Capítulo 47

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Jimin

No había llegado tarde pero algunos minutos de la hora prometida ya habían pasado.

Mi espalda descansaba en una de las blancas paredes que rodeaban las escaleras que conducían al piso del apartamento de Jungkook, mientras que me debatía en si subir era lo correcto o debería invertarme alguna excusa y salir de ahí.

El día anterior desperté de mi siesta con Jungkook cumpliendo su promesa de permanecer a mi lado, arropandome con sus brazos que no abandonaron su lugar más que para llevarnos comida, con la cuál, por cierto, no me fue permitido ayudar. Tan pronto como osaba salir de la cama, el hombre me regresaba a ella obligándome a permanecer ahí mientras él preparaba los alimentos.

Se sentía tan irreal el volver a ser el objeto de sus atenciones y cariño, que tenía miedo de que en cualquier momento fuera a desvanecerse. Sus detalles destilaban honestidas pero mis inseguridades no cedían ante aquellos encantos.

Tanto el día como la noche, pasaron en un borrón de sueño y arrumacos, hasta que una nueva mañana llegó, obligándome a romper el escudo de nuestra extraña burbuja.

El descanso y el medicamento ya había hecho un mayor efecto por lo que me sentía lo suficientemente bien para ir al trabajo a justificar mi falta y ponerme al día con algunas tareas atrasadas que pronto debía entregar en la escuela.

A Jungkook no le hicieron muchas gracias mis planes y mucho menos cuando me rehusé a aceptar su oferta de llevarme al trabajo y mi departamento. Necesitaba tener la mente despejada y aunque tampoco quería alejarme de su lado a pesar de lo extraño de nuestra actual situación, sabía que si quería terminar mis deberes, debía estar solo.

Al final estuve de acuerdo con tomar su invitación a cenar esa misma noche en su casa. Ambos éramos conscientes de que quedaban cosas por hablar y el no postergar dicha charla era lo mejor.

Así que dejé su lugar con un delicado beso seguido de un "Te amo, no lo olvides. Te estaré esperando" proveniente de Jungkook.

Sus labios y sus palabras quemaron dentro de mí todo el maldito día, haciéndo que las mariposas se enfrentaran con el vacío de la incertidumbre una y otra vez mientras las horas pasaban.

Apenas logré ser lo suficientemente funcional para terminar mis obligaciones pero al menos podría decir que no había hecho un mal trabajo y me encontraba a tiempo para la cena con Jungkook. No estaba del todo seguro sobre lo que debía esperar de aquella noche pero por alguna razón, el saberme más cerca de él a cada paso que daba, me daba la fuerza necesaria para seguir caminando con resolución.

Sin embargo, una calle abajo de mi destino, mi mirada se topó con la figura lamentablemente conocida de Minnie, quien caminanaba de prisa en dirección a su auto. No tenía que preguntarme de dónde venía, la respuesta era bastante obvia pero la verdadera incógnita radicaba en la razón y resultado de su clara visita a Jungkook.

El terrible monstruo de la duda y los celos reapareció en mi interior, gruñendo, deteniendo mis pasos por varios minutos, haciendo flaquear a mi reciente convicción.

Miles de imágenes pasaron por mi mente pero la decisiva fue la de un Jungkook arriba, esperándome en su hogar con ansiedad, mirando el reloj y la comida que probablemente se había esmerado en cocinar. Sus ojos nerviosos pero esperanzados, su oído agudizado en espera de un llamado a la puerta...

Sin darme cuenta subí a toda prisa los escalones hasta llegar a su piso.

Tan pronto abrió, sus brazos me rodearon con fuerza.

- Estás aquí - Exhaló en un suspiro de alivio. Era notorio que no había estado tan seguro de que verdaderamente fuera a aparecerme por su casa y ahora podía respirar con calma.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora