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Inhala, exhala. Todo estará bien.

— Joder, no puedo. — Yoongi estaba a unos pasos de la empresa en donde solía trabajar, en la cual planeaba volver a hacerlo. ¿Estaré listo para volver a mi vida anterior? Sus manos sudaban mas que nunca debido a los nervios, pero debía mantener la compostura y no dejarse caer por causa de su propia cabeza. En algún momento debía reaccionar y adentrarse al gran edificio, además de que al llevar un traje perfectamente estirado de color negro, una camisa blanca y una corbata negra, no lograba hacerlo pasar desapercibido entre la gente que caminaba por la vereda. ¿De verdad era tan guapo para que lo miraran como si se lo estuvieran devorando? No quería contestarse esa pregunta, era demasiado vergonzoso. Tomó aire y comenzó a caminar hacia el edificio con una postura recta y digna de respeto, a pesar de que por dentro, estaba nervioso.

— ¿Señor Min? — contestó la secretaria que siempre era la primera cara que uno podía ver al entrar al edificio. Todos los empleados que estaban en el primer piso, lo observaron asombrados. Todos estaban al tanto del horrible accidente y como Yoongi había quedado en coma dos meses y como perdió a su ex prometido. Era una tragedia, una historia triste que pasó por cada oído de cada empleado de la empresa, y sin duda alguna, el chisme de que el productor y vicepresidente de la empresa Min Yoongi había vuelto.

La presión social es asquerosa.

Corrección, ser el centro de atención es un asco, mas cuando no sales al mundo por casi dos años.

Yoongi a pesar de sentir una desagradable ansiedad por todos los ojos que estaban sobre él, acomodó su corbata viéndose completamente mas atractivo de lo que ya se veía e intimidante para los ojos de algunas mujeres, y de algún hombre por ahí. El rubio fue hacia uno de los elevadores apretando el botón con el número 20. Su jefe se encontraba en ese piso, el cual era el ultimo. Lo mas probable es que lo tome por sorpresa, pero prefería dejarlo de aquella forma, quería ver que tipos de opciones existían para él, y su trabajo, claro. Salió del elevador cuando las puertas se abrieron y caminó por el pasillo con sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y pasando a los lados de las personas que trabajaban en el piso. Las miradas de asombro hicieron reír un poco a Yoongi.

¿Por qué dé repente se sentía tan bien? ¿Tan superior?

Detestaba sus cambios de emociones. De un momento se sentía terrible al tener los ojos encima, y ahora, se le subió el ego. Irónico.

— Disculpe...

— Señor Min, dios mío. — dice la secretaria de su jefe parándose de su silla y haciendo una reverencia al ver a Yoongi en frente de ella. — ¿Qu-é es l-o que necesita? — dice un poco nerviosa por sentirse intimidada por la postura de Yoongi.

— ¿El señor Kim está aquí? — pregunta Yoongi sin querer perder tiempo.

— S-sí, le diré que pase. — dice con el ademan de querer tomar el teléfono e informarle a su jefe, pero Yoongi se lo impide.

— No es necesario. Gracias. — el rubio camina hacia la puerta y toca tres veces para luego escuchar un "adelante".

— ¿Qué sucede...? — la pregunta quedo en el aire cuando el hombre vio al chico rubio dentro de su oficina. — Yoongi, muchacho. No puede ser. — el hombre no tardó ni un segundo en ponerse de pie e ir hacia el chico y abrazarlo. — Muchacho... ¿Qué haces aquí? No te esperaba. — dice mirándolo asombrado y dándole otro abrazo.

— Era una sorpresa. — le dice Yoongi cuando el abrazo se rompe y el señor Kim le indica que se siente.

— ¿Y a qué se debe esta increíble sorpresa? — pregunta el señor Kim sentándose en frente de Yoongi.

I Need You |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora