I Need You |Yoonmin|

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— Pequeño, eres grandioso. — le dice la dulce mujer acariciando el suave cabello de su único y adorado hijo. — No olvides eso.

— ¿Soy grandioso igual que tu mamá? — pregunta con una adorable voz característica de un pequeño niño de seis años.

— Puedes llegar a ser mucho mejor que yo. — le confirma. — Sin duda alguna serás alguien mucho mejor, te lo aseguro. — su madre mostró una gran sonrisa que le afirmaba sus palabras con mucha confianza, pero Jimin tenía una expresión de duda en su rostro. — ¿Qué pasa, hijo?

— Es que... — jugó con sus pequeñas manos sintiendo inseguridad dentro de su pecho. El inicio de toda su inseguridad estaba comenzando a tan solo sus seis años. — Los demás niños de la escuela dicen que soy torpe. ¿Es cierto, mamá? Te juro que no lo hago a propósito, solo me caigo y ellos se ríen, y me dicen torpe. — dice con su voz triste al ya no querer volver a la escuela y escuchar esas tan odiosas risas hacia su persona.

— Pequeño, no eres torpe. No hay nada malo en ti. — el amor de madre es lo mas puro que debería existir, para los niños ver la adoración de sus madres hacia ellos es hermoso y llena sus corazoncitos de alegría, encuentran su lugar seguro en ellas.

La madre de Jimin siempre mostraba ese amor por su hijo, y uno pensaría que ese amor sería eterno, sin ningún cambio, pero fue un error. ¿Qué ocurrió? ¿Qué fue lo que hizo? Un rechazo como eso dañó totalmente el corazón de Jimin, su madre era su refugio junto a su padre, pero al momento que perdió a su madre perdió a su padre, estaba solo. Hasta que lo encontró a él.

— Minie. ¿En qué piensas? Has estado muy pensativo. — pregunta Yoongi deteniendo su paso. Era sábado y el día estaba frío pero agradable, y como Yoongi lo había dicho, habían salido.

— Lo lamento. — dice moviendo un poco su cabeza quitando algunos recuerdos que pasan por su cabeza. — ¿Estoy arruinando el día? — preguntó con un poco de preocupación y pena.

— No, para nada. — le sonríe al encontrar tan absurda la idea del menor. — ¿Aún piensas en ella, verdad? — Jimin asintió de inmediato. — ¿No deseas buscarla? Puedo ayudarte si lo necesitas. — menciona rápido haciendo reír al pelinegro. La amabilidad y dulzura de Yoongi era increíble. Jimin amaba eso.

— No, por alguna razón siento un rencor por ella. — suspira. — Supongo que verla junto a un niño pequeño fue muy chocante. — bajo su mirada. — Creo que ella era infeliz con papá y conmigo. Quizás si provoqué demasiados problemas como lo menciona papá.

— Jimin, no creas eso. Te pido por favor que no lo hagas. — Yoongi tomó suavemente las manos de Jimin y acariciándolas con amor. — Que la gente haya sido cruel contigo sin motivo alguno no significa que provoques problemas. Eres alguien demasiado dulce que merece todo el amor del mundo. — dice esta vez acercando un poco su cuerpo con el de Jimin y subiendo una de sus manos a su mejilla que se encontraba levemente rojiza debido al frío.

— Y tu me lo estás dando. — le menciona con una sonrisa haciendo que Yoongi se sonroje levemente. — Me has entregado mucho amor desde hace bastante tiempo.

— Y planeo seguir haciéndolo. Si es que me lo permites.

— ¿Por qué no lo haría? — pregunta extrañado. Notó un pequeño tiritón por parte de las manos de Yoongi e inconscientemente arrugó su frente. — ¿Tienes mucho frío?

— ¿Qué?

— Estás tiritando, Yoongi. — el rubio se alejo un poco dejando con mucha duda a Jimin. — ¿Qué sucede?