Nos habíamos quedado en silencio, Adam estaba pasando un paño por la mesa, mientras que yo lavaba lo que ensuciamos. Adam se aclaró la garganta, dejando el paño en la mesilla, se puso a mí lado.
Estaba muy concentrada lavando, pero aun así podía sentir su mirada.
– ¿Necesitas algo? – le pregunté.
Dejé el paño completamente estirado en la mesa y lo miré de frente.
–Nop.
Me dio una sonrisa, pero era diferente. Esta sonrisa era más honesta, nunca he sentido que me haya mentido mientras me sonreía, pero ahora lo veía realmente.
Se acercó lentamente y me lanzó agua, no pude reaccionar de inmediato, en el mismo momento quedé mojada. Al momento en que lo iba a mojar, Adam me atrapó por detrás de la cintura, haciendo que diera un salto, alejándome de la cocina, me reí demasiado con él, estábamos totalmente mojados, logré lanzarle un poco de agua.
Oímos una voz mientras que nos estábamos riendo.
– ¿Qué pasó? ¡Están jugando con agua! – Jake entró y se unió a nosotros.
Agarré a Jake y salí corriendo de allí, Adam estaba a punto de tirarnos agua cuando llegó su padre y nos pilló a todos. Alcanzamos a salir de allí, Adam se quedó con su padre conversando, ayudé a Jake a secarse en el baño, el pequeño me ayudó a encontrarlo.
Mientras lo secaba con una toalla, escuchaba su conversación.
– Hace tiempo no te oía reír – le decía su padre – Me alegra saber que estás feliz.
Escuché Adam soltar una risa, era la que hacía cuando estaba nervioso.
– Diana es mi amiga, papá – le aseguró – No quiero arruinar lo que tengo con ella, es muy especial.
Miré a Jake, que tenía cara de preocupación, al igual que yo.
– ¿Estás bien Didi? – me preguntó el pequeño.
– Claro que sí, me acordé de algo – le pasé la toalla por la cara haciendo que soltara una risa – ¡Ya estamos listos!
Al momento en que íbamos a salir, escuché algo más.
– Me alegra saber que sean amigos y que le guste estar con Jake, Elizabeth no lo aguantaba.
Agarré la mano de Jake y salimos del baño, me aclaré la garganta haciendo que nos mirarán, la mirada de Adam fue directa a mi ropa, que aún seguía mojada.
– Jake está listo, perdón por el desastre que hicimos – Añadí con nerviosismo – Debo ir a mi casa a buscar ropa.
Él negó y caminó hacia donde estaba, le sonreí a su padre mientras me daba una cálida sonrisa.
– Te prestaré algo – decía Adam mientras agarraba mi mano.
Al momento en que tocó mi mano, unió sus dedos con los míos, haciendo que se unieran nuestras manos sin ningún problema, como si estuvieran destinadas a encontrarse. Subimos al segundo piso, nos dirigimos a una habitación, más bien la suya.
Cuando la abrió, me quedé mirando detalladamente lo que había allí, siempre he pensado que la habitación de uno, podría decir mucho de la persona, la de Adam era totalmente como es él, tenía una pequeña repisa con unos cuantos libros, mucho más de los que yo tenía. Un escritorio con muchas hojas encima, era todo lo contrario a lo que yo tenía, aparte, Adam era mucho más ordenado que yo.
Nuestros dedos se separaron, se acercó a un cajón mientras sacaba un poco de ropa.
– Te puedo prestar esto mientras que tu ropa esté lista – añadió con una sonrisa – Puedo secarla, estará lista en unos diez minutos.
Lo recibí sin pensarlo, mi mente decía que todo esto era muy pronto, pero mis manos ya habían hecho el resto del trabajo. Adam me dejó allí, para poder cambiarme, cerré la puerta y comencé a quitarme la ropa mojada, la dejé en algún mueble, me puse el pantalón de algodón, me quedaba un poco largo, me quité mi blusa y la dejé encima de mis cosas. La polera que me puse era oscura, tenía un logo extraño, quizás era de una banda.
Antes de salir, me quedé observando el lugar, cada pequeño detalle quería guardarlo en mi mente, quería saber un poco más de él, a pesar del miedo que tenía de volver a entregarme alguien y quizás salir herida en el proceso. Agarré mi ropa mientras abría la puerta, Adam estaba apoyado en el mural de en frente, mientras miraba su teléfono. Al momento en que se fijó en mí, su mirada se detuvo en la ropa que llevaba, sus ojos pasaban mirándome detalladamente, podía sentir que estaba poniéndome roja, pero logré calmarme, le sonreí.
- ¿Qué?
– N... Nada – decía Adam sin dejar de mirarme.
– Me queda un poco grande el pantalón, pero lo demás está bien – le respondí – Espero que no hayas tenido problemas con lo que pasó en la cocina.
Él negó mientras me ayudaba con mi ropa.
– Claro que no – me dejó de mirar – No te preocupes.
Avanzamos por los pasillos hasta llegar al primer piso, Adam llevó mi ropa a la secadora, yo me acerqué a Jake que estaba viendo la televisión, cuando me senté me miró un poco confundido, más bien miraba la ropa que tenía.
– ¿Dónde estabas? Pensé que te habías ido – me susurró – ¿Te estabas besando con mi hermano?
Comencé a reír muy nerviosa, mi cara estaba muy roja, podía sentirlo, le respondí pero lo único que salió de mi boca, fueron estupideces.
– ¡Dios mío! Eh... No. Claro que no – añadí nerviosa – Mi ropa se mojó en la cocina, ¿recuerdas?
Al momento en que me iba a responder, comencé hacerle cosquillas, el pequeño se reía muy fuerte, dando unas fuertes carcajadas, olvidando lo que estábamos haciendo. Comencé a reírme junto a él, disfrutando el momento, Adam llegó a nuestro lado, sentándose al otro lado del sillón.
– ¡La hora de las cosquillas ha llegado! – gritó Adam haciendo exactamente lo mismo.
Jake parecía estar muy cansado de reírse, dejé de hacerle cosquillas mientras que Adam seguía.
– ¡Para! ¡Necesito ir al baño! – decía Jake mientras alzaba sus manos.
Jake se levantó del sillón y salió corriendo al baño, Adam se acercó más a mí, haciendo que quedara muy poco espacio entre nosotros.
– La ropa estará lista en diez minutos, las galletas ya deberían estar listas.
Al momento en que asentí, el timbre sonó dándonos a entender lo que había dicho.
Fuimos a la cocina, estaba muy hambrienta, tanto hacer las galletas y reír, me dio un gran apetito, aunque no estaba muy segura de querer comer aquí con ellos.
Adam sacó la bandeja y la puso encima de la mesita.
Estábamos esperando a que las galletas estuvieran un poco más frías, miré a Adam que parecía estar un poco distraído. Podía mirarlo por horas, sus ojos se fijaron en los míos y decidí hacer lo que me iba arrepentir más tarde, pero necesitaba hacerlo.
Adam me provocaba tranquilidad, quería saber lo que se sentiría si lo besaba.
– ¿Qué?
Le sonreí mientras me acercaba a él, poniendo mis manos apoyadas en su pecho, acercándome a su boca. Podía notar que su respiración se aceleraba, al igual que la mía. Me quedé allí unos segundos, disfrutando esto, hasta que lo besé. Cuando toqué sus labios, fue una atracción increíble, no iba a poder dejar de besarlo nunca, pero debía hacer todo bien.
Cuando me separé, se demoró unos segundos en abrir sus ojos, soltó un gran suspiro y abrió sus ojos.
– No sabes lo que esperé para ese beso.
Sonreí nerviosa, mientras me apoyaba en su pecho, una de sus manos me acariciaba la espalda. Me quedé allí disfrutando el momento, escuchamos una risa muy cerca de nosotros.
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Hold On [Libro I]
RomanceLuego del accidente y lo de mi padre, prometí nunca confiar en nadie. Pero Adam, hizo que olvidará todo lo malo que había vivido. Hizo algo que nadie más hizo, trajo luz a mi vida. Se volvió la luz en mi oscuridad. [COMPLETA]