[•••] AVISO: este capítulo contiene fragmentos del libro Harry Potter y la Orden del Fénix, escrito por J.K Rowling.
>>> Fred:
Sentí a alguien tocar mi hombro, eso dolió. Terminé por despertarme, era George el que me había movido.—Despiértate, ¡Ya, hermano!
Él parecía estar algo alterado; iba y venía por la habitación, buscando ropa para vestirse.
—¿Que ocurre?
Se detuvo en seco y se dió la vuelta para mirarme.
—Papá. Lo han atacado. —explicó mirándome a los ojos.
—¿Qué dices? ¿Quién?
—No lo sé, McGonagall solo dijo que iremos a San Mungo.
Me levanté rápidamente y me vestí. Bajamos a la sala común, Ginny estaba ahí con Mcgonagall.
—¡Vayan, rápido! —dijo la profesora McGonaggall cuando pasamos por el cuadro de la Dama Gorda—. Aún debo avisarle de esto a Lauren, la hermana de Harry.
Ginny asintió y nos dirigimos a la oficina de Dumbledore, al entrar vimos que Ron y Harry ya estaban allí, minutos después llegó Lauren acompañada de la profesora McGonaggall. Cuando Lauren llegó fué directamente hasta donde está Harry y habló con él, luego con el profesor Dumbledore. Hablaban tan bajo que no llegué a oír lo que decían.
>>> Lauren:
—¿Que pasa, Laur? —me preguntó Ginny, se la notaba asustada.
Yo también estaba asustada, no tanto por lo que ocurrió porque sé que el señor Weasley estará bien... Pero... Yo lo ví cuando fue atacado, desde la perspectiva de una serpiente.
—Su padre ha tenido un accidente mientras trabajaba para la Orden del Fénix —explicó Dumbledore antes de que Harry o yo pudieramos hablar—. Lo han llevado al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Los voy a enviar a casa de Sirius, que está mucho más cerca del hospital que La Madriguera. Allí se reunirán con su madre.
—¿Cómo vamos a ir? —preguntó George— ¿Con polvos flu?
—No —respondió Dumbledore_. Ahora los polvos flu no son seguros, la Red está vigilada. Utilizarán un traslador. —Señaló la vieja tetera de aspecto inocente que había dejado encima de la mesa—. Estamos esperando el informe de Phineas Nigellus. Antes de enviarlos quiero asegurarme de que no hay ningún peligro.
Y en ese mismo momento se produjo un fogonazo en medio del despacho; cuando se apagó, apareció una pluma dorada que descendió flotando suavemente. Era del ave fénix de Dumbledore.
—Es el aviso de Fawkes —anunció Dumbledore, y cogió la pluma antes de que llegara al suelo—. La profesora Umbridge sabe que no están en sus camas... Minerva, vaya y entreténgala, cuéntele cualquier historia...
Acto seguido, la profesora McGonagall salió por la puerta. Entró Phineas Nigelius por su cuadro, avisando que podíamos ir a Gimmauld Place, más allá de todo lo que ocurrió Sirius estaría contento de recibir visitas en su casa y no estar todo el tiempo solo con el hipogrifo y el cuadro de su madre.
—¿Todos habéis usado un Traslador? —nos preguntó Dumbledore y todos asentimos, tocamos una parte de la vieja tetera—. Muy bien. Entonces, cuando cuente tres, dos..., uno...
Antes de que Dumbledore dijera tres miré a mi hermano, noté que le dolía la cicatriz pues conozco a la perfección la cara que pone cuando ésta le duele. Nos trasladamos, se escucharon los gritos de la madre de Sirius gritando ¡Esos mocosos traidores a la sangre! ¡FUERA!
Abrí los ojos, estaba en el comedor de la casa Black.
—¿Qué ha pasado? _preguntó Sirius y estiró una mano para ayudar a Ginny y a mí a levantarnos—. Phineas Nigellus me ha dicho que Arthur está gravemente herido.
—Pregúntaselo a Harry —sugirió Fred.
—O a Lauren, para variar. —dijo Harry mirándome, automáticamente todas las miradas se volvieron hacia mi.
—¿Lauren? ¿Por qué tú? —preguntó Sirius con preocupación.
—Yo también he visto cuando hirieron al señor Weasley. —susurré, sentí la mirada de Fred clavada en mí.
Les conté lo que ví, y Harry también. Las dos versiones eran idénticas. Ambos tuvimos la misma visión, y pese a que intenté ocultar mi preocupación y miedo, mi hermano lo notó, puso su mano sobre mi hombro para darme seguridad.
—¿Está nuestra madre aquí? —le preguntó Fred a Sirius.
—Seguramente ni siquiera sabe todavía lo que ha pasado —contestó Sirius—. Lo más importante era sacarlos de Hogwarts antes de que la profesora Umbridge pudiera intervenir. Supongo que ahora Dumbledore estará contándoselo a Molly.
—Tenemos que ir a San Mungo —dijo Ginny con urgencia, mirando a sus hermanos.
—¡Un momento, no podéis ir todavía a San Mungo! —la atajó Sirius.
—Claro que podemos ir a San Mungo si queremos —le contradijo Fred con testarudez, tan impulsivo como siempre—. ¡Es nuestro padre!
—¿Y cómo van a explicar que sabían que Arthur había sido atacado antes incluso de que lo supieran el hospital o su propia esposa?
—¿Qué importancia tiene eso? —preguntó George con altivez.
—¡Importa porque no queremos llamar la atención sobre el hecho de que Harry (y al parecer ahora también Lauren) tienen visiones de cosas que ocurren a cientos de kilómetros de distancia! —repuso Sirius con enfado, nunca lo había visto así antes —. ¿Tienen idea de cómo interpretaría el Ministerio esa información?
—Podría habérnoslo contado alguien más... —insinuó Ginny—, o podríamos habernos enterado por otra fuente que no fuera Harry.
—¿Ah, sí? ¿Por quién? —preguntó Sirius con impaciencia—. Escuchen, su padre ha resultado herido mientras trabajaba para la Orden, y las circunstancias ya son lo bastante sospechosas para que encima sus hijos lo sepan sólo unos segundos después de que haya ocurrido. Podrían perjudicar gravemente los intereses de la Orden...
Sirius tenía razón, lo más inteligente sería esperar las órdenes de Dumbledore... Pero desafortunadamente, los hermanos Weasley no tenían el mismo punto de vista.
—¡Nos trae sin cuidado la maldita Orden! —gritó Fred.
—¡Fred! —le grité mirándolo.
—¡Nuestro padre se está muriendo, Lauren! —añadió George mirándome.
Nunca los había visto así de enojados así a ninguno de los dos, ni tampoco a Sirius, que parecía haber perdido toda pizca de paciencia que le fué entregada.
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-BooksKim. <3
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La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley. [TERMINADA]
FanficEsta historia trata sobre dos almas destinadas a amarse, pero aún no lo saben. Trata también sobre la hermandad y la familia, de magia y de libros. Una historia de amor que irá más allá del tiempo o circunstancia y toda barrera que la vida les impon...