Capítulo 29

11 3 0
                                    

Jimin

Mitología contemporánea

Ese era el tema de la exposición que inauguraba la galería. A diferencia de las exposiciones usuales que albergaba, en ésta no se encontraban pinturas, sino fotografías que se recreaban pinturas, esculturas, personajes o pasajes mitológicos en un contexto moderno.

Las paredes, en su mayoría, estaban desnudas, mientras que las fotografías colgaban del techo, creando un laberinto amplio.

Habíamos decidido exponerlas de esa forma pues Hanni, la fotógrafa, quería una experiencia en la que los visitantes no se sintieran alienados a su trabajo, sino que pudieran caminar entre sus fotos, casi como si pudieran formar parte de ellas y no sólo admirarlas en una pared.

Prepararnos para la exposición había sido una gran experiencia esclarecedora, pero a su vez había sido un infierno.

Hanni era una mujer de gran talento, apasionada, que incluso me recordaba un poco a mi novio, pero a la vez, gracias a sus hábitos perfeccionistas realizaba cambios en el proyecto cada dos por tres.

Al final, todo parecía listo y perfecto, pero me sentía exhausto. Entres los días interminables planeando, las tareas y el trabajo en la galería, la energía se me había dreando casi por completo.

Era curiosamente irónico que Jungkook me había sugerido este empleo para asegurarme, no sólo un mejor sueldo, sino más horas de descanso, y mi que mi primera exposición por supervisar hubiera terminado siendo una de las más demandantes que podría haberme tocado.

El pobre no se había dejado de lamentar; decía que, aunque estaba emocionado por mí, no era justo que estuviera trabajando tanto y que apenas comenzabamos una relación, se viera privado de mi compañía que tanto anhelaba. Incluso se había alargado la agonía una semana más gracias a los ajustes que debimos hacer por Hanni. Aquel trabajo había resultado ser un arma de doble filo.

Aquel trabajo había resultado ser un arma de doble filo, sobre todo tomando en cuenta que la exposición se había atrasado una semana más por los ajustes que debimos hacer por Hanni.

Aquellos días que fueron un borrón de trabajo, clases y besos clandestinos, pues también era cierto que cada que podíamos, Jungkook y yo nos veíamos para al menos compartir algunas palabras y caricias.

Un día antes de la inauguración, Jungkook me llevó el almuerzo al trabajo asumiendo, correctamente, que yo no había comido nada, tan desbordado de tareas y responsabilidades, que el tiempo había comenzado a parecerme escaso.

Nos escapamos unos minutos para almorzar juntos, escondidos detrás del edificio para asegurarnos de que nadie molestaría nuestra breve escapada y la sesión de besos rápidos pero necesitados que tuvimos después.

-Te extraño - Le había confesado sin rompero nuestro beso, apenas retirando mi lengua lo suficiente de su boca para poder hablar.

- También te extraño, bebé - Concordó - Pero mañana, después que todo esta locura haya pasado, serás todo mío. Además, quieras o no, tendremos que vernos porque hay tarea que hacer. Ya sabes, seguir trabajando en el deseo parte dos - Me reí.

- Ese trabajo ya pasó cariño. Sabes que ahora el tema es otro ¿verdad?

- Mmm no. Estoy bastante seguro que Eunae dijo deseo otra vez y por eso yo aún necesito profundizar en mi investigación de campo - Me había tentado mientras sus besos se movían hasta mi mandíbula y sus manos comenzaban a escurrirse por mi pantalón peligrosamente.

- Jungkook - Suspiré - No puedo entrar al trabajo con una erección.

- Entonces no lo hagas. No entres y escapemos.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora