Capítulo 33

10 2 0
                                    

Jungkook

Morirme de ganas de verlo era poco. La impaciencia me había impedido dormir en toda la noche y me había obligado a salir a primera hora de casa para llegar a la universidad aunque mi primera clase fuera hasta las 10.

Jimin me había escrito cerca de la media noche para decirme que finalmente estaba en casa. Sin pensarlo, me había levantado de la cama de un brinco para cambiarme de ropa y calzarme en menos de un minuto, pero pronto, cuando estaba por salir, la sensatez me golpeó. No podía aparecer en su apartamento pasadas de las 12 simplemente porque me era imposible controlar la necesidad que me carcomía por tenerlo en mis brazos. Él tenía que descansar por lo que yo me aguantaría las ganas de ir a su encuentro.

Mi corazón se agitó con entusiasmo al reconocer a la figura que tanto había deseado ver a lo largo de esas dos semanas.

Sacaba con tranquilidad algunos materiales de su locker para guardarlos en su mochila con movimientos pausados.Una sonrisa tonta iluminó mi rostro mientras me dirigía hacia él cruzando el pasillo casi desierto.

Mis brazos lo sobresaltaron cuando lo rodearon por la espalda con vigor, atrayéndolo lo más posible a mí. Quité los audífonos de sus oídos para susurrarle a la par que mis labios jugando contra su tierna piel.

- Te juro que mi plan era hacerte esperar y no lucir desesperado, pero maldita sea, te vez tan condenadamente atractivo hoy.

Debajo de su chamarra de piel, lucía un sencillo pero ajustado suéter negro de cuello alto y aquellos desgastados jeans oscuros que tanto le gustaba usar y que yo agradecía silenciosamente porque así fuera.

Abandoné su oído para depositar pequeños besos en su suave mejilla, disfrutando de su aroma natural mezclado con el ligero toque de colonia que me resultaba tan seductor como calmante.

- ¿Cómo estás, bebé? ¿Cómo están Soobin y tu familia?

Lo sentí suspirar, dejando su mochila en el suelo, girándose entre mis brazos para encararme, conectando esos ojos cafés que había extrañado en demasía.

- Tengo que decirte algo - Espetó en lugar de responder a mis preguntas. Me congelé de inmediato.

-¿Qué pasa? -La seriedad de su rostro puso mi cerebro a maquinar y a mis nervios aparecer - ¿Te encuentras bien? ¿Tu hermano...?

-Descuida, todos estamos bien – Aseguró sin cambiar la seriedad de su semblante.

- ¿E-Entonces...?

- Lo que quiero decirte no es sobre ellos, sino sobre nosotros – Se relamió los labios nervioso, pero sus ojos eran decididos, fervientes de algo que luchaba por salir y que yo no estaba seguro de querer escuchar – Jungkook, yo....

Sin poder evitarlo comencé a pensar lo peor. Aquella actitud no era propia de él, al menos no en situaciones positivas o especialmente favorecedoras, por lo que el miedo me poseyó al instante, un miedo que no recordaba haber tenido antes y mucho menos sin algún motivo que lo respaldara.

No. Todo está bien. Estámos bien. No puedes estar pensando en terminar conmigo ¿verdad? No. No termines conmigo. Por favor, por favor, no me dejes. No lo hagas, yo te...

- Te amo.

Mi mandíbula cayó al instante que sus palabras asaltaron mi sentido auditivo, deteniendo mi respiración. Su cuerpo, a pesar de sentirse nervioso, se relajó mientras que el mío parecía acumular toda la tensión que él acaba de soltar con tal solo dos palabras.

- Te amo, Jungkook. Estoy seguro de que incluso te he amado desde antes de empezar a salir, pero jamás creí que tendría la dicha de poder decírtelo.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora