Capítulo 13

10 3 0
                                    

Jimin

- Bueno, pero vaya que te has divertido ¿eh? - Jungkook arrastró sus palabras con un tono amargo que delataba lo borracho que estaba.

Cansado, me encogí de hombros sin responderle nada más.

- Vamos a bailar - Sugirió inesperadamente.

- ¿Qué? No. Ya es tarde y tú estás...

- Tú ya te divertiste, ahora me toca a mí. Así que vamos a bailar y punto.

Me arrastró de nuevo hacía a donde había estado bailando con Eunwoo poco antes y comenzó a bailar sin perder el tiempo ni despegar sus ojos de mí, los cuales centellaban con una intensidad dolorosamente intima.

Yo no tenía idea de cómo moverme. Me sentía cohibido y yo sólo quería irme de ahí, por lo que mi cuerpo se movía vergonzosamente sincopado. Probablemente Jungkook notaba la rigidéz de mis miembros porque su expresión se tornaba más desafiante con cada nuevo movimiento.

Conforme el tiempo pasaba y más gente llegaba para bailar, la distancia entre nosotros se acortaba considerablemente, hasta que de pronto, cuando ya de por si estábamos absurdamente cerca el uno del otro, en un intento para abrirle paso a una mujer que buscaba pasar por detrás mío, Jungkook me tomó de la cintura empujándome hacia él hasta hacerme chocar con su cuerpo.

Al igual que yo, abrió sus ojos oscuros reflejando sorpresa, como si no se hubiera percatado de lo que acababa de hacer hasta ese momento. Comencé a retroceder, pero, al contrario de lo que había pensado, Jungkook mantuvo nuestra actual postura afianzando su agarre en mi cintura impidiéndome alejarme de él y siguió bailando como si esa cercanía fuera lo más normal del mundo y nada hubiera cambiado.

Sin poder evitarlo, me quedé quieto como una piedra al sentir su cuerpo rozar contra el mío una y otra vez con cada movimiento. No entedía lo que Jungkook estaba haciendo, y para ser honesto, dudaba que siquiera él mismo lo hiciera.

Deseaba no haber ido a ese club y jamás haber estado tan cerca de él, pues aún a cierta distancia ya me era lo suficientemente difícil controlar mis emociones como para ahora agregarles esta extraña situación.

Por otro lado, tampoco quería apartarme. ¡Vaya que no quería alejarme! La sensación que sus movimientos provocaban al tocarme era embriagadoramente maravillosa, sin mencionar lo bien que se sentían sus manos fuertes en mi cuerpo y lo divino que era observar cada detalle de su perfecto rostro mientras bailaba contra mí.

Su cara brillaba un poco por el sudor, empapando a un par de mechones oscuros que se pegaron a su frente. Jamás había visto nada tan sexy como aquella imagen que la vida, en uno de sus perversos juegos, me estaba regalando.

Poco a poco, reanudé mi baile retomando la suficiente confianza para moverme con libertad.

Sin apartarnos un milímetro, las canciones pasaban y ninguno parecía tener la menor intención de apartarse.

En un cambio de canción, Jungkook se acercó a mi oído para hacerse escuchar sobre la música y el barullo que nos rodeaba:

- Me gusta esta canción - Su voz salió grave y ronca, sacudiendo mi cuerpo.

Aléjate Jungkook, por favor aléjate - supliqué silenciosamente en contra de lo que mi cuerpo realmente me pedía.

No importaba qué tanto estuviera amando cada sensación que Jungkook me estaba haciendo sentir, sus acciones nublaban mi juicio llevándome a imaginar escenarios imposibles, espoleando esperanzas vacías.

Estaba uniendo la fuerza y la cordura suficientes para ser el primero en alejarse, cuando todo se desmoronó al sentir sus labios entreabiertos resbalar de mi oreja a la curva de mi cuello. Su aliento y respiración entrecortada erizando mi piel.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora