Entonces nos sentamos en las camas de la habitación y nos quedamos hablando sobre nuestras vacaciones, para variar, como si no fuéramos adolescentes magos que pertenecen a una organización secreta en contra del mago más tenebroso. Dicho de esa manera, parecía un completo disparate. Justo en el momento que terminaba de contarles a mis amigos sobre Mike, el amigo de Dudley, los gemelos se aparecieron en la habitación.
—¿Quién es Mike? —preguntaron al mismo tiempo.
—¿Estaban escuchando la conversación? —pregunté a la defensiva.
—No. —aseguró George.
—¿Quién es Mike? —preguntó esta vez Fred, mirándome directamente a los ojos.
Entonces se lo conté, Harry hacía muecas de disgusto todo el rato.
—Apuesto a qué con un beso de dementor... —comienza George.
—...No volvería a molestarte, Lauren. —terminó Fred, ambos tenían una sonrisa malvada en sus rostros.
—No lo haría, estará más ocupado en lo traumático que debe ser el beso de un dementor. —dije con algo de indignación, pero recordando los "halagos" que Mike me decía, una pequeña parte de mí pensó que se lo merecía.
—¡A comer! —nos llamó la señora Weasley desde el comedor y bajamos.
Cuando ya habíamos bajado Harry fue y abrazó a Sirius, cuando este último vió que solo iba a saludarlo con un movimiento de mano vino hasta mí.
-Oye... ¿Un abrazo para el tío Sirius? —preguntó él, extendiendo sus brazos.
Nos abrazamos y luego me separé un poco de él.
-¿Tío Sirius? -le pregunté con una sonrisa, abrazándolo.
-El hecho de que no sea tu padrino no significa que no te quiera Laur, ni mucho menos. -responde sonriendo y yo lo abrazo de nuevo.
Tomamos asiento en la larga mesa de la mansión Black, la cena transcurrió tranquila, nadie mencionó algo relacionado a la Orden.
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Los días en Gimmauld Place eran una constante rutina: al despertar Molly ya tenía listo el desayuno, luego se distribuían las tareas de limpieza. Sirius había dejado aquella casa muy abandonada. En la tarde era lo mismo, más limpieza, excepto cuando el tío Sirius nos invitaba a uno de nosotros a alimentar al hipogrifo, quien estaba en el ático de la mansión Black. En este momento, estamos rociando a doxys en la sala de estar.—¿Se puede saber qué haces, Fred? —preguntó la señora Weasley con brusquedad—.
Me dí la vuelta. Fred tenía una doxy cogida entre el índice y el pulgar.
—Allá va —dijo Fred con entusiasmo, y roció a la doxy en la cara hasta que la criatura se desmayó; pero en cuanto la señora Weasley se volvió, Fred se guardó la doxy en el bolsillo y me guiñó un ojo.
—Queremos hacer experimentos con veneno de doxy para elaborar nuestros Surtidos Saltaclases —dijo George a Harry por lo bajo, quien también estaba mirando la escena.
—¿Qué son los Surtidos Saltaclases? —pregunté mostrando verdadero interés.
—Una variedad de caramelos para ponerte enfermo —susurró George sin apartar la vista de la espalda de la señora Weasley—. No gravemente enfermo, claro, sino sólo lo suficiente para saltarte una clase cuando te interese. Fred y yo los hemos creado este verano. Son unos caramelos masticables de dos colores. Si te comes la mitad de color naranja de las pastillas vomitivas, vomitas. En cuanto te dejan salir de la clase para ir a la enfermería, te tragas la mitad morada…
—… «que te devuelve a tu estado de salud normal, permitiéndote realizar la actividad de ocio de tu elección durante una hora que, de otro modo, habrías dedicado a un infructuoso aburrimiento.» Bueno, eso es lo que hemos puesto en los anuncios —continuó Fred en voz baja; se había ido apartando poco a poco del campo visual de la señora Weasley y recogía unas cuantas doxys, que habían quedado esparcidas por el suelo, y se las guardaba en el bolsillo—. Pero todavía tenemos que perfeccionar el invento. De momento, nuestros controladores de calidad tienen problemas para parar de vomitar y comerse la parte morada.
—¿Controladores de calidad?
—Nosotros —aclaró Fred—. Vamos turnándonos. George probó los bombones desmayo; el turrón sangranarices lo probamos los dos…
—Mamá creía que nos habíamos batido en duelo —dijo George, aquella imagen mental me hizo sonreír.
—Veo que la tienda de artículos de broma sigue funcionando —murmuró Harry.
—Bueno, todavía no hemos tenido ocasión de buscar un local, como nos recomendó Lauren —continuó diciendo Fred mirándome, bajando la voz aún más, mientras la señora Weasley se secaba la frente con el pañuelo antes de volver al ataque—, así que de momento lo tenemos organizado como un servicio de venta por correo. La semana pasada pusimos anuncios en El Profeta.
—Eso es genial. —dije.
Miré de reojo a la señora Weasley, quien estaba ayudando a Ginny a rociar a una doxy particularmente enorme. Entonces intentando disimular, tomé dos doxys que habían quedado esparcidas por el suelo y en un rápido movimiento se las lancé a George, quien se apresuró a guardarlas en el bolsillo de su pantalón.
—En un futuro, tenemos previsto abrir una sucursal el Hogsmeade. —comentó esta vez George.
—Los estudiantes de Hogwarts serían nuestros principales clientes. —dice Fred.
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Si La Orden tenía una reunión, subíamos a las habitaciones hasta la hora de la cena. En mi tiempo libre leo mucho, también en ocasiones ayudo a la señora Weasley a preparar la cena. Puntualmente ahora estoy en la cocina, es de noche (aproximadamente más de la media noche), todos los demás en la casa ya están dormidos. No podía dormir entonces bajé a prepararme leche caliente, una gran parte de mi está nerviosa, pues mañana se llevará a cabo la visita al Ministerio de Magia por el ataque de los dementores a mí y a Harry en aquel callejón.—¿Insomnio? —escucho que alguien habla detrás de mi.
Me doy la vuelta, Fred Weasley está apoyado contra el marco de la puerta.
—Pues veo que no soy la única, —sonreimos al mismo tiempo—, ¿Quieres leche caliente? Acabo de hacerla.
—Si, gracias.
Sirvo una taza para él, siento su mirada en mi nuca. Acto seguido, nos sentamos en la mesa del comedor, uno frente a otro.
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Capítulo dieciséis, espero les guste. Me encantaría leer sus comentarios.
-BooksKim <3
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La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley. [TERMINADA]
FanfictionEsta historia trata sobre dos almas destinadas a amarse, pero aún no lo saben. Trata también sobre la hermandad y la familia, de magia y de libros. Una historia de amor que irá más allá del tiempo o circunstancia y toda barrera que la vida les impon...