Capítulo 27

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Jimin

Los materiales de pintura se encontraban listos, pero los planes habían cambiado cuando Jungkook me sentó en su regazo, comenzando con una sesión de besuqueo que ya se había alargado más de la cuenta. No que me estuviera quejando, pero al día siguiente teníamos que entregar la pintura que habíamos estado posponiendo y no estábamos cerca de querer hacerlo.

- ¿No sé supone que ibamos a trabajar? - Cuestioné con los ojos cerrados, disfrutando de los besos que Jungkook depositaba en mi cuello ya rojizo.

- Consideremos ésto como una investigación de campo - Propuso bromeando.

Me reí, dejandome llevar otro rato. Nunca me había imaginado que llegaría a ser tan afortunado de sentirme tan pleno en los brazosde un hombre y por eso me deleítaba con este sueño que aparentemente era real.

No obstante, tenía que poner los pies en la tierra por un momento y recordar que ambos teníamos responsabilidades que cumplir. Además,más pronto que empezaramos, más pronto que terminaríamos y tendríamos tiempo para seguir queriéndonos.

Deposité un beso en sus labios y tambaleante me salí de su abrazo. Jungkook que quejó, pero ya se había resignado al igual que yo. Se acomodó en el banco frente al bastidor que usaríamos.

De la mesa con los materiales, tomé una corbata de Jungkook y me acerqué a él para cubrirle los ojos con ella.

- ¿Tan pronto comenzamos a sacar los fetiches? - Alzó una ceja.

- Cállate. Acordamos hacer ésto así - Le recordé, al tiempo que amarraba la suave tela en la parte posterior de su cabeza.

Finalmente y como era de esperarse, la opción de Jungkook sobre cimentar el tema del trabajo en el deseo carnal parecía lo más evidente de pintar, además de que si era pasión lo que Jungkook buscaba, en ese momento nos sobraba.

La idea era simple, pero algo complicada en su ejecución:

No queríamos una pintura exacta pero tampoco minimlaista o completamente subjetiva. Queríamos que hubiera movimiento, intuyéndose dos cuerpos enlazados, amándose. No iba a haber nada explicito, sólo siluetas lo suficientemente reconocibles para que se entendiera el mensaje. La idea ya estaba planeada, e incluso un par de líneas de referencia estaban trazadas en el lienzo, pero llevar a cabo la pintura iba a ser un verdadero reto.

Habíamos decidio que la parte primordial del deseo en este caso iba a ser el ansía, el abandono y la simbiosis de dos entes, que para plasmarlo adecuadamente, lo haríamos prácticamente a ciegas. Tanto Jungkook como yo, tomaríamos turnos para pintar, un cuerpo de los de la pareja, privados de la vista con los ojos vendados, mientras que el otro guíaría nuestros dedos, que hoy fungirían como pinceles. Más tarde, daríamos algunos retoques de manera normal, por supuesto, pero era necesario que la imagen principal de aquel cuadro, fuera lo suficientemente imprecisa para expresar lo caótico pero bendito del placer.

La idea sonaba perfecta y preciosamente poética, pero ahora que me encontraba vendando los ojos de Jungkook, no estaba seguro de qué tanto podría funcionar para obtener un cuadro visualmente arrebatador pero estético.

Cuando mi novio se encontró listo, me coloqué tras él.

- No sé si encuentro ésto excitante o estresante - Confesó - Es decir, me emociona que vayas a tener tus manos sobre mí y el hecho de pintar contigo como uno solo, pero el no poder ver lo que estámos creando, está apelando a mi lado perfeccionista y obsesivo. Comienzo a sentir ansiedad.

Bien. Eso podía ser algo tan bueno como podía ser algo fatídico para la tarea.

En otras circunstancias no estaría tan preocupado porque nuestro plan saliera bien, pero dado que no teníamos más tiempo, que funcionara a la primera, era fundamental.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora