La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley. [TERMINADA]

18. Prefectos Perfectos. [1/2]

El señor Weasley consultó su reloj y miró a Harry, luego a mí.

-Creo que deberíamos irnos ya -dijo-.

-Vale -contestó Harry automáticamente; dejó la tostada en el plato y se puso en pie.

-Todo irá bien, chicos -aseguró Tonks mirándonos a ambos con una sonrisa de lado.

-Buena suerte -nos deseó Lupin-. Estoy convencido de que todo saldrá bien.

-Y si no -añadió Sirius con gravedad, al tiempo que yo me levantaba de la mesa-, ya me encargaré yo de Amelia Bones...

Harry esbozó una tímida sonrisa, Remus se puso de pie y me abrazó un largo rato. La señora Weasley también nos abrazó a ambos.

-Todos cruzaremos los dedos -afirmó ella.

-Vale -dijo Harry-. Bueno... Hasta luego.

-Adiós. -saludé, noté que Hermione estaba tan nerviosa que mordía sus uñas.

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Estaba nerviosa, pero me mostraba bastante pacífica.

-¿Estás bien? -me preguntó Harry cuando llegamos al ministerio.

-Estoy bien, creo. ¿Tú?

-Igual que tú.

Me daba la impresión que el tiempo no pasaba. Por un momento creí que seríamos solo Harry y yo contra los demás magos, pero para mi grata sorpresa, el profesor Dumbledore había asistido en nuestra defensa. Incluso, había traído a una testigo: la señora Figgs.

-Muy bien. Muy bien... Absuelto de todos los cargos. -esas últimas palabras me habían devuelto a la realidad, había estado perdida en mis pensamientos.

-Excelente -dijo Dumbledore, y se puso de inmediato en pie. Sacó su varita e hizo desaparecer las dos butacas de chintz-. Bueno, debo irme. Que tengan todos un buen día.

Y sin mirar siquiera una vez a Harry o a mí, salió de la mazmorra, seguido de la señora Figgs.

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-Te dije que todo saldría bien. -murmuró Fred en un susurro cerca de mi oreja, solo para que yo lo oiga; Cuando llegamos a Gimmauld Place.

Desde lo que había ocurrido la noche anterior en la habitación de Narcissa, Sirius no despegaba su mirada de ninguno de los gemelos.

-Estaba clarísimo que tendrían que absolverlos -dijo Hermione mirándome con una sonrisa, cuando Harry entró en la cocina parecía a punto de desmayarse de la ansiedad, y en ese instante se tapaba los ojos con una mano temblorosa-. No podían acusarlos de nada.

-Pues están todos muy aliviados teniendo en cuenta que creían que nos absolverían -comentó Harry, sonriente. A veces, amaba su lado sarcástico.

La señora Weasley se secaba las lágrimas con el delantal, y ahora Fred, George y Ginny se habían puesto a bailar una especie de danza guerrera al son de una canción que decía:-¡Se han librado! ¡Se han librado! ¡Se han librado!

Eso provocó que mi hermano y yo comencemos a reír, Harry tenía razón cuando les dijo a Fred y a George que las risas serían necesarias de ahora en más.

-¡Basta! ¡Cálmense! -gritó el señor Weasley, aunque él también sonreía-.

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Unos días antes del inicio de clases llegaron las cartas de Hogwarts con la lista de los libros de este año. Hermione había subido a darle a Ginny su carta, yo estaba con mi hermano, Ron y los gemelos.

-Sólo hay dos nuevos -comentó Ron leyendo la lista para Harry, ellos cursaban la mayoría de asignaturas juntos-.

Fred y George se habían aparecido al lado de Harry, todos ya nos habíamos acostumbrado a ello.

-Nos gustaría saber quién ha elegido el libro de Slinkhard -comentó Fred leyendo la lista de Harry.

-Porque eso significa que Dumbledore ha encontrado un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras -añadió George.

-Y ya era hora, por cierto -dijo Fred.

Abrí el sobre con mi carta sin prestarles mucha atención.

-¿Qué quieres decir? -le preguntó Harry y Fred se lo explicó.

Lo que siguieron hablando no me importó, estaba bastante concentrada en lo que me habían enviado: el broche de prefecta. Prefecta de Ravenclaw. En ese mismo instante, recordé a Oliver Jones.

-¿Qué te pasa, Ron? -le preguntó Fred a su hermano, su pregunta hizo que me fijara en Ron.

Él no contestó, estaba de pie, muy quieto, con la boca un poco abierta, contemplando la carta que había recibido de Hogwarts.

-¿Qué pasa? -insistió Fred, y se colocó detrás de Ron para ver el trozo de pergamino por encima de su hombro. Fred también abrió la boca-. ¿Prefecto? -dijo, mirando la nota con incredulidad-. ¿Tú, prefecto?

Dijeron un montón de cosas más, dejando muy en claro que creían que Harry sería el nuevo prefecto de Gryffindor. Harry fue el primero en darse cuenta de mi expresión que dejaba en claro todo, o tal vez, solo a él. Es mi hermano mellizo, hay veces que solo basta con mirarnos para entendernos.

-Soy prefecta de Ravenclaw. -dije en un susurro con una tímida sonrisa.

Harry vino corriendo hasta donde estaba y me abrazó con fuerza, solo eso bastó para que los demás pelirrojos centraran su mirada en mí.

-¿Qué ocurre? -quiso saber George.

Aún abrazada a Harry (quien no dejaba de murmurar lo orgulloso que estaba de mí), les mostré el broche con los colores azul y bronce sonriendo. Justo en ese momento se escuchaba que Hermione y Ginny bajaban rápidamente por las escaleras, al llegar a dónde estábamos, Herms nos mostró su broche de prefecta con una sonrisa de oreja a oreja. Ron y yo la imitamos, eso hizo que ella sonriera aún más, aunque pude llegar a notar una mirada fugaz de desconcierto cuando Ron le mostró su broche de prefecto.

Entonces Ginny vino a felicitarme, Harry fue a abrazar a Hermione, los gemelos revolvieron el cabello de Ron con el propósito de despeinarlo, felicité a Hermione y a Ron. La situación me pareció un poco caótica, y mi teoría terminó por confirmarse cuando la señora Weasley llegó.

-¿SE PUEDE SABER QUÉ SON TODOS ESOS GRITOS?

Todo rastro de enojo se esfumó cuando Hermione dijo-: señora Weasley; Lauren, Ron y yo hemos sido nombrados prefectos.

-Prefectos perfectos. -bromearon los gemelos en voz baja, al instante recordé que así era como llamaban a Percy.

-Oh, Ron, Prefecto... Como todos en la familia. -la señora Weasley abrazó con fuerza a su hijo.

-¿Y qué somos Fred y yo, los vecinos de al lado? -preguntó George con ironía, yo sonreí a causa de lo que dijo.