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Hola lectores!! 

El final está aquí, me hace mucha felicidad y tristeza tener que terminar esta historia, me esforcé  muchísimo en tenerla escrita de la mejor manera, agradezco con todo mi corazón a quienes me leyeron hasta el final. 

Muy pronto sabrán más información sobre este libro, más bien trilogía? No sabría decirles con exactitud lo que haré con ellos, pero Adam y Diana se van directo a mi corazón, han sido los personajes que mas he amado, me ha costado crearlos pero sobre todo a Diana. Ha sido un personaje un poco difícil de crear por sus problemas personales, no he sido muy acertada en lo que corresponde a los problemas que hay en el libro, pero traté de hacerlo casi parecido a la realidad. 

Espero que les haya gustado como a mí me gustó crear la historia. 

Aquí les dejó el penúltimo capítulo.

***

Diana.

Hoy salía mi vuelo, estaba mirando el pasaporte hace horas, no me podía imaginar salir de aquí, Felipe estaba acostado, ya se había acostumbrado a no moverse mucho, luego del accidente estuvo sin movilidad en sus piernas por casi un mes, estaba muy enojado, pero aun así logro aceptar todo tipo de terapia que le entregaran en el hospital, Clara ya no podía seguir yendo al hospital, tenía cinco meses, a pesar de tener tan poco pareciera que en cualquier momento su bebé iba a salir.

Pase todos los días pensando en que podría llegar la pequeña Olivia, pero el destino no lo quiso así, sería un sano y hermoso hombre, los dos estaban muy impresionados el día en que lo supieron, eligieron llamarlo Michael, el bisabuelo de Clara se llamaba así, de forma más amorosa lo iban a llamar Mike, se me hacía muy feliz poder verlo, aunque me perdería los primeros meses, lo único que quería era estar aquí para poder tomar en brazos al pequeño Mike.

– ¡Diana! – Felipe ya estaba aburrido de tener que pedirle ayuda a todos para poder moverse.

Le habían entregado una silla de ruedas, pero él se negaba a usarla, prefieres usar las muletas que le daban la motivación de poder ver sus piernas moverse, no las tenía al cien funcionando, pero aún se movían.

– ¡Ya voy!

Dejé el pasaporte encima y fui a su habitación, bajé las escaleras y fui a la antigua habitación de mi madre, lo habían cambiado por cualquier emergencia. Felipe estaba sentado en la cama, mirando las muletas y la silla de ruedas.

– ¿Qué sucede, Felipe?

Se levantó de la cama y comenzó a caminar sin la ayuda de ninguna, me quedé completamente inmóvil, sonreí por cada paso que daba, era como si estuviera caminando por primera vez.

– ¡No puedo creerlo! ¿Necesitas ayuda? ¿Quieres parar? – le decía mientras él se apoyaba en mí, caminaba lento pero aseguraba bien sus pasos.

– He estado así durante tres días, quiero darle una sorpresa a Clara – se sentó en el sillón, dando un largo suspiro – Aparte, quiero ir a dejarte al aeropuerto.

Asentí a punto de llorar, no quería dejar a nadie.

– Gracias Felipe.

El levantó una ceja confuso.

– ¿Gracias? Yo debería estar agradeciéndote a ti, me ayudaste durante todos estos días.

Me senté junto a él.

– Me has ayudado mucho más, estuviste allí cuando llegamos a esta ciudad, mientras yo sufría por la muerte de Mark, me apoyaste cuando nadie me creía por lo de papá – admití – Gracias por ayudarme en todo, eres el mejor hermano.

Hold On [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora