Capitulo 22

3 2 2
                                    

Simón
9:30 am
-Buen día -dice una voz bajita junto a mi oído. Dani había entrado a la habitacion sin hacer el más mínimo ruido-.
Y yo tratando de que Gabi no se despierte, le dije:
-Dani, esta Gabi durmiendo al lado, ya salió como querías. Déjame que lo despierto y bajamos a desayunar ¿Si? -le dí una sonrisa como pude y los ojos achinados-.
La parte más difícil era: despertar al pelinegro.
Para mi sorpresa, Gabi no es de esos que necesitan abrazarse a algo para dormir, incluso después de decirnos "Buenas noches" se giró y me dio la espalda. Tal vez pensó que sería incómodo y no lo hizo. Descubrirlo será cuestión de tiempo.
-Ey -lo llamé acariciando su hombro suavenmente- Gabi -este se giró y seguía con los ojos cerrados- ¿Vamos a desayunar? -y así como si no estuviese dormido, se incorporó en la cama y estaba listo para disparar hacia la cocina.
-Ey, tranquilo McQueen, primero tenes que poner el auto en marcha -me acerqué a su rostro esperando que exitosamente deje un beso en mis labios- y ahora te voy a prestar una remera para que no hagas la "caminata de la vergüenza" -le guiño un ojo y voy a buscar ropa al armario-.
-¿Estas seguro que a tus papás no les molesta? -dijo dudoso mientras se cambiaba la remera-. Lo miré de reojo y contesté:
-Gabi, para ellos, sos mi amigo por ahora. Dani ya se dio cuenta ¿A quien podríamos sorprender? -le dije mientras me cambiaba la ropa yo también.
Desayunamos unas tostadas con café y luego lo alcance a casa. Natalia le recordó antes de irnos que tenían una cita pendiente para pintar los cuadros de su oficina y mi padre lo saludó "esperando a que vuelva pronto". Ojalá se mantenga así cuando les cuente lo nuestro.
-No hacia falta que me alcances -dijo él pelinegro desabrochandose su cinturón.
-Tambien puedo ser tu chófer personal ahora. ¿Quien necesita al colectivero? Ya te vió muchos años -le dije divertido-.
-¿Nos vemos mañana? -dijo el con una sonrisa tierna y dudando si acercarse o no.
-Si. Nos vemos mañana, Torres -me quedé frente a su rostro y le di un corto beso de despedida.
Nos despedimos, volví a mi casa y me puse a pensar lo que pasó en estas últimas horas.

La EstaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora