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Tu presencia, me da paz.
Tu amor, me cura las heridas.
Tus sinceridad, me da confianza.
Tus abrazos, me dan protección.

— ¿Por qué me miras tanto, hyung? — pregunta Jimin aun lado de Yoongi quien no había apartado su vista del menor hace ya varios minutos. El día estaba nublado, quizás en algún punto la lluvia se haría presente, y ambos decidieron quedarse en la sala viendo alguna película del agrado de ambos, junto a un relajante café y un par de bocadillos para el cómodo momento. Así aprovechando un cálido inicio de fin de semana.

— Lo lamento, no puedo evitarlo. — dice con una pequeña sonrisa. — Eres muy bonito, es inevitable.

— Hyung, por favor... — Jimin tapó su rostro con sus manos por las repentinas palabras. Yoongi había sido mas de una vez sincero con Jimin, y ambos habían encontrado una gran confianza con el otro, por lo que decir ese tipo de palabras se estaba dando de forma casi natural. Sin embargo, ninguno de los dos llegaba a acostumbrarse del todo. En el caso de Jimin, era mas difícil acostumbrarse. ¿Era posible recibir tanto amor por parte de una persona?

— ¡Por dios! ¡Tus medicamentos! — dice Yoongi de forma repentina sobresaltando un poco al pelinegro. Había pasado dos semana desde que Jimin había salido del hospital, y Yoongi había sido totalmente adorable y muy precavido respecto a los cuidados que Jimin debía seguir. En un inicio, Yoongi le había mencionado al menor que se quedaría junto a él durante toda su recuperación, pero Jimin se lo negó de inmediato, ya que eso significaría que Yoongi se ausentaría nuevamente en su trabajo, y a duras penas, Yoongi obedeció. Por suerte, Yoongi pudo convencer a Jimin de que Taehyung cuidará de él en el tiempo que estuviera en el trabajo. Fue un trato bastante apto para ambos. — Ten. — Yoongi le extendió los medicamentos junto a un vaso de agua. Durante esas semanas, Yoongi se encargó de cuidar completamente a Jimin y agradecía que las heridas comenzarán a curarse. No había nada mas terrible que ver a su chico con heridas y tan lastimado. — ¿Estás bien?

— Sí. ¿Por qué estaría mal?

— ¿Estás seguro que no te duele algo? — Jimin negó con una sonrisa.

— Yoon, me lo has preguntado todos los días. Estoy bien. — le insiste después de haber escuchado esa pregunta mas de diez veces. Aunque de cierto modo, el pelinegro comprendía la insistencia del mayor, algo que a la vez le daba pena y culpa. Jimin era consciente de que Yoongi aumentó su preocupación por él al encontrarlo completamente herido en su anterior hogar.

— ¿Has pensado en la denuncia? — Jimin miro hacia otro lado intentando evadir esa conversación. — Jimin, no puedes escapar de esto. Debes decidir en un sí o no.

— Pero no es sencillo. — dice comenzando a jugar con sus manos mientras las mira, y luego de unos segundos, Yoongi observó su inquietud y acarició las manos del menor dándole calma.

— Lo sé, Minie.

— Es lo último que me queda. — dice un poco triste. — Me refiero mas bien a un familiar. — se corrige a si mismo. — Sé que no entiendes del todo esto.

— Entonces explícame. Estaré completamente atento a tus palabras. — ¿Cómo era posible que esas simples palabras hicieran rebotar a tu corazón? Es simple, la atención. El simple interés que puede tener una persona hacia tus palabras es una de las acciones mas simples y dulces.

— Eres demasiado dulce. — le dice con una sonrisa, provocando que Yoongi sonría tímidamente. — A simple vista no creería que eres un anciano a punto de llegar a los treinta. — le dice de forma bromista.

— Que mocoso mas irrespetuoso. — ambos se ríen con dulzura. — Estoy siendo dulce contigo y me insultas.

— Yoongi, no seas un llorón. — le dice golpeando el hombro del mayor. — En fin, tan solo prométeme que me apoyarás aunque mi respuesta sea el no denunciar a mi padre.

I Need You |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora