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Miré a Adam mientras se terminaba de arreglar, pensando en lo que estaba a punto de decir.

---- ¿Puedo ir contigo? --- añadí nerviosa.

Él se quedó observándome unos segundos, quizás había arruinado el momento, quizás me había pasado, pero me sonrió.

--- Claro que si. --- exclamó.

Mientras él seguía arreglándose, pasé al baño a cambiarme. Me cambié a una falda que tenía y una blusa simple y me arregle un poco mi cabello. Nunca había hecho algo por el estilo, mis citas nunca eran durante el día, con Adam todo parecía ser diferente, me miré al espejo, tomé aire y lo solté, dándome el mejor consejo del día.

--- Hoy puedes hacerlo bien. -- me sonreí y salí del baño.

Adam me estaba esperando, cuando salí se quedó viéndome.

---- Wuau, te ves increíble. --- añadió.

Sonreí, para no ponerme más roja. Abrí delicadamente la puerta y salí primero. Adam venía detrás de mí, nadie podía verlo salir de mi casa y menos de mi habitación, se podía entender de otra forma. No había pasado nada entre nosotros. Bajamos lentamente las escaleras y llegamos a la puerta, la abrí dándole señas a Adam para que saliera primero.

--- Dame unos minutos, volveré.

Y cerré la puerta.

Salir de casa se sentía extraño, nunca tenía otros planes, aparte de mis citas con el doctor e ir a la escuela. Le había avisado a mi madre con una nota que iría a ver un partido de fútbol. ¿Yo, viendo un partido de fútbol? Era muy extraño.

Cuando estaba a punto de salir, mi madre se acercó a mi lado.

Llegué a saltar del miedo que tuve.

--- Diana, cariño. --- añadió --- Debo hablar contigo, anoche me pareció oír algunas voces en tu habitación.

Me quedé completamente en blanco, ¿Me había escuchado?

---- Era la música --- añadí, mientras aclaraba mi voz --- Me quedé dormida con la música encendida, eso debió ser.

Ella asintió, mientras que yo me ponía mi abrigo. Estábamos terminando el otoño, aún hacía un poco de frío. Al abrir la puerta, me quedé un momento allí, disfrutando de mi libertad, nunca me había sentido castigada o algo por el estilo, luego de Mark, pero realmente ahora me sentía con libertad. Cómo si fuera otra chica, estos meses de terapia me habían servido muchísimo, por cada paso que daba, me sentía superada.

Miré hacia los lados buscando a Adam, pero no lo veía.

---- ¿Así que soy la música? Espero que no haya causado problemas. --- añadió con sinceridad.

Nos fuimos caminando hacia la escuela donde estudiaba su hermano, no era muy lejos. No sabía si estaba vestida para un partido de fútbol, nunca había ido a uno. Adam me iba contando sobre su familia, tiene un hermano pequeño, de ocho años, vive con sus dos padres, pero con su madre nunca ha tenido una buena relación. Puedo ver cómo se le iluminan los ojos al hablar de su hermano.

--- ¿Cómo se llama? -- añadí.

Adam me sonrió.

--- Se llama Jackson, ya lo conocerás. -- dijo con una sonrisa mientras avanzaba por el lugar.

Ya habíamos llegado, era un partido de fútbol completamente diferente a como me lo había imaginado. Quizás en niños sea más pacífico, habían unas pequeñas sillas alrededor de una cancha, al medio había muchísimos niños, incluso niñas con unos uniformes blancos y negros.

Hold On [Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora