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Hola lectores! Aquí les dejo una playlist con la que me inspiré escribiendo este libro, espero que les este gustando esta historia y más con estas canciones.

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Que disfruten el capítulo! 💗

***

Habían momentos muy extraños dónde al dormir siestas, despertaba con recuerdos en mi mente. Digo, todos recuerdos que llegan y luego al despertar se desvanecen. Pero estos recuerdos eran hermosos, recuerdos que me dejaban pensando si de verdad había ocurrido o había sido un sueño.

Hoy tenía cita con el terapeuta, el señor Martin, miré mis cosas por última vez y bajé las escaleras decidida a contarlo todo, mi madre estaba en el sillón leyendo un libro, Felipe no estaba por ningún lado.

–Diana, cariño. – Dejó su libro en la mesa – Ha llamado el doctor Martín, me dijo que la cita sería más tarde, ¿no te molesta?

Negué con mi cabeza, me senté en el sillón cerca de ella, solté aire mirándola.

– ¿Mamá?

Ella me observó con atención.

– ¿Sí?

Sonreí nerviosa, me acerqué más a ella poniendo mi cabeza en sus piernas, mientras que ella me hacía cariño en mi cabello. Al principio se quedó quieta sin saber qué hacer. Quizás se asustó que de la nada me acercará a su lado, había pasado tiempo en que no lo hacía.

Cuando éramos pequeños, siempre lo hacía cuando nos sentíamos mal. Esta vez, era todo lo contrario.

Comenzó a deslizar sus dedos a través de mi cabello, dándole suaves masajes a mi cabeza, amaba la paz que me causaba.

– Te quería contar que me estoy sintiendo mejor. – sonreí al decirlo.

Miré hacia arriba, mi madre había parado de hacerme cariño, me miró con una gran sonrisa. Mi madre siempre ha sido una mujer que nunca oculta lo que piensa, siempre la he admirado.

– Cariño, eso es genial. – Decía muy feliz – Sabía que cada pequeño paso que darías te llevaría a un resultado fantástico. Esta es una de tus primeras victorias – exclamó orgullosa – No te sientas presionada a estar siempre bien, porque no siempre uno puede estarlo, pero quizás el hecho de que hables de tus problemas y te sientas escuchada sin prejuicios te da una paz interior. Estoy muy orgullosa de ti, mi niña.

Me acomodé poniéndome de frente a ella, se acercó para darme un abrazo. Extrañaba muchísimo sentirme segura, sentirme amada. Debía admitir que todos estos cambios que he tenido han sido buenos para mi terapia. El timbre nos interrumpió, haciendo que mi madre se levantara del sillón, cuando fue a la puerta, oí una voz familiar.

Hold On [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora