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Estaba muy relajada, había pasado mucho tiempo en que no podía dormir bien. Sonreí mientras estaba apoyada en su pecho, hasta que escuché un ruido que hizo que nos levantáramos de golpe. Él me miró confundido, mientras se estiraba y intentaba entender dónde estaba, el ruido venía de la puerta, miré la hora y era medio día.

Era Felipe.

---- Mierda, mi hermano llegó. --- dije nerviosa.

Adam no parecía estar nervioso. Me arreglé la ropa que estaba toda arrugada, Adam solamente se reía de mi.

---- Es solo tu hermano, no creo que me haga algo malo, ¿o, sí? -- me respondió mientras me daba una sonrisa.

Felipe no era una persona violenta, pero quizás esta situación no le iba agradar. Era la primera vez desde hace meses que traía a un chico a casa, aparte había dormido conmigo.

Escuché los pasos que venían hacia el comedor.

--- ¿Diana? --- dijo alzando la voz --- Ya estoy en casa., traje un poco de comida.

Lanzó las llaves al mesón de la mesa. Llegó a dónde estábamos, su mirada se quedó en Adam durante varios minutos. Felipe a veces se podría decir que intimidaba un poco. Por un momento, pensé que lo iba a sacar de la casa, pero lo que hizo me dejó más confundida.

---- Gusto en conocerte. Soy Felipe, el hermano de Diana --- estrecharon sus manos, mi hermano miró el sillón, dónde notó que estaba todo arrugado --- Espero que el sillón haya sido cómodo.

Mis mejillas se habían puesto muy rojas, o eso sentía. Me quedé totalmente paralizada y muy avergonzada.

--- Soy Adam, ¿su amigo? --- me miró cuando dijo eso. --- De hecho sí, muy cómodo. --- sonrió con seguridad.

Sonreí un poco nerviosa, se podía decir que Adam si era mi amigo. Volvimos al comedor, comencé a recoger las cosas, Adam estaba observando cada cosa que hacía.

---- No te mentiré, tu hermano por un momento me asustó, pero es simpático. Se nota que te quiere proteger --- dijo, mientras se arreglaba la ropa.

Sonreí.

---- Lo sé, es el mejor. -- añadí --- Aunque quisiera siempre protegerme de todo. Yo puedo protegerme sola.

Él solamente se quedó en silencio. Me ayudó a ordenar todo.

--- ¿Quieres quedarte a comer, o debes irte?

--- Me encantaría, pero le prometí a mi padre que llegaría a primera hora. Lo siento. --- dijo mientras se arreglaba el cabello.

Caminé con él hacía la puerta, Felipe ya no estaba por ningún lado, menos mal.

---- Que tengas buen fin de semana, Adam -- dije nerviosa.

Él se pasó la mano por el cabello, disfrutando cada segundo.

--- Tu también --- dijo mientras se daba vueltas --- Lo otro, pasé muy buena noche.

Sonreí solamente para no quedarme en blanco, ya que en cierta parte, así quedé. Al momento en que cerré la puerta, oí una voz.

--- ¿Así que, pasó buena noche? --- dijo Felipe.

---- ¡No empieces con eso, Felipe! Es solo mi amigo. --- dije en tono serio, tratando de ocultar esa pequeña sonrisa que tenía.

Lo ignoré por completo, subí las escaleras y fui a mi habitación. Cuando la cerré, me quedé mirándola, todo estaba desordenado. Comencé a guardar mi ropa en el closet, mis cuadernos en la repisa y me quedé en la cama, esperando a que algo sucediera.

Hold On [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora