Capítulo 48

10 2 0
                                    

Jungkook

- Múdate conmigo - Le susurré al oído, dejando un rastro de besos provocadores detrás de su oreja. Me respondió con un codazo en las costillas.

- Estámos en casa de tu familia, Jeon, estate quieto.

Bien, quizá el hogar de mis abuelos no era el mejor lugar para intentar convencerlo de esa forma, pero era un hombre desesperado.

- Lo haré si te mudas conmigo - Continué testarudamente.

- No, ya hablamos de eso.

- Bien, entonces me mudaré yo contigo.

- ¡Pero que insistencia! Prácticamente vivimos ya juntos ¿cuál sería la diferencia?

- Sabes muy bien cuál sería, Park. Además si realmente pensaras eso ¿no crees que podría ocupar ese mismo argumento en tu contra?

Juntó sus cejas en un gesto de derrota pero no me respondió. Se dirigió a la cafetera que había terminado de llenarse, impregnando la cocina de mis abuelos con su delicioso aroma.

- Hace unos meses ibas a proponerme que nos mudaramos juntos ¿Qué ha cambiado? ¿Ya no me amas tanto como antes? - Pregunté con un puchero completamente infantil, provocando que el color avellana de mi novio se derritiera con ternura.

Esbozó una suave sonrisa cuando se acercó a besarme con un toque casto, mientras su manos sostenían mi rostro cerca del suyo.

- Nunca he dejado de querer vivir contigo, amor. Pero creo que me precipité cuando me planteé esa idea.

Poco después de que regresamos, yo había sacado a colación aquella información que Jin había filtrado sobre los planes que Jimin tenía para nosotros antes de que yo mandara todo la mierda. Esperaba que se sintiera un poco cohibido por la noticia de que aquello no había quedado del todo en secreto, pero jamás esperé que cuando le propuse intentarlo rechazara la idea al instante. Casi fue insultante.

Sin embargo, podía entender su actitud reacía ante la idea, pero eso no significaba que yo iba a dejar de insistir. Sabía en el fondo de mi corazón que ambos anhelabamos dar ese paso, por lo que esta vez era mi turno de insistir.

Pasabamos casi todo el tiempo juntos, pero de vez en cuando ambos dormíamos en nuestros respectivos apartamentos, por algunos días, cuando el trabajo nos consumía a ambos y era demasiado complicado trasladar nuestras cosas de un lado a otro.

Aquellas noches dormía rápidamente, presa del casancio provocado por las pesadas jornadas, pero me sentía incómodo e incompleto. Anhelaba abrazarme a mi chico, perderme en su aroma y calor, mientras me reconfortaba con la día de despertar a su lado. Quería tanto mimarlo cuando llegara a casa y disfrutar de su cariño también.

-Por favor, por favor - Le rogué con ojos de cachorro.

- Después, Kook. Te amo y eso no va a cambiar. Pronto podremos hablar de eso, ya lo verás.

Hice un mohín que el con dulzura se acercó a besar. Pretendía ser un beso chiquito y tierno pero me aproveché de su movimiento para apretarlo contra mí e hundirme en su boca.

Bien. Si no quería decir que sí en ese momento, no me importaba. Lo iba a convencer tarde o temprano, me tomara lo que me tomara.

- ¡Jungkook! ¡Deja de besuquear a Jimin y termina de preparar el café! - Nos interrumpió el grito proveniente de Yunha que se encontraba con mis abuelos en el piso de arriba buscando algunas fotografías para enseñarle a mi chico.

- ¡Tú ni siquiera puedes tomar café! - Refuté malhumorado.

- ¡¿Según quién?!

- ¡Según tu médico, el bebé que está por nacer y el sentido común!

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora