Capítulo 8

11 3 0
                                    

Jimin

Definitivamente debía haber cerrado la boca cuando tuve la oportunidad.

Tenía una hora que matar antes de encontrarme con Jungkook y, dado que aquel día no tenía horas extra en la cafetería, terminé por aceptar la invitación de Tae a comer.

Su propuesta me había caído como anillo al dedo, pues no solo necesitaba hacer tiempo, sino que me urgía sacar aquella extraña sensación que la despedida de Jungkook la noche anterior había instalado en mi pecho.

Le conté a Tae cómo había sido la cena que Jungkook había preparado para los dos, lo bien que me había sentado pasar una noche tan tranquila como aquella, simplemente platicando y disfrutando de sus deliciosos platillos. La cena había sido para mí una bocanada de aire después de una semana tan pesada.

Le conté lo agradecido que estaba con Jungkook por todo su esfuerzo y la amistad que me estaba demostrando. Le conté cómo después de la cena me había sentido desbordado por todas las emociones que llevaba días, meses, quizá años acumulando y, cobijado por la confianza y paz que Jeon me daba, mis barreras habían cedido, haciéndome hablar sin parar sobre mi familia y todo lo que guardaba dentro. Le conté cómo de repente me había visto envuelto en sus brazos, sintiendo que estaba en el lugar correcto, no queriendo alejarme nunca.

Le conté como poco a poco lo sentí alejarse un poco, haciendo un intercambio de miradas en el cual me había perdido completamente, mientras que mi cuerpo se estremecía por dentro al sentir su mano acariciar mi rostro con delicadeza. Le conté como mi respiración se detuvo al sentir la suya tan cerca de mis labios, sintiéndome mareado y aturdido cuanto se alejó como si de pronto nuestra cercanía fuera hierro caliente.

Una vez que terminé mi relato con mi súbita salida del departamento de Jungkook, Tae le dio un sorbo a su bebida, como si estuviera preparando la garganta para hablar.

- Estás consciente de que te gusta Jeon Jungkook ¿verdad? . Me cuestionó sin tapujos.

- Déjate de estupideces, Taehyung. Te estoy hablando enserio.

- Yo también - Aseguró convencido. Sentí como mi confianza se tambaleaba - Sé que siempre tuviste una especie de crush con él y es normal, el hombre es malditamente guapo, tiene seguridad, porte y es amable a diferencia de los otros artistas universitarios que normalmente son egocéntricos y con la mitad de su talento.

- ¿Algo más o menos como tú? - Contraataqué con una sonrisa sarcástica y un guiño juguetón. Optó por ignorarme y proseguir.

- Ya ni se diga de lo que piensas de su arte...Es más, creo que alguna vez incluso dijiste que de lejos parecía el hombre perfecto...

- Ya, ya - Lo interrumpí reclinandome en mi silla - Jungkook y yo somos solamente amigos.

- No estoy diciendo lo contrario, pero lo que quiero que reconozcas es que tú quisieras que eso cambiara. Admítelo.

- ¿Te das cuenta de lo mal que se escucha lo que dices? Yo no lo quiero de otra forma. Hacerlo sería prácticamente un suicidio emocional para mí queriendo estar con alguien con quién no tendré jamás esa oportunidad.

- Yo no estaría tan seguro y pienso que tú tampoco lo estás más. Hay algo que no cuadra en esta historia de amistad, Jiminnie.

Iba a cuestionarlo, pero pronto fui interrumpido por Seokjin. Al igual que Jungkook y yo, él y Tae habían quedado para continuar con las tareas de Eunae.

- ¡Hey! - Nos saludó con alegría antes de dejarse caer en la silla vacía junto a Tae - Lamento la demora, pero tuve un pequeño contratiempo con un trabajo de escultura.

El arte de caer (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora