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Decidí no preguntar nada, quizás Adam aún no estaba preparado para hablar, o simplemente no quería hablar de esto. Era muy personal, llevábamos siendo amigos desde hace unos días, cuando llegamos al frente de mi casa, me giré hacia él, quedándome de frente.

Podía ver que le molestaba algo, pero no quise preguntarle nada.

–Gracias por el partido, estuvo increíble – le aseguré – Y Jake es un gran chico.

Él me dio una sonrisa.

–Gracias por venir – añadió – Nos vemos mañana en la escuela.

Asentí, quedándome ahí unos segundos, esperando hacer algo de lo que me iba arrepentir, pero lo quería hacer. Me acerqué hacia él y le di un beso en la mejilla. Adam se quedó asombrado, no me dijo ninguna palabra. Me hizo un saludo militar y se fue de allí. Entre a casa y me quedé apoyada en la puerta durante unos segundos, Felipe estaba allí, mirando la televisión.

– ¡Felipe! Me alegra verte – añadí entusiasmada.

Me acerqué a él dándole un abrazo, no lo había visto hace unos días. El me dio una sonrisa y me invitó a sentarme a su lado.

– Me contaron que ayer tuviste una gran sesión – exclamó mientras me daba una sonrisa.

Sonreí nerviosa, decidí contarle todo, era la única persona que no sabía lo que había sucedido ese día, con Felipe siempre he tenido mucha confianza.

– Ya no tendré terapia todos los días – exclamé – ¡Estoy muy feliz! Tendré un poco más de libertad, ¿Puedes creerlo?

Pasé el mayor tiempo hablando de lo que había pasado, le conté sobre mis conversaciones con Mark, podía notar por la forma en que me miraba, que estaba orgulloso. Con Felipe siempre iba a saber lo que estaba pensando, tenía esa facilidad de expresarse muy bien.

– ¿Cómo te va en la escuela? – Dio un suspiro, mientras que me prestaba atención – Solo he escuchado hablar de tus sesiones.

Sonreí junto a él.

–Bien, aunque me ha costado integrarme a ciertas cosas – Admití nerviosa – Tengo tres amigos, de hecho dos de ellos son Rash y Elliot.

Él me dio una sonrisa, había una pequeña historia entre Rash y mi hermano, cuando éramos pequeños, Rash tuvo un pequeño enamoramiento hacia Felipe, siempre quería que él estuviera jugando con nosotros, pero mi hermano siempre había sido más maduro que nosotros, así que con el tiempo dejó de estar con nosotros y así también Rash dejó de preguntar por él.

– Me imagino que el tercer amigo es Adam.

Asentí y me apoyé en su hombro, no sabía cómo describir esto, no es que sintiera algo por él, pero siempre me hacía sentir bien, no era de esas personas que pregunta mucho sobre tu vida personal, Adam era una buena persona.

Fui a mi habitación a cambiarme de ropa, antes de venir aquí siempre sentí que mi habitación era mi lugar para poder escapar de la realidad, podía estar aquí horas y horas hasta olvidarme de todo el dolor que sentía. Pero ahora me sentía libre, me sentía sin culpas al volver a ser feliz, tenía a Mark en mi corazón, siendo el mayor tesoro que podía haber tenido.

Estaba completamente segura que podía avanzar en mi vida, sin tener culpa.

Luego de una hora, me fui acostar a mi cama, estaba un poco cansada luego del partido, cuando el timbre sonó, me quedé escuchando hasta que alguien abrió la puerta.

– Hola, ¿Está Diana? – Añadió Adam – Vine a buscarla para una cena en mi casa.

Me levanté despacio, sin que sonara nada, mi hermano era el único que estaba en casa, mi madre estaba haciendo un turno en el hospital.

Hold On [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora