Adam estaba completamente acostado en la cama, con sus manos tapándose la cara y sus ojos cerrados, ya estaba cansado. Yo estaba sentada a su lado esperando impaciente por su respuesta.
– Vamos Adam, una vez más – Le suplicaba.
Abrió sus ojos, por un momento me distraje. Adam me agarró de la cintura haciendo que cayera a su lado, comenzó haciéndome cosquillas, no podía parar de reír, sus manos pasaban por mi cadera dándome pequeños apretones, me dolía el estómago de tanto reírme.
– ¡Ya basta! Me rindo – levanté mis manos – Ya no te obligaré, si te va mal es tu problema.
Adam soltó una pequeña risa.
– Hemos estudiado tres horas seguidas, merezco un descanso, ¿no?
Lo pensé durante unos segundos, debía hacerme la difícil.
– ¡Está bien! Descansa unos minutos.
Adam comenzó a festejar como si fuera un niño de cinco años, se levantó de la cama y comenzó a sacar los apuntes que se habían caído, los dejó encima de la mesa y se volvió acostar a mi lado. Su nariz rozaba con la mía, se movía despacio dándome una acaricia con sus manos en mi mejilla, tenía sus ojos cerrados.
– ¿Qué haces?
– Estoy descansando, ¿no lo ves?
Solté una risa y me dejé llevar. No podía ignorar sus caricias, me quedé allí con mis ojos cerrados mientras que Adam seguía acariciándome.
– Bésame, por favor – le rogué.
La mirada de Adam estaba en mis labios, se acercó lentamente y me besó sin discutirlo. Sus besos se habían convertido en mi cura, era lo único que necesitaba para terminar el día.
– ¿Qué sucede? – susurró mientras se sentaba para poder verme.
Lo único que quería era quedarme aquí para siempre. No quería arruinar nada en estos meses que me quedaban.
– Nada, solo quiero estar contigo – le respondí en un tono triste.
Él sonrió.
Me dio un beso suave en los labios, luego de eso me dio un abrazo haciendo que nos quedáramos más unidos. Podía sentir su respiración, su aroma era lo que más disfrutaba cuando estaba a su lado. Su respiración era lo más calmada que podía oír, me hacía olvidar lo que había pasado, ya me había arreglado la vida, me había traído luz, muchísima luz.
Nunca iba a saber lo que sentí al momento de conocerlo, en unos días iba a odiarme y olvidar todo lo que vivimos juntos, no podía hacerle eso. Adam me había entregado su vida y yo la mía. Con meses de terapia ya le había hablado de Mark, había entendido mis problemas. Pero debía hacerlo por mí, para mejorar y tener una relación estable con él.
Se alejó de mí y me sonrió.
– Diana, debo decirte algo – Sé qué probablemente me odiarás por hablar sobre eso, pero quiero ayudarte.
Solté aire nerviosa y lo miré confundida.
– ¿Qué sucede?
– Quiero ayudarte... con tu problema.
Podía ver que se le hacía difícil hablar sobre esto.
– ¿Mi problema? Ya tengo terapia por el accidente, no te preocupes.
Él me sonrió.
– No ese problema.
¿Hablaba de mi problema alimenticio?
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Hold On [Libro I]
RomanceLuego del accidente y lo de mi padre, prometí nunca confiar en nadie. Pero Adam, hizo que olvidará todo lo malo que había vivido. Hizo algo que nadie más hizo, trajo luz a mi vida. Se volvió la luz en mi oscuridad. [COMPLETA]