo iría primero con el de Makoto. Se abstuvo de lanzarle ánimo a su amigo, para no traicionar a Tenjiku. Aunque, era solo una perdida de tiempo, en menos de diez minutos, sus compañeros hicieron papilla a los otros, Takemichi no podía describir su sorpresa al ver que en realidad, si era un grupo al que había que temer.

Mikey no podría ganarles, ni en sueños.

Buenos días, al que madruga a actualizar, le va mejor, eso dicen. Bueno no JAJAJAJA, mal chiste.

Gracias por leerme, tenga un precioso inicio de semana. Para los que están de vuelta en clase hoy, que les vaya muy bien.

Besos en las nalgas.

Omega Impostor; Maitake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora